La defensa de las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras se transforma en una cuestión vital. El ajuste sobre el salario condiciona a ocupados y desocupados. Gobiernos, empresarios y dirigentes sindicales son responsables. Hace falta preparar una respuesta autónoma y coordinada.

Gastón Remy Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.
Miércoles 23 de noviembre de 2022 08:44

La canasta familiar (CBT) aumentó un 70,1% hasta octubre (hogar de cuatro integrantes) y llegó a los 126.970 pesos informó la Dipec. La canasta alimentaria lo hizo en un 70,9% y alcanzó los 59.918 pesos.
Mientras tanto, los salarios vienen caminando por detrás. Por ejemplo, estatales tuvieron un aumento del 46,7%, comercio 48,5% y el salario mínimo vital y móvil empató con un aumento del 70% en ese mismo período, aunque su monto no alcanza ni el mínimo para sobrevivir.
Esta dinámica de salarios que se actualizan por debajo del costo de la canasta familiar lleva a que las y los trabajadores se hagan más pobres o directamente indigentes.
En el caso una maestra con un cargo y diez años de antigüedad percibió 59.035 pesos de salario de bolsillo en octubre. Apenas un 46% de la canasta familiar. Y no cubre la canasta de indigencia.
En comercio, un trabajador o trabajadora con diez años de antigüedad en octubre cobró 125.970 pesos y aunque está un poco mejor tampoco llega a comprar la canasta familiar.
Los trabajadores municipales u otros que perciben el salario mínimo, vital y móvil a octubre cobraron 54.550 pesos. Están mucho peor. No cubren la canasta alimentaria. Son indigentes.
Y quienes reciben el programa Potenciar Trabajo, equivalente a medio salario, mínimo, vital y móvil, pueden acceder a menos de la mitad (45,5%) de la canasta alimentaria. Realmente, ¿Qué familia puede vivir con 27.275 pesos?
En los casos planteados se ratifica que la clase trabajadora es remunerada por los empresarios y el Estado por debajo de lo que cuesta la reproducción de su fuerza de trabajo. Sean ocupados o desocupados.
Esta es una de las claves del éxito de empresarios y gobiernos. Así mejoran sus ganancias y los resultados fiscales. Con estos salarios deprimen de conjunto las condiciones laborales. Con cada vez más multiempleo para llegar a fin de mes. Acá no hay grieta entre radicales y peronistas.
Y pese a que es casi un saqueo a cielo abierto, los dirigentes sindicales lo dejan correr. Pactan paritarias por debajo de la inflación en la mayoría de los casos. Y en todos, no buscan ningún coordinación entre ocupados, mucho menos con los desocupados –sobre quienes incluso alientan las campañas de la derecha acusándolos de “vagos”-. Facilitan la división sobre la cual reina el enemigo.
El planteo de un salario igual a la canasta familiar y que se ajuste mes a mes según la inflación que hacemos desde el PTS-FIT apunta a elevar las expectativas de amplios sectores. No solo para llegar a fin de mes, sino también para desnaturalizar que la solución ante la falta de lucha de las direcciones gremiales sea individual buscando varios empleos o changas a la vez.
Esta salida a la crisis del salario y el empleo exige organizar desde abajo, en cada lugar de trabajo, en los gremios y en los barrios, la coordinación de todas y todos aquellos que quieran poner un freno al ajuste y conquistar mejores condiciones de vida.
Los médicos residentes en Caba lograron un gran triunfo luego de intensas jornadas de movilizaciones y paros. Y los trabajadores de vialidad en la provincia tras semanas de paro y marchas, le arrancaron al gobierno un aumento del 100% en el salario de la categoría más baja. El estado tiene fondos. En junio acumuló un superávit de $ 14.093 millones. Y lo más importante, Morales cedió ante la lucha.
Al contrario del “sálvese quien pueda” que terminan alentando las direcciones sindicales dado que no buscan ningún plan de lucha, la unidad de las y los trabajadores es la que puede permitir ganar la fuerza que se necesita para imponerle a las direcciones gremiales un paro y plan de lucha unitario de ocupados y desocupados.
Vos podes ser parte de preparar esta pelea ayudando a difundir estas ideas y la organización por abajo que hace falta construir. Hay que dar vuelta los salarios de pobreza en Jujuy.

Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.