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Red Internacional
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Detención de Eduardo Fellner: una decisión "judicial" a la medida de Gerardo Morales

El exgobernador fue detenido junto a otros exfuncionarios. Detenciones arbitrarias y el circo judicial para desviar el descontento creciente con las políticas de Cambia Jujuy. Las tareas de la izquierda.

Juan Rovere @juanroverepts

Verónica Valdez @valveritos

Viernes 13 de abril de 2018 19:41

En la noche del miércoles último un nuevo capítulo de persecución judicial a la oposición política sacudió a la Provincia. A través de los medios de comunicación se conoció el pedido de detención del exgobernador Eduardo Fellner, en el marco de la denominada “megacausa” por el desvío de fondos para la construcción de viviendas.

Permanecen detenidos también otros cuatro exfuncionarios de la gestión peronista y una escribana que prestaba servicios para la organización Tupac Amaru.

Se investiga el supuesto faltante de 1.300 millones de pesos destinados a la construcción de viviendas sociales entre 2.011 y 2.015, en el que el exgobernador Fellner tendría responsabilidad a partir de un decreto de su gestión, sancionado en 2.007, que establecía la creación de la Unidad Ejecutora Provincial (UEP) con el fin de administrar los recursos presupuestarios que provenían del tesoro nacional.

Una causa que, desde hace más de dos años, utiliza la Justicia jujeña para mantener la prisión arbitraria de la dirigente Milagro Sala, y en la que están imputados, además del exgobernador y exfuncionarios de su gobierno, numerosos intendentes, entre ellos el radical Raúl “Chuli” Jorge. Sin embargo, las órdenes de detención no incluyen a ningún oficialista, a pesar de que sobre ellos recaen las mismas acusaciones y presunciones. Ni el juez, ni los fiscales han podido dar explicaciones de esta arbitrariedad.

Recordemos que la Provincia ha sido observada y permanece bajo la lupa de organismos internacionales como la CIDH por la violación sistemática a las libertades democráticas elementales bajo el gobierno de la coalición radical - massista - Pro, “Cambia Jujuy”.

Esta nueva avanzada de la Justicia jujeña, que fue prontamente avalada por el gobernador Gerardo Morales, ocurre no casualmente a días de la escandalosa detención de Lula Da Silva por parte de la justicia golpista en Brasil, y luego de que la jueza María Servini de Cubría dictara la intervención del Partido Justicialista nacional.

Si no hay pan, que haya circo

Pero la avanzada no obedece sólo a un envalentonamiento del Gobierno y la Justicia de Gerardo Morales. Basta con ver la actitud de los fiscales Diego Cussell y Liliana Montiel, y hasta el mismo juez Cruz, incapaces de sostener un fundamento suficiente para justificar la prisión preventiva del exgobernador y exfuncionarios, que cercena -una vez más- el elemental principio de inocencia.

Se trata de un intento de desviar la agenda y la opinión pública en un momento de creciente descontento con las medidas antipopulares Gerardo Morales, como se expresó hace pocos días en el paro provincial y la multitudinaria movilización a la Legislatura en el marco de la apertura de sesiones.

El extendido rechazo a la represión y detención de estudiantes secundarios, junto a su abogado y la concejala del PTS-FIT Andrea Gutiérrez, que reclamaban contra el cierre de sus colegios; al Pacto Social Educativo, eufemismo utilizado para hacer pasar las reformas del Banco Mundial en la Educación; a la contrarreforma del Sistema de Salud denominada “Plan Estratégico en Salud”; a las paritarias más bajas del país para docentes y estatales; a los 338 despidos en el Ingenio La Esperanza y los despidos persecutorios en Ingenio Ledesma; y al conjunto de políticas de ajuste y represión de la gestión cambiemita, no pudo ser tapado por los gases y balas de goma contra quienes se movilizaron a la Legislatura.

Mientras, del otro lado de las vallas, un reducido grupo de personas, “rehenes” -como le gusta decir a Morales- de organizaciones sociales otrora alineadas con la Tupac Amaru, hizo de aplaudidor del Gobernador y de su deslucido discurso plagado de viejos nuevos anuncios, intentos de justificar sus dos años de gestión e inverosímiles mea culpa por los errores cometidos.

Por eso el Gobierno Provincial recurre, a través de su Justicia adicta, a un nuevo capítulo de la “batalla cultural” permanente, que a partir de la detención ilegal de Milagro Sala, ha sabido erigir como su principal fortaleza, utilizando “el combate a la corrupción” para alimentar una ideología reaccionaria que, más que para combatir realmente la corrupción, intrínseca a todos los gobiernos capitalistas -incluido el suyo, como consta en numerosos hechos, busca legitimar la división de los explotados y oprimidos, para fortalecer la persecución y represión sistemática contra el pueblo trabajador.

La oposición colaboracionista

Si el gobierno de Morales ha podido avanzar en varias de sus medidas más reaccionarias, sólo tiene explicación en la colaboración del PJ en apoyar la mayoría de las leyes y medidas propuestas por el oficialismo. Como lo expresó el presidente del PJ jujeño, Rubén Rivarola el PJ trabaja para que Gerardo Morales “pueda cumplir sus sueños”.

Rivarola, que tardó minutos en repudiar la intervención del PJ nacional, tardó más de 24 horas en pronunciarse por la detención de Fellner, declaraciones además en las que no denuncia el carácter persecutorio contra la oposición en la Provincia. Siendo el presidente del PJ, hoy ni siquiera estuvo presente en la conferencia de prensa de que dieron los legisladores y dirigentes cuestionando la medida judicial. ¿Tendrá miedo de una intervención de la nueva administración del PJ nacional? ¿Querrá aprovechar la detención de Fellner para liquidar uno de los tantas fracciones internas del PJ? ¿Priman sus acuerdos como empresario con el Gobierno? Probablemente, todas las opciones tengan algo de cierto.

Por su parte, la mayoría de las direcciones sindicales que responden al PJ son quizás las mayores responsables de la desmovilización y atomización de la fuerza de los trabajadores y la juventud. En los dos años de gobierno de Morales no hubo ningún plan de lucha conjunto frente a los ataques a las libertades democráticas o a las condiciones de vida y trabajo. En algunos casos, como en el Ingenio La Esperanza, fueron un actor directo de desmoralización y desmovilización de los trabajadores que habían mostrado voluntad de lucha para enfrentar los despidos.

La lucha contra los planes de Morales fue “a pesar” de las direcciones sindicales burocráticas. Esto se ha expresado en cada oportunidad que han tenido los trabajadores, las mujeres y la juventud de salir a las calles, así como también en la resistencia persistente de los trabajadores y mujeres de Ingenio La Esperanza; de los estudiantes y padres que defienden la Educación contra el cierre de los CEIJA, contra el hacinamiento edilicio, en la toma de terciarios por la falta de docentes; de los trabajadores de la Salud que junto a la comunidad resisten el recorte de prestaciones en los hospitales.

El deslegitimado Partido Justicialista que ahora denuncia que la Justicia jujeña actúa “fuera de los cánones del estado de derecho”, pero que ha guardado un silencio cómplice ante la detención de su diputada del Parlasur, Milagro Sala, así como ante la detención ilegal de estudiantes de los CEIJA, de los trabajadores de La Esperanza, y ante cada avasallamiento de los derechos democráticos, cae presa de su propio colaboracionismo.

Organizar la fuerza social para derrotar a Morales

La gran diferencia entre estas detenciones, que buscan desviar la agenda y canalizar el descontento hacia un debilitado PJ, y la detención arbitraria de Milagro Sala apenas iniciada la gestión cambiemita, es que el circo cada vez es menos efectivo. Y que el gran descontento popular con “los mismos de siempre”, los partidos de los empresarios, ha encontrado un canal de expresión a través del Frente de Izquierda y el referente del PTS, Alejandro Vilca.

El propio Morales lo reconoció en su discurso de inicio de sesiones en sus reiteradas referencias directas e indirectas hacia los legisladores del FIT. La única fuerza que combatió consecuentemente desde el principio cada atropello a las libertades democráticas de régimen policíaco de Gerardo Morales, acompañando cada lucha de los trabajadores, las mujeres y la juventud. Y que hoy rechaza el uso de la prisión preventiva como mecanismo persecutorio de dirigentes políticos, más allá del histórico rechazo a las políticas del gobierno de Fellner y del PJ.

Sin embargo, es necesario que ese canal de expresión tome fuerza de forma organizada en las organizaciones de los trabajadores, los estudiantes y las mujeres y pueda constituirse un gran partido de la clase trabajadora, que recupere los sindicatos y los centros de estudiantes y ponga en las calles la fuerzas sociales capaces de derrotar los planes reaccionarios de Morales, su Justicia y los partidos de los empresarios.