Lo pidió el presidente Alberto Fernández este viernes, durante su intervención en el Foro Económico de San Petersburgo 2021. La búsqueda del lucro, motor del sistema capitalista, se opone a cualquier solidaridad real y plena.
Viernes 4 de junio de 2021 17:00
“Es hora de entender que el capitalismo no ha dado buenos resultados”. La frase la pronunció este viernes Alberto Fernández. Lo hizo durante la sesión del Foro Económico de San Petersburgo 2021.
¿El presidente se volvió anticapitalista? Nada de eso. Solo volvió a reflotar el eterno relato de que un sistema basado en la búsqueda incesante de la ganancia puede tener otras características estructurales.
Fernández afirmó también que “el capitalismo tal como lo conocíamos durante la pandemia no ha dado buenos resultados, ha generado desigualdad". Tal vez el primer mandatario argentino no tenga información actualizada. La desigualdad -social y económica- preexiste y por mucho a la pandemia. Lo que ésta hizo fue ahondar tendencias preexistentes, hundiendo a cientos de millones en una situación aún más crítica.
En ese marco, señaló además que “si vamos a construir otro capitalismo tiene que ser un capitalismo que no olvide el concepto de solidaridad, porque si algo nos enseñó la pandemia es que uno no se salva solo y que puede haber un momento en el que los más débiles y poderosos tiemblen y caigan frente a un virus”.
La descripción presidencial no se condice con la realidad plenamente. Si se atiende a los países poderosos del planeta, las llamadas potencias imperialistas, éstas acumulan la enorme mayoría de las vacunas producidas. Lo contrario a lo que ocurre con los países atrasados y semicoloniales, donde las vacunas escasean o llegan en cuentagotas.
Si se habla de personas o grupos de personas, tampoco le asiste la razón. Un reciente informe de la ONG Oxfam confirmó el enriquecimiento exponencial de los multimillonarios ligados a los negociados por la pandemia. La contracara es el abismo de pobreza y desocupación que alcanza a miles de millones a escala global. Los “débiles” y los “poderosos” se pueden contagiar. Pero la pandemia no los afecta para nada al mismo nivel.
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El discurso del presidente argentino, sin embargo, no tiene objetivos ideológicos. No se propone poner en discusión el estado de situación de sistema que el peronismo defiende desde su fundación. Por el contrario. Las intenciones son mucho más prosaicas.
En su intervención, Alberto Fernández también afirmó que “es muy difícil desarrollarse con deudas estrafalarias, con tasas enormes y que deba todo eso pagarse en plazos que definitivamente no favorecen el crecimiento y el desarrollo social de nuestras comunidades". En ese marco, recordó las negociaciones en curso con el FMI y agregó que, en una reunión con la titular del organismo -Kristalina Georgieva- le planteó la "voluntad de resolver el problema de la deuda" pero encontrando una solución que "no signifique postergar al pueblo argentino".
Alberto Fernández no le habló al mundo sobre el capitalismo. Solo les habló a los organismos internacionales acreedores de Argentina. El objetivo final fue anunciar como se dará la negociación por la deuda macrista. Una deuda “heredada” por el Frente de Todos, denunciada como ilegal e ilegítima. Pero, sin embargo, convalidada en las negociaciones en curso.
Mientras tanto, el “capitalismo solidario” viene a ser otro invento discursivo para seguir negociando como pagadores seriales.
Redacción
Redacción central La Izquierda Diario