Respuesta al compañero Juan Pablo Casiello, secretario gremial de Amsafe Rosario, quien replicó a nuestra polémica sobre la participación del gremio docente en la marcha contra el FMI que omitió denunciar al gobierno nacional.
Martes 25 de febrero de 2020
Foto: Equipo Comunicación ATE Rosario
En una nota publicada en este diario, el compañero Casiello objetó nuestros argumentos críticos sobre la participación de Amsafe Rosario en una convocatoria que, creemos, terminó siendo funcional a los intereses del gobierno nacional.
La defensa de la participación que hace Casiello está basada en que la movilización planteó el “rechazo a la visita de la delegación del FMI y que la deuda es con el pueblo”, que se sumaron a reclamos de aumento de salario y paritarias libres. Y nos pregunta si “¿en esta ocasión el programa no tiene importancia?”.
Programas y prácticas que los respalden
Los programas deben medirse por lo que dicen pero en igual proporción por lo que no dicen.
Recordemos que la convocatoria al acto no hizo ninguna mención a la responsabilidad de los diputados y senadores del Frente de Todos y Cambiemos que votaron la ley de sostenibilidad de la deuda, que le da potestad al gobierno de negociar sin siquiera pasar por el congreso (solo el Frente de Izquierda rechazó esta entrega). Además, esta ley reconoce la deuda sin siquiera investigarla, cuando están a la vista las infinidades de irregularidades en los bonos y empréstitos adquiridos por el Estado. Esta omisión es toda una indicación del contenido político del acto en cuestión.
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Una segunda omisión en el programa fue la nula referencia al desconocimiento soberano o no pago de la deuda externa. La frase “la deuda es con el pueblo”, que se escuchó en la marcha, si no está ligada al planteo del no pago de la deuda, esconde que sí se está a favor de pagarla, tal y como sostiene el Frente de Todos y los sindicatos que son parte de dicho Frente y convocntes al acto en cuestión.
Estas omisiones clarifican el carácter del acto en cuestión. Pero también, lo que fue explicitado nos habla del contenido: la marcha peronista, las declaraciones de Ratner y la convocatoria de La Cámpora, dejan en evidencia que en todos los puntos del país que se convocó terminó llevando agua al molino de Alberto Fernández y no al de los intereses de la clase trabajadora y el pueblo.
Unidad en la acción o acto para dar cobertura al gobierno
Casiello planta un dilema que solo admite dos posibilidades: la masividad con contradicciones vs un pequeño grupo aislado con el programa correcto. Para desentrañar esta dualidad es necesario reflexionar sobre qué tipo de unidad en la acción (o más en general lo que en la historia se conoce como Frente Único Obrero) permiten a los sectores independientes ganar influencia. Es la unidad en y para la acción de fracciones reales de la clase trabajadora y sectores populares.
Un ejemplo de esto es las acciones contra la reforma previsional en 2017. Muchas organizaciones participaron de esta acción con un programa limitado -sin un planteo de independencia de clase-, pero progresivo, que era el rechazo concreto a la reforma previsional. Esta diferencia no impidió actuar en común en las calles, porque todo frente único debe basarse en la completa independencia de los partícipes para poder expresar al calor de los combates comunes, los debates y diferencias que crean necesarias para el avance y triunfo de quienes viven de su trabajo y sus familias.
En dichas jornadas, la izquierda, junto a comisiones internas y cuerpos de delegados, participó en primera línea, enfrentando a la represión, con un programa propio de rechazar la reforma y exigir el 82 por ciento móvil, restituir los aportes patronales quitados por Cavallo, impuestos progresivos a las grandes ganancias, exigencia de un plan de lucha serio a las direcciones sindicales, etc. Denunciando al macrismo y a la oposición peronista, que hoy son parte del Frente de Todos, dispuesta a votar las leyes. Es definitiva, un programa independiente de las distintas variantes capitalistas.
En aquel caso, como agrupación Marrón (PTS/FIT-U) propusimos a Amsafe Rosario que participe de la misma con estos planteos independientes y junto a los Suteba recuperados de la provincia de Buenos Aires.
Esta actitud, alejada de cualquier diplomacia permite, no solo fortalecer el carácter independiente de nuestra seccional, sino que busca entablar un diálogo con el resto de los trabajadores de otros gremios que tienen que soportar el peso de burocracias entreguistas. De lo que se trata es de acumular fuerza viva y material, que Amsafe Rosario se transforme en un polo de atracción dentro y fuera del gremio, con un programa y una práctica clasista, democrática y combativa.
Algo similar sucede en cuanto conflicto haya contra cierres o despidos como los casos de Cargill, Fabricaciones Militares o Electrolux, donde golpear juntos contra enemigos en común, no implica dejar las diferencias y críticas de lado.
El acto ante la llegada del FMI no tuvo ni podía tener ninguna de estas características. Fue un acto político para fortalecer la negociación del gobierno de Alberto Fernández con el FMI al cual se movilizaron los cuerpos orgánicos de gremios clave en el armado del Frente de Todos y donde ningún gremio llamó a paro para que las bases puedan participar, ni a darle continuidad con alguna medida de acción.
En el caso de dichos gremios, esas bases tampoco participaron de ninguna instancia de deliberación previa, ni siquiera plebiscitaria para darle un barniz de democracia al verticalismo clásico de los sindicatos controlados por el PJ.
Son esas mismas conducciones sindicales las que mantuvieron la tregua durante los años macristas, y sobre todo tras la verdadera unidad de acción en las jornadas contra la reforma previsional de 2017 que plantaba la posibilidad cierta de no solo pararle la mano a Macri sino derrotar todo su plan. Inmediatamente después de esas jornadas, apareció en #Hay2019 y la espera pasiva hasta las elecciones permitiendo que aumente la pobreza, la indigencia, el deterioro de la salud y educación. Son las que hoy están dispuestas a hacer acuerdos a la baja con el argumento de ser “solidarios”, son las que en Santa Fe piden a los legisladores que voten las leyes de emergencia de Perotti que le da superpoderes.
En este marco, pensar que la Marcha Peronista al final del acto fue un berretín de alguien molesto por el exceso de independencia parece poco plausible. Más bien, parece lo más lógico del mundo.
De nuevo sobre los métodos y la democracia sindical
Casiello plantea que hay un “democratismo vacío” en pretender convocar al cuerpo de delegades para mandatar a los dirigentes que negocian con otros gremios estas convocatorias. Señala que “esto niega las condiciones reales de los debates”.
Aducir que para la relación con otros sindicatos se hace técnicamente imposible convocar a las bases no nos parece atinado. No estamos hablando de una resolución de emergencia que además contase con amplísimo consenso, sino de una marcha nacional anunciada por todos los medios y sobre las que hubo varias reuniones, incluso con diferencias al interior de la Comisión Directiva, que nadie creyó necesario bajar para que todes seamos partícipes, cayendo en el riesgo de que la “diplomacia” erosione nuestra tradición. La decena de agrupaciones que somos parte del Frente 4 de Abril, debemos ser una potencia para amplificar más aún la capacidad activa (y creativa) de la seccional y para nada un juego de suma cero donde si hay diferentes visiones en el Frente estas no se discutan en la base.
Nuestra crítica es que siempre los acuerdos son por arriba, entre las direcciones de los gremios. Están completamente ausentes las convocatorias a Encuentros o Plenarios de base de los gremios combativos de la región como Coad, Amsafe, ATE, Siprus y Aceiteros, junto a otros sectores en lucha como Electrolux, Centros de estudiantes universitarios, terciarios y secundarios, movimientos sociales, etc. Es decir, convocar al debate y la coordinación cientos compañeras y compañeros. Sería un polo de atracción para obreras y obreros combativos que tienen que soportar a burocracias entregadoras en sus gremios. Pondríamos en jaque a burocracias como la de Amsafe o ATE provincial.
Encuentros de este tipo servirían muchísimo para elevar la consciencia muchas veces corporativa y sindicalista que atraviesa nuestro gremio. Un nuevo desafío para los casi mil delegades que hay en Amsafe Rosario donde asumir otras tareas, otros debates que aumente la organización interna a la vez que colabora en la recuperación de más gremios con el método de la democracia de base y el contenido de la independencia política de todos los gobiernos, condiciones necesarias para proponerse verdaderamente derrotar los planes de ajuste de los gobiernos. Este desafío les corresponde asumirlo a les dirigentes.
En esta ocasión, lo que estaba planteado a nuestro entender es que los sindicatos como Amsafe, impulsen un frente de lucha común que denuncie no sólo del FMI sino al gobierno, un frente de organizaciones sindicales, políticas y sociales que, con independencia política, sea alternativa a las burocracias amigas de los ajustadores, sembrando a su vez un debate fraternal con miles de compañeros y compañeras que reivindicándose peronistas no quieren aceptar el cipayismo del gobierno y los sindicatos. Una política así, creemos que en primer lugar no hubiera embellecido el acto peronista, pero sobre todo, hubiera permitido fortalecer una alternativa de clase y expandir la capacidad de movilización de nuestra seccional.
Para finalizar, queremos destacar la iniciativa del compañero Casiello de polemizar fraternalmente con nuestra postura. E invitamos a otras compañeras y compañeros a hacerlo en La Izquierda Diario. Aunque tengamos diferencias en estos puntos creemos que estos debates enriquecen y fortalecen a nuestra seccional y al Frente 4 de abril del que somos parte.
Sebastián Quijano
Nació en Málaga en 1980 y vive en Rosario desde 1992. Es militante del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS) y docente de Filosofía.