El Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños que se evoca cada 23 de septiembre fue instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas en coordinación con la Conferencia de Mujeres que tuvo lugar en Bangladesh, en 1999, para conmemorar la promulgación de la ley 9.143 de Argentina ocurrida en 1913, cuando se convirtió en la primera norma contra la prostitución infantil en el mundo.
Martes 23 de septiembre de 2014
Argentina fue pionera con la promulgación de la ley 9.143. La norma es también conocida como la "ley Palacios” porque fue redactada e impulsada por el diputado socialista Alfredo Palacios y marcó la culminación de una de las luchas más resonantes de la historia contra la esclavización de mujeres para el ejercicio forzado de la prostitución.
En Argentina a principios de 1900 operaba la enorme red mafiosa que explotaba mujeres traídas desde Europa por la supuesta mutual Zwi Migdal.
El Camino de Buenos Aires se había convertido en la Meca de la prostitución mundial. El antiguo Reglamento de Prostíbulos de Buenos Aires, dictado en 1875, decía simplemente, con suma hipocresía: "no podrá haber en los prostíbulos mujeres menores de 18 años, salvo que se hubieren entregado a la prostitución con anterioridad". O sea que sí podía haber niñas de cualquier edad, siempre y cuando hubieran sido iniciadas tempranamente.
Gracias al ímpetu de Palacios, la sanción de esta norma de avanzada para la época, ubicó a la Argentina en un lugar de vanguardia en cuanto a la defensa de los derechos humanos y en especial de los derechos de las víctimas de delitos sexuales y esclavitud.
Después del tráfico de drogas y de armas, la trata de personas constituye el negocio transnacional que genera mayores dividendos. Quienes caen en las redes de los tratantes, pueden enfrentar la explotación sexual, distintas formas de trabajo esclavo y mendicidad forzada y abusos de todo tipo, perdiendo hasta sus derechos más básicos, como la libertad.
En pleno siglo XXI, la Argentina sigue siendo un terreno fértil para los tratantes y las mujeres vuelven a estar en riesgo de ser secuestradas y llevadas lejos de sus hogares y convertidas en esclavas sexuales. Hoy siguen en peligro mujeres de toda clase social siendo las redes de traficantes cada vez sofisticadas. Así como usan la tecnología moderna para burlar las leyes también han perfeccionado la sutileza de sus métodos de captación de víctimas.