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Red Internacional
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CÓRDOBA/LGTBI. Avance contra la heteronorma: Apross cubrirá la fertilización asistida en una pareja homosexual

El mes pasado quedó asentado en Córdoba un precedente para todas aquellas personas que decidan acceder a tratamientos de fertilización asistida, a través de seguro social de la provincia APROSS.

Martes 12 de mayo de 2020 10:43

La historia sucedió en Río Cuarto, donde una pareja, Marcela y Estefanía, luego de un largo camino confrontando las restricciones heteronormativas que impone el sistema de salud de la provincia de Córdoba a través del Apross (Administración Provincial del Seguro de Salud), logró acceder a un tratamiento de fertilización asistida como se garantiza en la Ley Nacional 26.862. La cual establece que “toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder de forma gratuita a las técnicas y procedimientos realizados con asistencia médica para lograr el embarazo”.

Si bien el texto de dicha ley suena confortable y pareciera garantizar que toda la población tiene acceso a la fertilización asistida, los hechos son muy distintos. Un claro ejemplo de esto son Marcela y Estefanía, que comenzaron hace más de un año a averiguar sobre los posibles tratamientos de fertilización asistida en Río Cuarto y en la ciudad de Córdoba. Pero se encontraron con un límite que tienen cientos de parejas igualitarias en la provincia, cuando desde la obra social a la cual ambas están afiliadas les informaron que la reproducción asistida era "solo para parejas heterosexuales".

Las mujeres debieron recurrir al INADI luego de que se les negara su derecho, pero esta vez el rechazo homofóbico de Apross se había realizado por escrito y eso fue clave para poder demostrar la discriminación que realiza dicha institución.

El matrimonio igualitario fue un derecho que se ganó en las calles hace casi diez años. La Ley de Identidad de Género se conquistó en 2012 y la Ley de Fertilización Asistida fue una conquista que se logró en 2013. Pero a pesar de todas estas conquistas con años de lucha en las calles desde la diversidad sexual, en pleno siglo XXI seguimos encontrando discriminación y homofobia al momento de querer ejercer nuestro derecho a una maternidad o paternidad deseada. Y lo que lo hace peor, es que estos actos fuertemente discriminatorios vienen por parte de instituciones que responden al Estado.

Apross no es la primera vez que muestra limites que expresan machismo y homofobia, ya en 2015 se desató un conflicto porque varias parejas igualitarias de la provincia de Córdoba querían acceder a la reproducción asistida y la obra social siempre tenía la misma respuesta: la reproducción asistida es "solo para parejas heterosexuales".

Muchas instituciones médicas u obras sociales aún creen tener la potestad de decidir cómo, cuándo y con quién ejercer nuestros derechos. Sigue instalado ese sentido común sobre que la familia puede ser sólo mamá y papá. ¿Es que no pueden una mujer o un hombre decidir tener hijos solas o solos? ¿O las relaciones homoparentales tampoco tienen ese derecho? Acaso para estas instituciones, ¿la población trans no es capaz de decidir cómo y cuándo tener hijos?

La realidad es que muchas personas que se acercan a esta obra social para acceder a este tratamiento transitan situaciones incomodas y acosos, cuando están por fuera de las “familias normales”.

En la “Córdoba de las campanas” el APROSS discrimina a sus afiliadas, como es el caso de una docente, que nos confió a este medio, que cuando asistió a exigir la cobertura de su tratamiento en el marco de la vigencia de la ley nacional, además de la negativa a este derecho, se le cuestionó su elección con comentarios de tinte moral como “¿Y por qué querés ser madre soltera?” “Estás a tiempo de conseguirte un novio”, y hasta sufrió situaciones de acoso.

En una provincia donde el gobierno hace demagogia el 8 de marzo saludando a las mujeres, mientras nuestra provincia es record en femicidios, mientras el aborto no punible estuvo impedido durante años por el Portal de Belen, las mujeres seguimos luchando para poder elegir sobre nuestros cuerpos.

La historia de Marcela y Estefania marcan un precedente en Córdoba

Aun así, estos casos son cientos en toda la provincia y demuestran que si bien es progresiva la aplicación de dicha ley, las falencias parten de pensarse bajo la heteronorma sin contemplar el colectivo lgtbi, sin salirse de los márgenes heteronormativos que oprimen y excluyen a millones desde hace muchísimos años. Obtener la igualdad real implica llegar a la posibilidad de que absolutamente todxs podamos ejercer nuestros derechos.

Por esto aún nos queda un camino para recorrer a la medida de las necesidades de todas las formas de familias que existen hoy en el mundo, rompiendo de una vez por todas con el modelo patriarcal.