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Red Internacional
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Tucumán. Cayó la ley antiderechos, ¿cómo sigue esta pelea?

Aunque haya caído el intento de prohibir el aborto no punible, impulsado por el FpV-PJ con el apoyo de Cambiemos, no podemos asimilarlo como tregua de largo aliento. La tarea de reorganizar las fuerzas del movimiento de mujeres para enfrentar esta avanzada.

Lunes 12 de noviembre de 2018

Con el intento de prohibir la interrupción legal del embarazo en la provincia, que impulsaron 23 legisladores del FpV-PJ con el apoyo de Cambiemos, la UCR y Fuerza Republicana, la campaña antiderechos busca consolidar una trinchera reaccionaria a nivel nacional.

Como venimos denunciando, se trata de un derecho consagrado hace ya casi 100 años en el Código Penal, donde se reconoce que la práctica no es punible en casos de violación y/o de riesgo de salud o de vida de la mujer gestante.

El proyecto que fue rechazado por las comisiones de Familia y Derechos de la Mujer constituía un paquete de medidas aberrantes, como la promoción de acciones ultrajantes contra las mujeres y niñas que han sido víctimas de violación, que impide el acceso a la información sobre sus derechos, promueve la criminalización de mujeres y niñas que intenten ejercer su derecho a un ILE y como si fuera poco, financiar económicamente a organizaciones civiles para desplegar una vasta red de centros de “protección” para llevar adelante esta avanzada reaccionaria.

Sorprendentemente la mayoría de los firmantes constituyen las comisiones que hoy rechazaron el proyecto. La explicación política de este repentino cambio de opinión, tiene que ver con el enorme repudio que generó a nivel nacional y en la provincia.

Para hacerlo más concreto y tomar dimensión de lo siniestro de sus implicancias, pretendían que una mujer o niña víctima de violación que quedara embarazada y fuera a un hospital manifestando que no desea proseguir ese embarazo tenga que someterse a un control ultrajante y coercitivo imponiendo hasta la realización de una ecografía obligatoria!.

Por supuesto que la principal consecuencia que hubiese traído, sería el desaliento de las denuncias de abusos, con lo cual se le da respaldo explícito a la llamada "cultura de la violación" por parte del propio Estado. Como contracara de esto, la enseñada oposición a la adhesión y aplicación de ESI constituye la otra cara de la misma moneda, negando una medida elemental que podría prevenir y detectar a tiempo abusos contra les niñes.

El jardín de los antiderechos

Tucumán establece ya en la Constitución de la provincia -reescrita por esos mismos partidos políticos en el 2006- la degradación de las mujeres a su función biológica reproductiva y la exclusividad en la realización de las tareas domésticas. En su artículo 40, inciso 3, plantea que el Estado provincial proveerá “una adecuada protección de la maternidad, favoreciendo la participación laboral de la madre sin que afecte tareas propias del hogar”.

No es casual que sea la capital nacional de la violencia institucional contra las mujeres. Los emblemáticos casos de Marita Verón, víctima de las redes de trata que operan con total impunidad y connivencia con el poder político; Paulina Lebbos, cuyo asesinato ha sido encubierto por el gobierno de Alperovich, Ayelén, víctima de un transfemicidio luego de haber denunciado que había sido violada en una comisaría y Belén, la joven que pasó casi 3 años en prisión por un aborto espontáneo a pedido del fiscal Washington Navarro Dávila, recientemente nombrado como Ministro Público de Defensa de la provincia, son solo algunos ejemplos.

Si Argentina tiene uno de los índices más altos de embarazo adolescente, Tucumán supera holgadamente la media nacional con un índice que se acerca al 19% de los embarazos en la provincia. El índice aumenta en las niñas menores de 15 años. El 68% de los casos registrados se trata de embarazos no planificados y en gran medida el producto de un abuso sexual.

Los legisladores que impulsaron esta medida dijeron apoyarse en la declaración de “provincia pro vida” de agosto de este año. Las comisiones que votaron su rechazo, se ampararon en la viabilidad jurídica de este proyecto. Pero ninguno puso en cuestionamiento el contenido del mismo, porque todos alimentan y alimentaron la guerra que el conjunto del régimen le ha declarado a las mujeres.

Si contemplamos que es la única provincia que no adhirió a la Ley de Salud Sexual, en la que es muy difícil acceder al protocolo de aborto no punible, que no aplica la Educación Sexual Integral pero imparte religión en las escuelas públicas, hay que decir que en el Jardín de los antiderechos los atropellos a los más elementales derechos, incluso los constitucionales, son moneda corriente.

Es decir, el proyecto no se trató de un exabrupto aislado. No podemos depositar entonces ninguna confianza en discursos opositores de ocasión, o en retractaciones de momentos. A cada avanzada hay que tirarla abajo ganando las calles!

Hay unidad: contra las mujeres y los inmigrantes

Queda clara la decisión por parte de las Iglesias, católicas y evangelistas, el gobierno provincial, y los partido clericales de conjunto, de hacer de nuestra provincia una trinchera en la ofensiva nacional contra la marea verde, que tuvo una derrota táctica con la votación del Senado pero que logró instalar el debate del aborto e imponer una votación favorable en Diputados; una victoria política que alimenta la fuerza moral de un poderoso movimiento de mujeres que llegó para quedarse.

Fue un gesto más en el intento de disciplinar a un movimiento, que incluye a profesionales de la salud, que en los últimos meses también empezaron a buscar las vías para garantizar la aplicación de las ILE. Porque Tucumán no es solo el “Jardín de los antiderechos” sino también del movimiento de mujeres que tiró abajo el fallo absolutorio a los proxenetas de Marita Verón, que hizo del caso Belén una causa internacional y logró su liberación.

Pero también es la lectura política de un peronismo en la oposición que se prepara para el 2019 corriendo el espectro de su discurso hacia la derecha. En ese marco se inscriben las declaraciones de Miguel Pichetto contra los inmigrantes, o ahora Manzur mostrándose como adalid de la cruzada contra las mujeres. Ya lo habíamos visto durante el debate sobre aborto. El ex Ministro de Salud de Cristina Fernández de Kirchner, actual gobernador de la provincia, encabezó los Tedeum con María Eugenia Vidal y la jerarquía de la Iglesia Católica contra nuestro derecho a decidir. Y no fue la única vez.

Mientras CFK implora que “no se enojen con la Iglesia”, sigue llamando a “enfrentar a la derecha” apostando a la unidad de un peronismo que está garantizando los votos para hacer pasar el presupuesto del FMI y cada vez más toma aspectos del discurso nacionalista y antiderechos de Bolsonaro en Brasil. ¿Qué podría hacernos pensar que promoverá nuestros derechos, cuando durante doce años, con mayoría automática en la Cámara, no lo hizo?

Desde las bancas de Nicolás del Caño y Nathalia González Seligra (PTS-FIT) presentamos una propuesta para rechazar desde el Congreso el proyecto de ley presentado por los legisladores tucumanos. Solo el Frente de Izquierda plantea en su programa el derecho al aborto y la separación de la Iglesia y el Estado.

Pongamos en pie la fuerza social necesaria para derrotar la avanzada de la derecha

Si la jerarquía de la Iglesia y el peronismo tucumano quieren hacer de nuestra provincia una trinchera de la reacción clerical, tenemos que liberar las fuerzas del movimiento de mujeres exigiendo medidas de fuerza a los sindicatos y a los centros de estudiantes para que se pongan a la cabeza de esta pelea , convocando asambleas en todas las facultades y escuelas de la provincia y todas las medidas que nos preparen para volver a poner la fuerza de la marea verde en las calles, para paralizar la provincia por los derechos de las mujeres.

Desde las agrupaciones “A la Izquierda” en las facultades de Artes, Medicina, Psicología, Ciencias Naturales y Filosofía y Letras, estamos dando una pelea en este sentido contra organizaciones como La Bolívar, que ni siquiera estuvo dispuesta a cambiar la fecha de las elecciones a Centro de Estudiantes previstas para el 14 de noviembre, día en que el Senado hará votar el Presupuesto, con movilizaciones en todo el país.

También desde la Agrupación Marrón Docente venimos llamando a participamos de la movilización a la Legislatura convocada por el espacio #NiUnaMenos, exigiendo a los gremios docentes que salgan de la parálisis que permitió que el gobierno provincial y algunos municipios reclutaran a nuestros alumnos para organizar movilizaciones “provida” junto con la Iglesia.

Como docentes no nos es ajena la deserción escolar por los embarazos adolescentes, por eso tenemos que movilizarnos masivamente contra esta ley aberrante, y seguir peleando por la implemetanción efectiva de la ESI en todas las escuelas, contra la educación religiosa en la enseñanza pública y contra la injerencia del clero en los contenidos educativos.

En el bastión de la reacción clerical tenemos que poner en pie un gran movimiento de mujeres y de la juventud para evitar que avance la derecha en todo el país, al mismo tiempo que redoblamos nuestras fuerzas a nivel nacional, para enfrentar estos ataques.

Nuestra fuerza es la de millones de personas que este año fueron parte de la enorme marea verde, contra las imposiciones de la Iglesia y el antidemocrático Senado. Es necesario liberar y reorganizar esas fuerzas impulsando una gran campaña contra por la educación sexual integral, sin injerencia religiosa; por el aborto legal, seguro y gratuito en todos los centros de salud; y hacer de Tucumán, la referencia nacional de la lucha por la separación total e inmediata de la Iglesia y el Estado.