Desde hace mucho tiempo el “accionar policial” es noticia en la provincia. Detenciones arbitrarias, torturas y asesinatos son la práctica cotidiana de la fuerza represiva del Estado.
Martes 31 de mayo de 2016
Foto: Fula
A la “policía brava” de Lucía Corpacci recientemente se le dio rienda suelta para llevar adelante el proyecto de Policía Infantil, ampliamente repudiado por la sociedad y voces de derechos humanos, que hoy continúa bajo un nombre distinto (cuando lo controvertido no es la forma sino el contenido).
Es la misma policía que el fin de semana golpeó y mantuvo detenidos al camarógrafo Marcelo Luna de la TV de Catamarca y a su hijo, cuando a éste lo estaba persiguiendo la policía y el padre salió a ver qué pasaba con su cámara al ver que le estaban dando una golpiza.
Apenas salió, en la puerta de su casa, le sacaron la cámara, lo golpearon y quedaron los dos detenidos durante doce horas además de borrarle la evidencia registrada en la cinta. La comunidad de trabajadores de prensa de la provincia salió fuertemente a repudiar este hecho.
Video: las imágenes de la agresión al camarógrafo de Canal 7 que la Policía quiso borrar
Recital de “La Mona” Jiménez
El hecho sucedió a pocas horas de que la “policía brava” fuera protagonista de un escándalo a la salida del recital del Carlos “La Mona” Jiménez en la provincia donde detuvo y golpeó a jóvenes por “portación de rostro”.
Frente a lo ocurrido “La Mona” escribió en su cuenta de Facebook: “Me duele el alma, a mi destrúyanme ya no importa, pero a ustedes no. Yo no soy nada sin ustedes, hasta pienso tanta es la envidia para que yo sirva para tener rating, porque tengo 65 años y me gusta tanto lo que hago que molesta tanto. Ejemplo de nada soy, pero vivo y respiro cuando estoy frente a ustedes, pero si yo causo que sean tan discriminados por no ser rubios ojos celestes y ser como yo Negros. Si ustedes me piden yo renuncio a lo que más amo, renuncio a verlos al lado mio y me bajo del escenario para siempre.” Causando conmoción a nivel nacional.
Torturas y crímenes
El domingo se cumplió un año de las torturas y detención de las artesanas Pamela Romero y Fabiana Orellano. Sólo se ha imputado a una mujer policía cuando ellas señalaron que, por lo menos, eran seis y no solo mujeres.
El caso resonó en la provincia y el país por la saña y brutalidad. A las artesanas las levantaron de la calle sin razón, las detuvieron durante dos días en la Comisaría Primera (pese incluso a que una de ellas estaba dando de mamar), policías encapuchados las torturaron con picanas en partes íntimas, las hicieron desfilar desnudas en los pasillos del calabozo, además de otro tipo de vejaciones como insultos, golpes y hasta obligarlas a hacer sentadillas, según consta en las denuncias judiciales y periodísticas.
Las chicas dieron aviso al médico policial, el cual hizo la vista gorda. Hoy sólo está imputada la oficial Moya, quien además sigue en funciones.
Desde hace un mes la familia de “Chispiao” Roldan viene reclamando justicia por su muerte. La policía lo arrestó el 23 de marzo y durante los cuatro días siguientes comenzó a presentar malestar en la zona lumbar. Fue atendido por el SAME pero las molestias persistieron. El 25 fue hospitalizado pero el médico policial habría sostenido que podía seguir arrestado en comisaría. El 27 lo llevaron nuevamente al hospital en donde quedó internado con respirador artificial y tras 13 días de coma, falleció.
La familia denuncia responsabilidad policial por no haber solicitado la debida atención médica y denuncia que recientemente ingresaron a su casa y apuntaron con un arma en la cabeza a su hijo de 15 años.
A esto se suma la impunidad del caso de Diego Pachao que fue asesinado por la policía en una detención arbitraria y por lo que su familia continúa luchando por justicia, a pesar de haber sido perseguidos, golpeados y reprimidos por los asesinos de su hijo.
Historia criminal
La historia policial en Catamarca es más que oscura, no solo los casos de policías implicados en redes de trata, como ya se denunció en este diario, sino también en resonantes casos de tráfico de drogas en 2013 como la causa “Tello y Alanis” donde se encontró culpable al cuñado del exjefe de policía Juan Palomeque.
El mismo exjefe de policía admitió que “grupos de inteligencia” actuaban en el lugar para “garantizar la paz” infiltrando a los activistas contra la megaminería de Andalgalá y Tinogasta en 2012. Este terminó expulsado de la fuerza luego de una saga de casos de delincuencia que conmovieron a la provincia y el asesinato de dos mujeres, pero la estructura policial se mantuvo intacta.
Esta policía recibió de parte del gobierno nacional de Cristina Fernández de Kiechner y su gobernadora aliada Lucía Corpacci 60 camionetas 4x4 como parte de la campaña electoral de 2015.
La impunidad policial es imposible sin la connivencia del poder político. A pocos días de la marcha nacional contra la violencia hacia las mujeres #NiUnaMenos, el poder político es responsable de todas y cada una de las afrentas hacia las mujeres, los jóvenes y los trabajadores de parte de esta “maldita policía”.
