El Obispo de la diócesis de Santa María de Los Ángeles, Felipe Bacarreza, declaró que la mujer violada tiene obligación de tener al hijo como el soldado bajo tortura no dar información.
Jueves 18 de febrero de 2016
La carta enviada por el obispo al diario El Mercurio, en la sección carta al director, fue una respuesta a Carlos Peña, rector UDP, frente al debate del proyecto de Aborto bajo tres causales, el cual se encuentra estancado en el parlamento hace más de un año. Estas declaraciones se suman a las realizadas por el Monseñor Fernando Chomalí, Arzobispo de Concepción, quien planteó que “este proyecto es la puerta de entrada al aborto libre”.
Bacarreza, parte del círculo de confianza del sacerdote Fernando Karadima, reconocido por sus comentarios contra la diversidad sexual y el aborto bajo cualquier circunstancia, en su carta señala lo siguiente:
“Hay conductas heroicas a las cuales se está obligado. Un prisionero de guerra está obligado a abstenerse de revelar al enemigo los secretos sobre la defensa de su país, incluso bajo el apremio de la tortura. Si considera que no está obligado y entrega al enemigo esos secretos, estaría entregando a la muerte a sus compatriotas. Es admirable que las personas que están en el poder se abstenga de enriquecerse o de usar el poder en beneficio propio, pero no es una conducta supererogatoria; es una obligación, porque hacerlo sería corrupción. Que un político actúe en conciencia y según la verdad y este motivo pierda el favor popular es admirable; pero es una obligación y no una acción supererogatoria. Hemos explicado que mantener un niño inocente en el seno materno hasta su nacimiento no es para la madre una acción supererogatoria; es abstenerse de matarlo y, por tanto, es obligación, aunque en algunos casos pueda ser admirable y hasta heroico. Se espera del Estado que facilite a las madres por todos los medios disponibles el cumplimiento de esta obligación" (texto publicado en El Mercurio).
El Obispo de los Ángeles compara el gesto "heroico" de un soldado que guarda silencio frente a la tortura al de una mujer embaraza producto de una violación, bajo esta perspectiva reconoce la esencia de la tortura que significa para una mujer cargar con un embarazo no deseado, resultado de una violación, y engrandece el dolor para quien logra seguir adelante después de estos hechos traumáticos. La comparación sacada de las normas de guerras, que al parecer resulta una coincidencia entre el Ejército y la alta jerarquía eclesiástica, explica que este país sigue estando regido por fundamentalismos religiosos, manteniendo bajo el más estricto control patriarcal nuestras vidas y preservando la herencia de la Dictadura militar en materia de derechos sexuales y reproductivos.
Las declaraciones del clérigo se contraponen a la lucha que durante años hemos mantenido el movimiento de mujeres y feminista por el derecho a decidir, temática transversal en las diversas coordinadoras por el 8 de marzo, Día de la mujer trabajadora, que han surgido a lo largo del país, preparando la conmemoración de décadas de lucha por nuestros derechos y de perspectivas para conquistarlos. En ese sentido, Fany Valladares, vocal de género y sexualidades de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Valparaíso, declaro que "es insostenible que la alta jerarquía eclesiástica, involucrada en casos de encubrimiento a curas pedófilos, siga imponiendo su moral conservadora sobre los cuerpos y las vida de las mujeres, mientras ellos se organizan para frenar nuestros derechos, nosotras nos organizamos para que este 8 de marzo se escuchen nuestra voces y reclamos por el derecho al aborto libre, legal, seguro y gratuito", enfatizó.
Ya se están realizando reuniones de distintas agrupaciones para organizar el 8 de marzo. Desde Pan y Rosas estamos en la primera fila para organizar e impulsar esa fecha como un día de lucha y organización, para lograr nuestro derecho efectivo a decidir, porque no queremos que los políticos corruptos decidan por nosotras, exigimos el derecho al aborto legal, libre, seguro y gratuito, ahora.