Tras el reciente documental realizado por la plataforma Netflix y después de que en 2019 la familia Escobedo y las distintas organizaciones allegadas a ella denunciarán al Estado mexicano por su responsabilidad tras el asesinato de Rubí y Marisela Escobedo, el país recibe notificación de la denuncia.
Viernes 6 de noviembre de 2020
Hay que recordar que lo ocurrido en diciembre de 2010 en el Palacio de Gobierno de Chihuahua, fue un acto no solo de feminicidio, sino un delito que se vincula directamente a una organización del crimen organizado.
Después de la falla para la detención del responsable del feminicidio de Rubí, se perpetró el de la señora Marisela; si antes ya era conocida y respetada su memoria en Chihuahua, ahora alrededor del país se siente indignación y se sigue gritando y exigiendo justicia.
Organizaciones como el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (CEDEHM), el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional (CEJIL) y la organización Mexicanos en el Exilio, el pasado julio de 2019 presentaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos una solicitud de admisibilidad para un mejor análisis de la violación a múltiples Derechos Humanos y tras un año y meses de espera, es oficial y se ven vulnerables, la vida libre de violencia a las mujeres, violencia de género y la reparación de daños.
La indignación por parte de la población mexicana pudo ser uno de los principales factores y por supuesto una presión social al gobierno y la comisión para tomar cartas en el asunto, lo que, en cierto modo, resulta aún más indignante ya que solo se deja al descubierto la incompetencia de las autoridades y del gobierno mexicano, la corrupción e impunidad a la que las mujeres nos enfrentamos día con día, donde si mañana una madre grita y lucha por la justicia de su hija, puede terminar muerta.
El Estado no protegió a Marisela, no había un solo servidor público que la custodiara o velará por su seguridad pues es claro que éste no está para priorizar la vida de las mujeres y por el contrario, sienta las bases materiales para perpetuar la violencia hacia nosotras. Pese a que el feminicida tuviera relación con una organización criminal y a las incansables pruebas de amenaza que había en ese momento, no se actuó, pero claro, no fueran las marchas feministas porque ponen a toda la Guardia Nacional que actualmente está desplegada en todo el país.
Actualmente en México la cifra de impunidad en casos de violencia a las mujeres es del 99% y claro, todo se puede empezar desde el acoso, desde las alertas de violencia sexual que no son atendidas, el INEGI estima que de la población de 18 años y más, durante el segundo semestre de 2019 el 19,4% fue víctima de acoso personal y/o violencia sexual y las diferencias entre género son amplias, siendo los casos contra las mujeres (27,2%) más alto que el de los hombres (10,1%).
A pesar de la falsa esperanza emitida por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) en 2013 de poder llegar a una sanción de todos los involucrados en el feminicidio de Marisela, nunca se tuvo respuesta, por lo que se tuvo que llevar a una instancia mayor que podría llevar años emitir una resolución. Pero a pesar de todo, justicia para Marisela es justicia para todas las Mujeres de Chihuahua y por lo tanto empieza un nuevo camino para ella.
Hoy podemos decir con seguridad que los esfuerzos de Marisela, a pesar del tiempo, han podido cosechar frutos y llevar cada vez un paso más a la justicia y el respeto a su memoria, y la de Rubí. Ni la lucha de ella ni la de las 10 familias que buscan a las mujeres que se les han sido arrebatadas, son en vano. En México no hay un sistema legal ni justicia para todos y hay que aprender a usar todos estos focos de atención a nuestro favor, ¡porque ya no nos quedamos calladas!
Es importante señalar que la comisión se encarga de analizar e investigar peticiones donde se vulneran los derechos humanos y posteriormente la Corte Interamericana de Derechos Humanos, como órgano autónomo, se encargará de juzgar y emitir sentencia en caso de que lo adopte y así poder hacer reparo de las consecuencias y se pague una indemnización a las víctimas, como lo ha hecho lamentablemente por la falta de eficacia del Estado, en otros casos como lo fue el caso algodonero.
Poco a poco las mujeres de este país nos organizamos para formar un camino de justicia, para la creación de un mundo donde no se nos vulnere, donde se nos respete y no tengamos que salir a exigir que no se nos mate.
Por ti, por tu mamá, por tu abuela, por Rubí, por Marisela, por las que todavía no se atreven. Construyamos un gran movimiento de mujeres combativo y en las calles que no ponga su confianza en el Estado sino en sus propias fuerzas en alianza con todos los sectores oprimidos y explotados para arrancar el sistema de raíz y hacer efectivo de una vez por todas el #NiUnaMenos
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