Este resultado es un golpe a la versión difundida por la policía y respaldada por funcionarios como Patricia Bullrich y Claudio Maley.
Juan Lobo @CanisLupus1917
Sábado 21 de abril de 2018 13:44
La versión policial en torno al asesinato de Facundo Ferreira, el niño de 12 años asesinado por un disparo en la nuca el pasado 8 de marzo, vuelve a tener un nuevo revés a raíz de los datos que surgen de la investigación. Esta vez se trata del estudio de restos de ADN en el arma que la policía afirma que se secuestró en el lugar del hecho. En la prueba sobre el arma calibre 22 no hay rastros de Facundo. Según la policía se trataba del arma utilizada por el niño para dispararles, en base a lo cual basaron su relato de que el disparo que asesinó a Facundo fue “en defensa propia”.
La versión policial también tiene otra importante contradicción que quedó graficada en un video que se difundió esta semana. Filmado por un transeúnte, se ve cómo Facundo yace en el asfalto, rodeado de tres policías. Cuando su amigo le pide que lo asistan urgentemente y que lo lleven con una ambulancia, uno de los policías lo amenaza: “Sos picarito vos, ¿no?”. En esas imágenes no se ve ningún arma junto a Facundo, como había afirmado la versión policial.
Además, en el primer parte policial se consignaba el secuestro de dos armas calibre 22. Luego la versión cambió a que se secuestró solo un arma y que se trató de un “error de tipeo”. Facundo fue ingresado al Hospital Avellaneda (algo inexplicable si se tiene en cuenta que el Hospital Centro de Salud queda mucho más cerca del lugar de los hechos) como víctima de un accidente de tránsito, cuando en realidad murió por un disparo en la nuca del arma reglamentaria calibre 9mm del policía Nicolás González Montes de Oca.
La versión policial buscaba ganar sustento con un dermotest positivo en ambas manos de Facundo, una prueba que como señaló su defensa no es concluyente en cuanto a la posibilidad de disparo (puede dar positiva por la manipulación de otros elementos químicos o metálicos). Para ello se ordenó la prueba de “barrido electrónico”. El supuesto secuestro de un arma calibre 22 sin rastros de ADN infiere una manipulación de la escena con un arma “limpia”.
“Plantar un fierro”, es un modus operandi policial reconocible en varios casos de gatillo fácil que son presentados ante los grandes medios de comunicación como “enfrentamientos”. Esta práctica ha sido legitimada por el poder político, como puede verse en los dichos de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. “Si ese chico le tira a un policía, el agredido en ese caso es el policía, tiene todo el derecho a defenderse. El que decide la acción violenta es el responsable de la violencia”, dijo en una conferencia de prensa para defender a los policías y negar que se trate de un caso de gatillo fácil. “Disparar o no por la espalda, depende de la situación. Es un detalle”, agregó para la ministra para ilustrar toda una decisión política.
Días previos, el ministro de Seguridad de Tucumán, Claudio Maley también realizó una defensa similar. “El padre o la madre tienen responsabilidad sobre ese chico pequeño de 11 años. ¿Qué hace en la calle? ¿Qué hace ligado al uso de armas?”, había declarado el ministro luego de calificar los hechos como un “operativo normal” donde quizás hubo “excesos”.
Todos los datos que van saliendo a luz confirman las versiones de la familia, del amigo de Facundo que estuvo presente (a quién no mataron porque se habían juntado vecinos, según cuentan allegados de la familia Ferreira) y de diferentes testigos que se acercaron a contarle lo visto a la familia.
En la semana también trascendió el resultado positivo del examen toxicológico al policía Mauro Gabriel Díaz por consumo de cocaína y marihuana. La defensa de la familia de Facundo viene exigiendo el acceso al expediente, algo negado desde hace seis semanas. Tras una movilización el jueves, desde la fiscalía a cargo de Adriana Giannoni se los citó para el 24 de abril. Para ese día se conocerán los resultados de las pericias que se están realizando en Salta. A partir de allí se avanzaría en la indagatoria a los policías. Semanas atrás, la fiscala habría asegurado que luego de la declaración de los agentes se podría establecer su imputación.