Una encuesta de la Federación de Inquilinos Nacional muestra las dificultades de muchísimos rosarinos para pagar los altísimos alquileres, y evidencia la "ausencia del Estado" en el control de la ley de alquileres.
Miércoles 5 de mayo de 2021 16:28
La crisis económica y social que atraviesan las familias que alquilan se refleja crudamente en una encuesta que llevó adelante la Federación de Inquilinos Nacional, que incluye estadísticas de la ciudad de Rosario. Según este relevamiento, en el mes de abril, 85.800 personas tuvieron serias dificultades para pagar los compromisos de alquiler, y 97.500 rosarinos reconocen que tienen algún tipo de deuda en relación a los alquileres. Estos alarmantes resultados fueron confirmados por la Defensoría del Inquilino de Rosario.
Sebastián Artola, titular de la Defensoría del Inquilino de Rosario y referente de la Federación de Inquilinos a nivel nacional destacó: “Los principales problemas tienen que ver con los desmesurados aumentos que vienen sufriendo los alquileres, por encima de todo indicador económico, y la falta de control del Estado en el cumplimiento efectivo de la nueva ley de alquileres”.
“Realmente es inaceptable que el mercado especule con la necesidad de vivienda en este contexto de pandemia”, reclamó Artola, quien resaltó que “si no se regula el precio de los alquileres y el funcionamiento del mercado inmobiliario, el resultado no va a ser otro que más crisis habitacional y más desigualdad”.
La Izquierda Diario dialogó con algunos de los verdaderos protagonistas de esta crisis: los trabajadores del call center Hey Latam que, como tantos otros trabajadores, han perdido sus trabajos a causa de la pandemia.
Emir, despedido de Hey Latam, contó: ‘’Desde que me vine de Entre Ríos a Rosario con este trabajo tuve la posibilidad de independizarme completamente y vivir solo. Más allá de que siempre fue muy difícil llegar a fin de mes, o pagar a término impuestos y alquiler, de alguna forma uno siempre se las arreglaba. La realidad es que los salarios siempre fueron muy bajos, y más aun con este convenio que tenemos los telemarketers con empleados de comercio. Además de esto, cuando la empresa nos deja en la calle el 1ro de diciembre del año pasado, la situación se volvió muy crítica: éramos 300 trabajadores que estábamos en la misma situación y un 95% alquilábamos, ya que muchos no somos de acá sino de pueblos de la provincia. Lo que a mí me sucedió particularmente es que no pude seguir pagando ni el alquiler ni los impuestos, porque no tenía un salario. La posibilidad de un trabajo estable ahora es prácticamente nula: no se consigue, y lo poco que hay es sumamente precarizado, en negro y por productividad’’.
‘’Para terminar, cuando se venció el DNU tuve que mudarme a lo de compañeres y amigues, que me hicieron lugar para tener menos gastos, porque mudarme solo era prácticamente imposible. Te piden sumas de 60.000 pesos para entrar, lo cual es irreal con los salarios que se cobran hoy en día. Y encima las inmobiliarias no cumplen con la ley de alquileres. Ésa es hoy mi realidad’’.
Hablamos con Joana, también despedida del call center rosarino Hey Latam, quien nos relató un panorama similar: ‘’En mi caso. hasta el año pasado vivía sola. Con el laburo me podía bancar el alquiler, aunque llegaba a fin de mes muy corta. Por suerte mis viejos me ayudaban un poco, porque entre alquiler, impuestos y expensas era terrible. Este año se me terminaba el contrato, no tenía plata para la renovación, y cuando busqué departamentos para mudarme no lo podía creer. De entrada, con todo lo que tenés que sumar, es dificilísimo, y más estando desempleada. En ese momento pensé en volverme a mi pueblo, que era lo que no quería, porque mi vida ya estaba acá. Por suerte tuve la oportunidad de que una amiga necesitaba alguien con quien vivir, así que no tuve que pagar contrato, que hoy ronda los $40.000, y es imposible que un desempleado pueda pagar eso’’.
Por su parte Nerina comentó: “desde que cerró el call center fue imposible para mí pagar el alquiler al no tener un sueldo. En este momento debo la mitad de Enero, Febrero, Marzo y Abril. Hablé con un abogado de Inquilinos Rosario y me comentó que los intereses por la deuda son aproximadamente $16.000. Apenas se terminó el DNU de la inmobiliaria se comunicaron conmigo, como yo ya había empezado a trabajar pude decirles que podía pagar en mayo el alquiler y las cuotas por lo adeudado. Tenía mucho miedo a que me desalojen o que me manden algún tipo de intimación. Creo que no se tendría que haber sacado el DNU, yo ya estoy pudiendo resolver mi situación pagando muchísimos intereses porque empecé a trabajar, pero hay mucha gente que no puede. En mi caso si me llegaban a desalojar yo no tenía dónde ir y hay mucha gente que está en esa misma situación”
La situación de los alquileres se ha vuelto insostenible: mientras la ciudad se llena de edificios en construcción que son comprados por las clases altas que buscan un destino seguro para el dinero que les sobra, las y los trabajadores, los estudiantes y las madres solteras deben recorrer la ciudad mendigando un rincón en la casa de familiares y amigos, o se ven forzados a ocupar terrenos deshabitados, para ser después víctimas de la criminalización y la represión por parte de un estado que los ha abandonado por completo. Miles de trabajadoras sin techo recorriendo la ciudad en busca de un techo, pasando todos los días por las puertas de miles de casas y departamentos vacíos por culpa de la ausencia del Estado y de políticas de vivienda.
Mientras tanto, como señala Joana, quienes se aventuran a ingresar en las inmobiliarias en busca de una cocina y una habitación en la que descansar después de jornadas de trabajo cada vez más extensas y peor pagas, se encuentran con requisitos absurdos: 3 o 4 garantías de propiedades o recibos de sueldo altísimos, junto con contratos que los sumergen en la incertidumbre absoluta de no saber cuánto van a tener que pagar dentro de 12 meses.
Ésta es una realidad que los Santafesinos viven diariamente. En la provincia que lidera los rankings de desocupación nacionales, son moneda corriente los malabares que hacen los trabajadores para pagar un alquiler y llegar a fin de mes. Es por eso que el Frente de Izquierda viene reclamando desde el inicio de la pandemia una IFE de $30.000 para los trabajadores informales y desocupados, que les permita hacer frente a la crisis económica y a la segunda ola de la pandemia.
Como cantaba Silvia Pérez Cruz, denunciando la irracionalidad de esta misma situación en las capitales de Europa:
"Es indecente y es indecente,
Gente sin casa y casa sin gente"