Luego de sufrir un robo la letrada que da clase en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad del Litoral pidió una “muerte lenta y dolorosa” para los asaltantes.
Miércoles 21 de septiembre de 2016 09:54
En el día de ayer se dieron a conocer graves declaraciones de una abogada y docente de la Universidad del Litoral. Maria Del Valle Basail, profesora de una cátedra en la Facultad de Ciencias Jurídicas de Santa Fe, quien luego de ser asaltada publicó en su cuenta de Facebook que le deseaba una “muerte dolorosa y lenta” para quienes delinquen. En un texto despectivo y cargado de agravios, se refirió a quienes delinquen como “ratas con caras inmundas”.
Sus dichos son doblemente repudiables puesto que su profesión es la formación de los futuros abogados. Su desprecio llega al punto de exigir que quienes roban no tengan ningún tipo de derecho y que “se merecen todo lo malo que les haya pasado de chicos”.
Las declaraciones son preocupantes: se trata de una profesional del derecho con conocimiento de las leyes y tratados internacionales a los que viola con sus palabras, promoviendo la tortura y planteando que hay que desconocer los derechos inalienables de las personas reduciéndolas al estatus de cosas. Castiga los delitos comunes, como el de robo y hurto con la más alta de las condenas, esa que fue eliminada de la legislación argentina hace décadas. Nada dice de los grandes ladrones de cuello blanco que “delinquen” con el negocio del narcotráfico, redes de trata, pero se ocupa de opinar respecto de la necesidad de incrementar las violaciones a los derechos humanos de los miles de pobres que atestan las cárceles del país. Para ellos no alcanza con morir de enfermedades curables, perder el contacto con sus familias, pasar hambre, frió o ser molido a golpes por el Servicio Penitenciario, la pena de muerte debería ser restablecida.
La Universidad del Litoral emitió un comunicado repudiando los dichos de la docente y anunciando que se abrió un juicio sumario. Sin embargo estos discursos que convalidan un derecho penal que no juzgue a las personas por sus actos sino por su origen social pidiendo “mano dura” no son aislados. Estos contenidos se siguen impartiendo en las facultades con algunos docentes que por ejemplo fueron jueces en la dictadura, como el caso de Soria en La Plata, que da derecho penal al tiempo que rechazaba habeas corpus de los desaparecidos. Es en estas instituciones donde se encuentran a los ideólogos de leyes que tienen como finalidad el endurecimiento arbitrario de los tipos penales y las condenas como lo fue con el caso de la Ley Antiterrorista o el “paquete Blumbuerg” en el año 2003. Allí se forman los jueces que en Santa Fe por ejemplo dejan impunes los casos de gatillo fácil como el de Pichón Escobar, Franco Casco y Jonatan Herrera.
En este caso la Universidad tuvo que tomar medidas por la gravedad de los hechos, pero son cotidianos los ejemplos en las aulas donde los estudiantes se ven obligados a interpelar a aquellos que “forman” (o más bien “deforman”) abogados, para seguir haciendo un derecho dirigido a criminalizar la pobreza.