Cansadas de que el municipio no de respuesta, 20 mujeres con 35 niños, se instalaron en viviendas municipales sin terminar que están abandonadas hace varios años. Se repite la fórmula de Guernica: promesas vacías y hostigamiento por parte del Gobierno.
Viernes 6 de noviembre de 2020 19:47
Son 20 familias que reclaman un techo para vivir, afirman que no tienen trabajo, realizan changas o tienen empleos informales con los que apenas llegan a subsistir, relatan que hay días en los que no tienen para darle de comer a sus hijos.
Denuncian que aún ante la pandemia y el aislamiento obligatorio, desde el municipio de Carlos Casares no se acercaron ni siquiera para ver en qué situación estaban, o si tenían, al menos, algo para comer. De todas maneras los vecinos organizaron ollas populares, (que el intendente amenaza con prohibir), solidarizándose con quienes más sufren esta crisis.
No solo no dan respuestas respecto a las viviendas, sino que además se niegan a brindar ayuda económica para pagar alquileres o servicios esenciales, alegando que si las familias ya reciben el IFE, eso es suficiente y no pueden dar nada más. Un IFE no cubre ni siquiera un cuarto de la canasta familiar y, además, se entregó en tres de los seis meses que pasaron desde que comenzó el Aislamiento Obligatorio, por lo que mensualmente percibieron apenas 5000 pesos.
Las casas que decidieron tomar son parte de las obras del Barrio Plan “Techo digno”, que están paralizadas hace seis años. Son alrededor de 16 construcciones que solo cuentan con paredes y techo. Están cercadas y con pastizales altísimos, es decir en un estado total de abandono. Ningún gobierno ha retomado la construcción de las mismas, sabiendo la crisis habitacional que sufren la mayoría de las familias, desde hace años en todo el país.
Horas después de que las familias se instalaran en el predio, la policía se hizo presente junto con asistentes sociales del municipio, que lejos de llegar a una solución, intentaron asustar a las madres para que se retiren de las viviendas, amenazándolas con quitarle a sus hijos y sacarlas con la policía.
También las amenazaron con reprimir y mandar a gendarmería, sin importarles la decena de niños que había en el lugar. Ante la resistencia de las familias, la policía se quedó rodeando el lugar, negando la posibilidad de que los vecinos de la ciudad les alcancen agua y comida.
Exigieron que se haga presente en el lugar el intendente de la ciudad Walter Torchio, éste nunca se acercó al predio. El modus operandi del Estado fue el mismo que utilizó “el tridente Kicillof-Berni-Larroque” durante la recuperación de tierras en Guernica.
Al día siguiente las familias se retiraron, porque el municipio prometió terrenos para algunas de ellas y que iba a llegar la solución pero “en un tiempo”. De todas maneras, las familias manifestaron que si no reciben tal solución volverán a tomar medidas hasta lograr ser escuchadas.
Estas medidas que toman las familias no ocurren de manera aislada, ni son algo “fácil” como se quiere hacer creer desde los medios masivos de comunicación. Son medidas que se toman cuando una persona tiene que elegir entre pagar el alquiler o darle de comer a sus hijos, cuando no se recibe ningún tipo de ayuda, o la que se recibe es sumamente escasa, y es la expresión del cansancio de quienes más sufren la crisis social, económica y sanitaria, es decir “¡Basta!” a las promesas vacías (como la promesa del Barrio Plan “Techo Digno” que se esfumó hace seis años).
Al igual que las demás recuperaciones de tierra en todo el país, estas mujeres no se rinden, como las mujeres de Guernica, como las familias de Los Ceibos o las mujeres de “El Hotelito” en la Villa 31, que siguen reclamando su derecho a una vivienda digna.
Convocamos a los movimientos feministas y LGTBIQ+ a pronunciarse en apoyo a las mujeres que se ponen a la cabeza del reclamo por una vivienda digna para ellas y sus hijos. Hoy más que nunca debemos decir ¡Ni una menos sin vivienda! Que ninguna mujer tenga que estar en la calle con sus hijos, o en la casa de su agresor por no tener a dónde ir. El Estado debe garantizar una vivienda digna para todas éstas mujeres que están siendo vulneradas al negarles su derecho.