Iniciamos este primer ciclo de entrevistas sobre la crisis que nos atraviesa y sus consecuencias sociales, económicas y políticas con Christian Castillo, docente de sociología general de la FAHCE, la UBA y dirigente nacional del PTS.
Juliana Yantorno @JuliYantorno
Domingo 29 de marzo de 2020 20:36
¿Qué relación establecerías entre la pandemia y la crisis económica, que muchos analistas opinan se está acelerando? ¿Cómo impacta esta crisis en la sociedad?
En 2008 vimos cómo los estados tomaron grandes deudas para rescatar a los bancos a costa del empobrecimiento generalizado de la población y recortaron, entre otras cosas, el presupuesto para salud. En ese sentido hay una relación muy estrecha entre esa crisis y esta.
Hay otro elemento que es el desarrollo de los aparatos represivos y de control social. Muchos gobiernos están desplegando policías y a las fuerzas armadas, lo que puede traer consecuencias regresivas para cuando pase la pandemia. Son experiencias de control poblacional muy peligrosas.
En nuestro país sacar a la calle a las fuerzas armadas es algo que creo que hay que criticar fuertemente. Se abre una caja de pandora, mezcla de irresponsabilidad y de una línea de control social en los barrios, porque se está dejando a la gente de bajos recursos en cuarentena y sin plata para comer.
Más allá de la excusa humanitaria de que salen para repartir comida (algo que podría organizarse desde los movimientos sociales junto con docentes y trabajadores sociales) no hay ninguna necesidad logística imprescindible para la utilización de las fuerzas sino que es una decisión política que creo muy grave. Ya lo vimos en Bolivia donde el ejército terminó dándole el golpe a Evo Morales. Ahora acá se empieza a empoderar al ejército y eso sabemos cómo empieza, pero no cómo termina.
¿Qué pensás de las medidas que viene tomando el gobierno para enfrentar la pandemia?
Ahora el gobierno dice que lo va a hacer y desde el Frente de Izquierda lo venimos proponiendo desde un principio, pero no se nos escuchó en ese momento. Recurriendo al material que existe disponible en los laboratorios privados que son altamente sofisticados, y también al sector público, se podría haber empezado a trabajar y a producir en este sentido. Ahora se está corriendo de atrás.
Además hay una contradicción entre la economía y la salud, que algunos gobiernos resuelven siguiendo la línea de las grandes corporaciones de que “la salud no importa” (como en Estados Unidos, Brasil y Chile). Acá no se tomaron medidas suficientes para las siete millones de personas que quedaron sin salarios de un día para el otro, ni tampoco se tomaron medidas para prohibir los despidos, algo fundamental para frenar lo que ya está empezando a pasar, que son los despidos en cientos de empresas frente al parate económico.
¿Cómo podríamos solucionar esta crisis desde una perspectiva favorable para la clase trabajadora?
En nuestro país prohibir los despidos, garantizar un sueldo de treinta mil pesos como piso para los que se quedaron sin laburo, que nadie esté en la calle ni hacinado, tomar medidas para modificar la estructura habitacional de nuestro país donde tres millones de familias están en emergencia habitacional y no pueden enfrentar esta situación. Es necesario garantizar vivienda a todo el mundo, teniendo en cuenta que muchos municipios alrededor del 10% de la población vive hacinada ¿cómo se puede cumplir un aislamiento preventivo en estas condiciones?
Creo que esas son medidas de fondo que hay que tomar, y desde ya no pagar la deuda (algo el propio gobierno dice que no puede hacer, y que hasta el propio FMI lo ha dicho respecto de otros países). Pero no solo hay que postergar los pagos, sino que la deuda de los países oprimidos tiene que ser condonada, como la izquierda viene demandando.
¿Qué rol podrían jugar las universidades frente a esto?
En primer lugar, las facultades de medicina y ciencias exactas con sus diversos recursos (como laboratorios, etc.) pueden atender y apoyar directamente al aspecto sanitario de la crisis, convocando –como ya se hace en algunos casos- a voluntarios que colaboren en esta situación.
Un segundo aspecto tiene que ver con las disciplinas sociales, como es el ejemplo de trabajo social: existiendo una población enorme en situación vulnerable se podría colaborar para atender las consecuencias del aislamiento social obligatorio en estas condiciones. El aislamiento social no es igual si se dispone de una licencia paga y condiciones de vida más o menos buenas que cuando estas hacinado y de golpe te quedaste sin ingresos. Siete millones de personas perdieron todos sus ingresos de un día para el otro, y son los sectores que menos tienen. El apoyo económico que les ha otorgado el gobierno es muy limitado, por lo que se necesita un trabajo muy intenso en el que las universidades podrían colaborar, en primer lugar relevando cuáles son las necesidades más imperiosas.
Hay un tercer aspecto que creo que es el aporte al debate. Hay discusiones de todo tipo a nivel internacional donde la universidad podría aportar, por ejemplo, con una página en la cual todos colaboremos e intercambiemos sobre las causas de esta crisis y también poniendo sobre la mesa hacia dónde vamos, ya que el mundo no será igual después de esta crisis global que nos ha acercado a una situación económica comparable con la de la crisis de 2008, y que se prevé que posiblemente sea aun peor.
Juliana Yantorno
Socióloga UNLP, becaria doctoral Conicet