Por orden del fiscal Washington Navarro Davila, personal de Gendarmería Nacional, Criminalística y peritos forenses investigan en el lugar donde fue la masacre.
Miércoles 4 de noviembre de 2015
Diversos medios locales se hicieron eco de la noticia, desgraciadamente dando lugar a la versión policial que reza que los presos prendieron fuego para evitar una “requisa de rutina”, provocando un incendio que terminó con la vida de Emanuel Gallardo y Ariano Biza, ambos de 22 años.
Las actuaciones incluirán una teatralización de los hechos, aparentemente con la intención de determinar las condiciones de detención (recordemos que donde se desató el incendio estaban hacinados 18 jóvenes en un solo calabozo) y determinar si evacuaron a los jóvenes a tiempo. Este es el punto central que denuncian los familiares de los muchachos, dado que según testimonios los dejaron encerrados con el incendio mientras los insultaban y se burlaban manifestando “¿querían fuego? ahí tienen fuego…”
Familiares se hicieron presentes con mucha expectativa, ya que son las primeras actuaciones después de 4 meses de la masacre, con ningún policía imputado e incluso numerosas amenazas y provocaciones contra familiares y amigos de los jóvenes. No se les permitió participar ni observar las pericias ordenadas y dirigidas por el Fiscal Davila.
Los familiares denunciaron las condiciones degradantes de detención que generaron el incendio. A contramano de la versión de una pacífica “requisa rutinaria”, los chicos venían siendo apaleados, torturados, se les negaba la comida y la visita. Incluso tanto Emanuel como Ariano estaban detenidos por causas armadas por la propia Brigada de Investigaciones con el sólo fin de obtener dinero de sus familias.