Contra la guerra y la inflación. “Bajen las armas y suban los salarios”: jornada de huelga y manifestación en Italia

Italia vivió este viernes una primera jornada de luchas, huelgas y manifestaciones para enfrentar tanto la guerra en Ucrania y los gastos de guerra del Gobierno italiano, como contra la inflación que afecta los salarios y poder de compra de las y los trabajadores.

Con decenas de manifestaciones y piquetes por todo el país se desarrolló este viernes la jornada de huelga convocada por CUB y SGB (Confederazione Unitaria di Base y Sindacato Generale di Base), y luego firmada por el resto del sindicalismo de base, centrada en las demandas por el fin de la guerra en Ucrania y contra el alto costo de vida que está golpeando duramente a la clase obrera y a la población pobre en Italia como en otros lugares.

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"Bajem las armas y suban los salarios" fue el lema central que resumió la jornada de lucha, que marcó un importante ejemplo para el movimiento obrero de otros países de la Unión Europea y la OTAN, donde proliferan la propaganda militarista y la rusofobia, y donde los sindicatos y la izquierda clasista aún no ha logrado lanzar movilizaciones masivas contra la guerra, llegando incluso a la convocatoria de tres manifestaciones separadas en la ciudad de Nápoles.

La propia huelga de ayer no logró involucrar activamente a sectores más amplios, más allá de una parte del propio sindicalismo de base, de algunos sectores de los movimientos sociales y de la izquierda extraparlamentaria. El proceso de construcción de asambleas, para discutir y construir una amplia movilización unitaria por la paz y contra la carestía de la vida que parta de los propios trabajadores y la lucha de clases, fue muy limitado. Más aún en este grave escenario de fuerte ataque a nuestras condiciones de vida y de escalada militarista, se trata de romper con un planteamiento rutinario y conservador, de excesiva separación entre la lucha económico-sindical y la lucha política, que sigue siendo generalizado incluso en el sindicalismo de base y que contribuye a la falta de activación incluso de su propia base sindical: el ejemplo de Roma es indicativo de esta situación. Allí, a pesar del fuerte arraigo de USB y la gran movilización en el conflicto de Alitalia de esta última y la CUB, la manifestación en la ciudad no llegó a las 2.000 personas y las columnas compactas de trabajadores de la misma empresa o sector fueron muy minoritarias.

Un día de lucha en la logística

Un aspecto positivo de la jornada fueron los principales piquetes convocados frente a los centros de trabajo, especialmente en logística, con iniciativas difundidas por parte de Adl Cobas (Asociación por el Derecho de los Trabajadores - Cobas).

En el piquete de un centenar de trabajadores frente a las puertas de DHL Pomezia, en las afueras de Roma, para bloquear la descarga y carga de mercancías (en particular de las empresas Nespresso y Buffetti ) en solidaridad con 4 trabajadores recientemente despedidos tras la internalización del trabajo de almacén. Evidentemente, el despido fue utilizado como una amenaza antisindical para todos los demás trabajadores presentes, considerando que la multinacional alemana siempre ha sido infame por su determinación de mantener a los sindicatos combativos fuera de sus almacenes.
Este es uno de los piquetes en los que participamos quienes hacemos La Voce Delle Lotte y formamos parte de la Frazione Internazionalista Rivoluzionaria (FIR).

A pesar de las amenazas represivas y de las maniobras de los encargados del almacen, nada impidió que los trabajadores (de almacenes de toda la provincia de Roma) protestaran desde las 8:00 hasta las 12:00, hora en que finalizaba la carga y descarga de mercancías, recibiendo además la solidaridad de varios camioneros que intervienen en el transporte de mercancías.

Una segunda delegación del sindicato se presentó en Piazza della Repubblica para apoyar con su presencia la procesión del resto del sindicalismo de base.

Hacia un movimiento unitario, radical, clasista

La jornada de huelga de ayer denunció la profunda conexión entre los ataques económicos que estamos sufriendo y las políticas bélicas del gobierno y la OTAN, que respondieron a la invasión rusa de Ucrania con una escalada del gasto militar y acalorados anuncios todos enfocados a confirmar la supremacía como alianza de potencias imperialistas que explotan y oprimen a pueblos enteros mucho más allá de sus fronteras nacionales.

La reciente noticia del amedrentamiento, requisa y brutal provocación contra unos jóvenes activistas milaneses que se habían "atrevido" a manifestarse contra el gigante ruso Gazprom (que acaba de firmar un nuevo acuerdo con el ente naciona de hidrocarburos de Italia -Eni-) pone de manifiesto que no hay elección entre los dos campos de capitalistas que mueven estados y ejércitos enteros para saquear tantas ganancias como sea posible, compitiendo entre sí pero siempre y en todo caso alineados contra la clase obrera y la juventud.

El desafío lanzado por el colectivo de fábrica GKN y por "Insorgiamo!" (Levantémonos) muestra la necesidad de impulsar un proceso de "convergencia" para poner en marcha un movimiento unitario, radical, de clase contra la guerra y el alto coste de la vida, con demandas comunes contra las políticas del gobierno de Draghi y los empresarios.

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La primera cita importante en este sentido es sin duda la movilización nacional convocada en la provincia de Pisa, para el próximo 2 de junio contra la construcción de un polo militar dentro de una reserva natural. Pero habrá muchas oportunidades, como la marcha convocada para el 4 de junio en Roma por la comunidad kurda contra la invasión del Kurdistán iraquí por el ejército turco, una tragedia que por desgracia ocurre en silencio y que recuerda el cinismo de la OTAN y de la diplomacia internacional, que dejan a un socio "intocable" como el carnicero Erdoğan el poder de veto al ingreso de Finlandia y Suecia a la OTAN a cambio de tener vía libre en la masacre de los kurdos y en la brutal persecución del PKK, todavía considerado internacionalmente como una organización "terrorista".

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Es precisamente una poderosa movilización de nuestra clase a nivel europeo e internacional la que puede bloquear los engranajes de este sistema de explotación, devastación ambiental y militarismo asesino al que nos condena el capitalismo.

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