Los trabajadores de Favela son la expresión de miles en la provincia y en el país que sufren el abuso de los empresarios durante la cuarentena.
Miércoles 1ro de abril de 2020 23:34
Favela para precarizar
Cualquier persona que viva en Córdoba capital y que haya recorrido la noche de barrio Güemes, tiene en el bar favela un punto de referencia, ya que este local es un espacio de música en vivo con bar, restó y dos plantas donde cada noche circulan más de 300 personas.
Mientras la sociedad se ha visto confinada a un aislamiento obligatorio producto del avance del COVID-19, el nombre de este bar ha circulado por redes sociales producto del dramático pasar de sus trabajadores.
Dialogamos con Victoria y Julián, quienes trabajan en este local a quienes les cambiamos el nombre para evitar represalias. Nos cuenta que desde el día 16 de marzo los propietarios, unilateral y sorpresivamente, han decidido no pagarles el sueldo, con el agravante de que después de decenas de llamados y mensajes no han podido tener una respuesta concreta a su situación.
Incluso los trabajadores crearon un grupo de WhatsApp para encontrar respuestas. Uno de los dueños se fue automáticamente del grupo mientras el otro jamás respondió a las interpelaciones, solo en intercambios individuales con algunos empleados, los dueños plantearon promesas de crédito para pagar los sueldos que aún siguen sin aparecer.
Relatan que el bar cuenta con 20 empleadas y empleados y que la mayoría no está registrado o está “en negro”, con contratos de pocos meses y alta rotabilidad en muchos casos. También denuncian que el local regularmente tiene una alta demanda de clientela que llega a las 350 personas por noche en algunos casos y con facturaciones mensuales cercanas a 1.5 o 2 millones de pesos según la temporada, mientras ellos perciben un salario de $95 pesos la hora.
“Trabajamos en negro, con muy pocos beneficios, quien consigue algún aporte mínimo de los derechos del trabajador es pactado directamente con el dueño de manera singular”. Denuncian, además, el agravante de que si los registran pierden la antigüedad en algunos casos de 4 o 5 años.
“Al parecer han dado de alta a dos empleados “blanqueándolos” en AFIP, pero jamás nadie tuvo recibo de sueldo o algo parecido”, nos comentan agregando que “Han puesto a algunos en blanco sin dar ningún aviso, cosa que llamó mucho la atención de todos, con la cuarentena instalada”. Esto suma preocupaciones ya no perciben salarios y en algunos casos tampoco podrán recibir la asistencia de $10.000 por parte del estado nacional al estar registrados. Y agregan “Tenemos compañeras con hijos a cargo, varias son mujeres solas, sostén del hogar y eso los dueños lo saben”.
A medida que vamos realizando esta entrevista es notable la inequidad entre las ganancias que amasan los dueños del local y el destino que les toca en suerte a sus trabajadores: “Tengo $1500 que me dio mi familia para vivir hasta que termine la cuarenta, después del 12/04 no sé qué voy a hacer porque mi familia no tiene más recursos para ayudarme”.
Un espejo donde se miran millones
“Estamos desesperados por el hecho de que no nos ha dado ningún beneficio económico para poder enfrentar la situación. Y realmente muchos la pasan peor por el hecho que no tienen ninguna ayuda familiar o extra familiar para poder tener, aunque sea los sustentos básicos, la situación es verdaderamente alarmante e indignante “ y agregan “El estado debería poner a disposición trabajo, porque es evidente que no todos vamos a poder tener el mismo empleo que antes de la cuarentena”.
La situación de precariedad e incertidumbre que atraviesan estos trabajadores es una sombra que se extiende sobre 350 mil empleados del rubro gastronómico en la provincia de Córdoba. Son miles que cada día reciben avisos de “licencias no pagas”, “vacaciones adelantadas sin goce de sueldo” o directamente despido bajo el eufemismo de “fin de contrato”.
Los principales protagonistas son jóvenes, donde la desocupación es el doble que el promedio y la precarización laboral llega al 60%. Además, existe el agravante de que para los sindicatos tradicionales estos trabajadores son prácticamente invisibles.
Desde este medio hemos remarcado la necesidad de asistir a los millones que hoy sufren las consecuencias de la precarización de la vida. Levantamos la urgencia de un salario de cuarentena de $30.000 como mínimo para todos los trabajadores en situación de vulnerabilidad. Desde el día de hoy rige una ley anti despidos esperada por millones de familias que lamentablemente está llena de lagunas porque “es un borrón y cuenta nueva“ para las patronales, donde no se reconoce la reincorporación de los despedidos antes del decreto y deja afuera a 5 millones de trabajadores no registrados.
Es necesario tomar medidas de emergencia reincorporando a todas las y los despedidos, salarios de emergencia y poner bajo control de los propios trabajadores toda fábrica y establecimiento que cierre. Es urgente evitar que la crisis sanitaria profundice una crisis social que afecte aún más a la clase trabajadora y los sectores populares.
Si estás en la provincia de Córdoba contactate para contarnos tu situación laboral y denunciar los abusos por parte de las empresas al 3512453728.