En la recta final hacia el dictamen en Senadores, la jerarquía eclesiástica presiona y convoca a movilizarse el 8 de Agosto.
Jueves 26 de julio de 2018
Esta semana el debate en Senadores transcurrió con dos días muy intensos. En la recta final hacia el dictamen, las presiones de la Iglesia y los sectores anti derechos aumentan de manera exponencial.
Quizás los argumentos de quienes se oponen a la legalización del aborto son tan brutales ahora, como lo fueron en Diputados. Pero también es probable que, al acotarse los días de discusión, estos sectores tomaran como estrategia poner “toda la carne al asador”, y en ese sentido despacharse con las opiniones más rancias y faltas de verdad. Una especie de concentrado en contra de las mujeres y su derecho a decidir.
El día de ayer fue una jornada en donde los argumentos más falaces y alejados de la medicina y la ciencia se cristalizaron en la voz del médico pediatra Abel Albino. Algunas versiones que recorrían los pasillos del Senado, aseguraban que fue el senador Esteban Bullrich quien le facilitó el lugar en la planilla de disertantes.
Pero cuando todo hacía parecer que la tarde nos iba a dejar con un sabor de impotencia, por lo que se había escuchado hasta ese momento, llegó el turno de una joven salteña de 16 años: Milagros Peñalba.
Ella, con su pañuelo verde atado a la muñeca, de pie frente a la mirada inquisidora de los legisladores que se oponen a la legalización del aborto contó que venía de Salta, una provincia en donde no existe la educación sexual y en los colegios es obligatoria la religión católica. Una provincia que no entrega métodos anticonceptivos de forma gratuita y un cuarto de los embarazos son de adolescentes.
Ella, con su pañuelo atado a la muñeca, denunciando la doble moral de la Iglesia Católica, que echa a las adolescentes de los colegios cuando están embarazadas y las tilda de asesinas si deciden abortar.
Milagros Peñalba no dudó en condenar a la Iglesia y al Estado provincial como los responsables del adoctrinamiento de las y los jóvenes cuando se escolarizan. Y sin dudar dijo: “Sólo les interesa la educación sexual como modo de reproducción”.
Las palabras de esta adolescente apuntando a la Iglesia Católica llegaron justo el mismo día en el que las Comisiones Episcopales emitieron un comunicado llamando a movilizarse el 8 de agosto, día de la votación: “….apoyamos y animamos a participar a quienes deseen manifestarse públicamente como ciudadanos responsables para testimoniar el respeto por la vida en el marco del derecho de expresión propio de la democracia”.
La arenga explícita que la Iglesia utiliza para aumentar la presión de los senadores se suma a la manifestación programada por los cultos evangélicos para el 4 de Agosto en el Obelisco.
La Iglesia y sus aldáteres están dispuestos a presionar hasta el límite a toda la casta política que ve en ella un aliado al que no se “puede” desairar.
Ese “largo brazo” de la Iglesia Católica insiste en la idea de que las mujeres no podemos decidir sobre nuestro cuerpo, condenándonos a maternidades no elegidas o a morir en la clandestinidad de un aborto.
Por eso es imprescindible que redoblemos nuestro esfuerzos, no abandonando ni la lucha ni las calles. Es imperativo demostrar que la fuerza del movimiento de mujeres arrasará con quien se oponga a un derecho tan elemental.
El próximo 8 de agosto estaremos ahí, llenando las calles del Congreso, porque definitivamente #SERA LEY.