También declaró el marido de Paula, Rodolfo Ortiz, quien presentó una carta que confirma su vínculo con Strumia. Alberto Perassi fue atacado por la defensa, en medio de dos extensas jornadas de declaración.
Martes 26 de marzo de 2019 23:54
Durante la segunda jornada del juicio por Paula Perassi, desaparecida hace 7 años y medio, prestaron declaración dos importantes testigos para la causa. En primer lugar Rodolfo Ortiz, concubino y padre de los dos hijos de Paula, quien leyó una carta fechada el 16 de agosto de 2011, un mes antes de su desaparición, donde Paula manifestó que estaba enamorada. La nota coincide con la fecha de cumpleaños de Gabriel Strumia, principal acusado en la causa, y consta como elemento probatorio del vínculo que los unía. Además, ratificó lo expuesto por la fiscalía sobre la noche del 18 de septiembre cuando Paula salió de su casa supuestamente en búsqueda de la tarea para uno de sus hijos, pero nunca regresó.
En la tarde fue el turno de Alberto Perassi, el hombre que junto a su esposa Alicia viene peleando incansablemente desde hace 7 años y medio por justicia, a pesar de los hostigamientos, de las amenazas, y de las múltiples hostilidades y desacreditación hacia él durante su declaración. Alberto tiene 70 años y es de profesión mecánico, desde los 17 años, Paula la segunda de sus hijas. Explicó cómo fueron los días previos y posteriores a la desaparición de Paula y contó sobre su vínculo previo con el empresario sanlorencino Gabriel Strumia, con quien había trabado una relación de amistad por su afición a las carreras.
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En la mañana del 20 de septiembre, Strumia le dice que recibe un mensaje de Paula, en el cual le comenta que está llegando a San Juan, dos días después de su desaparición. Se comprobó que el número de origen pertenecía a una línea que usaba Paula para comunicarse con Gabriel.
Luego de la denuncia, algunos días después, Alberto comenzó a desconfiar de Strumia y de los policías que seguían la investigación. Contó que su último contacto con Paula fue un llamado proveniente de un locutorio, al cual la policía fue dos veces y no retiró las imágenes de las cámaras de seguridad. A la tercera, 11 días más tarde, la grabación había sido alterada. Además declaró que se descubrieron alrededor de 40 llamadas entre su hija y su amigo, y que éste último hablaba a través de un medio no intervenido con uno de los acusados, el agente María José Galtielli.
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En este contexto, Alberto nunca bajó los brazos. Siguió buscando respuestas, aunque la policía se negara a dárselas, argumentando que no tenían ninguna información. “Creo que fabricaban las pruebas y ellos mismos las iban a levantar, yo escuche que había dinero en el medio cuando Strumia estuvo preso y por eso salió. Y bueno, por eso yo dije en algún momento que había dinero y me lo terminó de confirmar la señora de Strumia cuando dijo que vendió 4 camiones para pagar todo esto”.
Entretanto, aseguró que querían callarlo. Al no obtener respuestas de la policía, Alberto comenzó a salir a la calle con un altoparlante en una camioneta pidiendo ayuda. A los pocos días, ingresaron a robar en su vivienda y se llevaron solo ese equipo. Días más tarde, entraron en su taller y rompieron la chata de un cliente. Por este y otros amedrentamientos, tuvo que comenzar a usar un chaleco antibalas y a tener custodia permanente. Durante su testimonio, contó cada información que le llegó como posible pista del paradero de su hija y todas las investigaciones que hizo personalmente en función de las mismas.
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La defensa se encargó de calumniar a Alberto Perassi, diciendo que armó un circo mediático, desacreditando todos los años de lucha. En tanto, desde la defensa del empresario Strumia deslizaron que Paula era “una puta”, que no se sabe con quién salía.
En tanto, organizaciones sociales y de mujeres mantenían una vigilia en las puertas del Centro de Justicia Penal, en apoyo a la familia de Paula, como contracara de lo que sucedía adentro. Rita Segato, la antropóloga feminista que está en Rosario dictando un seminario, también manifestó su apoyo al pedido de justicia por Paula Perassi.
Rita Segato en su paso por Rosario manda su apoyo y solidaridad a la familia de Paula Perassi y exige justicia 💪 pic.twitter.com/OAS8tlij6f
— VirG💚💜 (@virgrisolia) 26 de marzo de 2019
Día 3
En la tercera jornada del juicio este martes Alberto hizo hincapié sobre cómo llegó a Dominga Ruñisky, sospechosa de haberle realizado un aborto no consentido a Paula. Contó que Nicolas Vazquez, por entonces yerno de Dominga, le dijo que su pareja comentó: “Otra vez mi vieja hizo un aborto y se murió la chica”. Perassi está seguro que Vazquez se refiere a Paula porque la fecha coincide con su desaparición.
Adolfo Puyol, comisario retirado y acusado de encubrimiento e incumplimiento de deberes como funcionario público, declaró que conoció a Strumia en el 2006, cuando el empresario le realizaba trabajos en su camión y remarcó que la relación era comercial; Strumia ratificó esto. El ex comisario también cargó contra Alberto Perassi, diciendo que le arruinó su carrera, y que está preso sin pruebas.
Ruñisky declaró y negó practicar abortos, y dijo que su ex yerno Nicolás Vázquez dijo eso porque su hija lo echó de su casa. Por último, Strummia reforzó la versión de Puyol sobre su relación comercial y aclaró que ya lo había mencionado en declaraciones anteriores.