Hace un año en Córdoba comenzaba la lucha estudiantil más importante desde el estudiantazo del 2010.
Lunes 12 de septiembre de 2016 18:51
No está de más recordar el accionar que tuvo en 2010, el gobierno de Schiaretti, que fue aprobar la ley educativa 8113, de marcado corte privatista y clerical, una ley que discutieron a espaldas de la comunidad educativa, con instituciones privadas, la Iglesia y otras organizaciones anti democráticas, sin el consenso de un estudiante o un docente elegido por la comunidad educativa. Esa lucha estudiantil se cerró con una derrota luego de la aprobación de la ley sobre la base del "consenso" logrado con represión.
Pasados cinco años de esa resistencia estudiantil, la lucha de los estudiantes secundarios sigue siendo la misma, la lucha se centró principalmente en las problemáticas edilicias de establecimientos que se derrumbaban y que eran/son sostenidos precariamente con los recursos que proveen la misma comunidad educativa. Por otro lado, había surgido una férrea oposición entre los estudiantes a la regimentación que imponen los distintos representantes del Ministerio de Educación y que tiene como objetivo central hacer pasar un presupuesto de ajuste. Al principio sólo era un rumor que varios estudiantes secundarios de distintos colegios se estaban organizando, después el rumor se empezó a extender a las calles. La falta de respuestas ante las sucesivas movilizaciones hizo que los estudiantes de cada institución se reunieran en el patio de sus correspondientes escuelas para decidir democráticamente qué accionar tomar, el resultado fue un apoyo contundente a las tomas.
En menos de dos semanas se tomaron 10 establecimientos y se realizaron sucesivas marchas masivas de las que participaron más de 15 colegios. A pesar de las constantes amenazas de desalojo, de la campaña de demonización lanzada por el gobierno provincial y sus voceros en los medios para aislar la lucha y hacerla hostil a la sociedad en general, se demostró que no hay nada más fuerte que dar una pelea política en conjunto para desarrollar un movimiento estudiantil. Así surgió nuevamente la CES (Coordinadora de Estudiantes Secundarios), integrada por estudiantes de distintos establecimientos como instancia común que permitió unificar y ampliar la lucha de forma independiente de las autoridades y los gobiernos de turno.
El ministro de Educación, luego de presentar sucesivos planes de obras sin fecha y con lenguaje ambiguo, accedió recibir a una delegación de alumnos, padres y docentes donde se les entregó un plan de obra, rubricado con su firma, donde se comprometían a satisfacer el 100 % de los reclamos, en tiempo y forma. Lo cierto es que, a un año de firmar ese acuerdo, siguen estando en deuda con la educación, ya que se cumplió menos de la mitad de lo pactado. La crisis del sistema educativo tiene responsables concretos: el gobierno kirchnerista y el actual de Macri, que son quienes aplicaron y aplican el ajuste, promoviendo el ahogo presupuestario. Este año, el gobierno de Schiaretti recortó el presupuesto para el Programa de Asistencia Integral de Córdoba (Paicor) en las escuelas y las raciones bajaron de 246.608 en 2014 a 187.028 en 2016, lo que representa un 24 % en dos años (no hay números oficiales del 2015). Es evidente que el aumento de la deuda de la Provincia no fue para mejorar las condiciones de vida y de educación para la juventud y los trabajadores sino para garantizar negociados y subsidios a los capitalistas.
¡Los derechos no se mendigan, se conquistan! Ya pudimos evidenciar que estos gobiernos lejos están de buscar una salida real a la miseria en la educación, somos los estudiantes secundarios junto a los docentes y no docentes de las escuelas, quienes nos encontraremos nuevamente luchando contra la educación al servicio del mercado, por una unidad estudiantil de lucha y militancia, que pelee junto a los trabajadores, las mujeres y la juventud.
La educación está lejos de tener neutralidad política.
Que se atrevan si quieren, pero sobre la educación pública, laica, gratuita y de calidad… NO PASARÁN.