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Red Internacional
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IMPOSTURAS Y DEMAGOGIA POLÍTICA. El Frente Amplio hace demagogia con reclamos de los trabajadores

Para este 5 de octubre el Frente Amplio Venezuela Libre convoca a una “jornada de protesta” en las Inspectorías de Trabajo, tomando como motivo lo que es un reclamo extendido entre los trabajadores del sector público: la defensa de los derechos laborales. Un justo reclamo que sin embargo es usado para una política que busca fortalecer un bando patronal contra otro, ya que este Frente Amplio es compuesto en su gran mayoría por Voluntad Popular, Primero Justicia, Acción Democrática, Lilian Tintori, entre otros sectores. ¿Reclamos laborales de la mano de estos partidos?

Milton D’León Caracas / @MiltonDLeon

Jueves 4 de octubre de 2018

El Frente Amplio Venezuela Libre, una iniciativa de integrantes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) junto a sectores del chavismo disidente y la iglesia católica, ha llamado para este viernes a una protesta frente a las Inspectorías del Trabajo. Desde el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV) el pasado 24 de septiembre se convocó a esta protesta, la convocatoria es por una situación muy sentida por los trabajadores: “por el respeto al salario y a las convenciones colectiva”.

De acuerdo a los impulsores la idea es entregar un documento que resuma las principales demandas de los trabajadores: mejores salarios, contrataciones colectivas y tablas salariales. El llamamiento se produce en medio del conflicto laboral que mantienen los empleados públicos y de las industrias que están en manos del Estado, contra el Gobierno de Maduro, denunciando la eliminación de las escalas salariales, el irrespeto a los contratos colectivos y el retraso de pagos.

Es comprensible que muchos trabajadores se sientan atraídos por esta convocatoria, puesto que urge la necesidad de acciones nacionales coordinadas que pongan en el centro de la escena las justas reivindicaciones de los trabajadores. Sin embargo, como explicamos en estas líneas, no es en las convocatorias de este sector político donde se encontrarán eco genuino nuestras demandas, porque solo aprovecha el justo descontento de los trabajadores en función de un proyecto político ajeno a las necesidades de los trabajadores.

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Es de recordar que Frente Amplio Venezuela Libre nació el pasado 8 de marzo en el Teatro Chacao, donde el grueso central de esta coalición son partidos opositores de la derecha oriundos de la Mesa de la Unidad Democrática, en un intento de reacomodación política.

En dicho lanzamiento estaban, entre sus principales impulsores Enrique Márquez — dirigente de Un Nuevo Tiempo—; Ramón Guillermo Aveledo — ex secretario ejecutivo de la MUD—; Henry Ramos Allup —dirigente de Acción Democrática—; Henrique Capriles Radonski — dirigente de Primero Justicia—; el presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, Omar Barboza —de Un Nuevo Tiempo—; Liliana Tintori —de Voluntad Popular de Leopoldo López—; entre otros dirigentes de la rancia derecha venezolana y algunos del llamado chavismo disidente, como el movimiento del exministro del Interior Mayor General Rodríguez Torres, el MADDT.

Como señalamos en su momento, ante la crisis terminal de la MUD y “un gobierno sostenido cada vez más sobre la imposición, el fraude, la proscripción y la represión, la derecha se reinventa, poniendo por delante una convocatoria no ya desde los partidos sino desde “la sociedad civil” (…) Poniendo eje de su propaganda en “la democracia”, la “tolerancia política”. Democracia y tolerancia que no ha tenido la derecha contra los adversarios a sus regímenes cuando ha gobernado, ni con las luchas obreras y populares que la han enfrentado con determinación”.

También los integrantes de este Frente Amplio incluyen a la principal corporación patronal Fedecámaras, las autoridades de las universidades autónomas dirigidas por la derecha, los dirigentes estudiantiles de AD, VP, PJ, etc., periodistas tradicionales de la derecha. A la misma se suman dirigentes sindicales que son integrantes orgánicos de los partidos de la oposición derechista. También están otros chavistas disidentes como Nicmer Evans, que luego de pasar por Marea Socialista saltó a una efímera cercanía con la ex fiscal Luisa Ortega Díaz, en busca de espacios más amplios, para terminar en estas las alianzas con partidos de la oposición de derecha.

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¿Partidos patronales y cámaras empresariales por reivindicaciones laborales?

Alguien se puede preguntar, ¿cómo es que ahora dirigentes y representantes de partidos patronales e incluso federaciones patronales “apoyan” luchas de trabajadores por salarios e incluso por las convenciones colectivas? La respuesta es simple, se trata de una total y absoluta demagogia política, salvo que el mundo esté al revés, pero no es el caso, vivimos en una Venezuela donde la explotación capitalista reina, donde trabajadores y empresarios tienen intereses absolutamente opuestos.

El hecho que en esta coyuntura el centro de la lucha ocurre en el sector público, directamente contra el gobierno, es lo que le facilita esta jugada demagógica a estos partidos, porque con toda seguridad, si estuviéramos ante una oleada de luchas obreras contra el empresariado privado, otro gallo cantaría, estos políticos patronales de ninguna manera estarían haciendo nada para apoyar las luchas. He allí el carácter oportunista de su actual convocatoria.

Pongamos el más simple de los ejemplos, para poner al rojo vivo ésta completa demagogia política. Cuando se decretó el aumento del salario mínimo a 1.800 Bs.S. todos estos sectores pusieron el grito en el cielo, argumentando, tal cual, como los empresarios, que eso “llevaría a la quiebra a las empresas”. Que por tanto no se podía dar semejante aumento. Hasta hacía pocos de este aumento decían que estaban por un aumento salarial, cuando los trabajadores ganaban lo que equivalía a menos de un dólar al mes. Pero justo cuando se da un aumento, que igual continuaba siendo mísero pues apenas llegaba a los 30 dólares al mes –por la cotización del dólar en ese momento-, pusieron el grito en el cielo. Eso no podía ser. Allí pusieron al desnudo su farsa.

Actualmente un salario que cubra las necesidades básicas o que esté al nivel de la canasta familiar tendría que andar rondando los 300 dólares al mes. Si estos representantes del Frente Amplio Venezuela Libre hicieron sonar todas las alarmas por un mísero salario de 30 dólares al mes, ¿cómo es que ahora dicen defender un salario digno? El cinismo, la demagogia y la impostura salta a la vista.

Lo mismo podemos decir de las contrataciones colectivas. Todos estos representantes del Frente Amplio siempre fueron los que protestaban por un sin número de leyes tanto de la Ley del Trabajo como las que se iban configurando en las contrataciones colectivas, como por ejemplo, la estabilidad laboral o no poder despedir a un trabajador cuando les viniese en gana, así como otras conquistas laborales, porque así una empresa “no podía funcionar”, y que una de las medidas que había que tomar era justamente “flexibilizar” las leyes laborales, incluyendo las que se iban incorporando a las contrataciones colectivas. Pero ahora, y de repente, estos representantes de partidos patronales y las cámaras empresariales llaman a protestar en defensa de tales conquistas que está liquidando el gobierno. ¿Cómo es posible? Por el embauque que le están haciendo a los trabajadores, y usarlos como carne de cañón para sus objetivos políticos.

Todo este montaje se debe a que se trata de una derecha que ha buscado modificar su “táctica” política, habida cuenta que aún con todo el gran malestar social reinante y la profunda impopularidad de Maduro, y aún con toda la demagogia que ha hecho sobre los problemas del pueblo, no ha podido pasar el límite de acciones cuya composición fundamental es de clase media, sin poder arrastrar tras de sí para sus objetivos reaccionarios al movimiento obrero y popular. Para ello debe hacerle más guiños, debe profundizar la demagogia. En esto reside la iniciativa de las protestas convocadas para este 5 de octubre.

Su nueva estrategia, tal como ya lo hemos explicado en otros artículos, es presentarse ahora con un llamado a la “unidad nacional”, haciendo uso del maquillaje político con su Frente Amplio, buscando mostrar que no son realmente la misma derecha de siempre sino un espacio que incluye tanto a la derecha como a supuestos sectores de “izquierda”, tanto a empresarios como trabajadores, un “frente amplio”, para la “lucha democrática” y el rescate del país. Una “unidad superior”, donde “estamos todos”. De allí la incorporación de chavistas disidentes, algunos de los cuales de “izquierda” nunca tuvieron nada, sino veamos el caso del exministro chavista, Mayor General Rodríguez Torres, un ex jefe del servicio de inteligencia (SEBIN) bajo Chávez y ex ministro de Maduro (incluso durante las represiones de 2014), ministro de Interior cuando ocurrieron masacres como la de Quinta Crespo.

Pero la esencia de su propuesta de “unidad nacional” es la de un gobierno capitalista que “respete los derechos democráticos de todos” y le “brinde condiciones a los empresarios” para “producir” (es decir, más dólares, cero control de precios, menos derechos laborales), que sea reconocido por “la comunidad internacional” (es decir, las potencias imperialistas occidentales) para endeudar más el país con el capital financiero tradicional y el FMI, y profundizar la presencia del capital transnacional mediante más inversiones en empresas y áreas de la economía nacional. Es decir, su programa no está pensado desde los intereses de los trabajadores sino empresariales y del capital transnacional.

Desgraciadamente diversos dirigentes sindicales se han hecho eco de esta política de la oposición aglutinada en el Frente Amplio Venezuela Libre. Pero es de destacar que se trata en su mayoría de burócratas sindicales que son integrantes orgánicos de estos partidos o con fuertes lazos con ellos, y que actúan como correa de transmisión de estas organizaciones entre las filas de los trabajadores. Cumplen el mismo papel que tienen los burócratas sindicales del gobierno y el PSUV, que también funcionan como correa de transmisión de la política gubernamental en las organizaciones de los trabajadores. Todos ellos buscan llevar agua al molino de la política patronal, sea a la de los partidos de la oposición de derecha como a la del gobierno y del PSUV. Tan criminal es estar detrás de las políticas de gobierno y del PSUV como estar detrás de partidos de la oposición de derecha como VP, PJ, AD, UNT, etc., que son los determinantes en el Frente Amplio.

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La independencia de clase y política para que las luchas en curso puedan triunfar

Vemos que las luchas por el salario y las contrataciones colectivas comienzan a extenderse por el país. Se alistan en pie de lucha para esta pelea los de las empresas básicas del hierro, el acero y el aluminio en Guayana, los petroleros, de la industria del cemento, los de la salud y la educación, los del sector universitario, hasta algunos sectores de la administración pública.

Pero es fundamental delimitar claramente las luchas y demandas de los trabajadores, de la política de aquellos sectores de la oposición de derecha que son tan patronales como el gobierno, el PSUV y la burocracia sindical chavista de la CBST, pero que pretenden aprovechar el hecho de que esta lucha de los trabajadores por los contratos enfrenta fundamentalmente al gobierno para sus propios objetivos.

Es cierto que esta política de los partidos de la derecha, de aparecer convocando acciones en nombre de las luchas de los trabajadores, se la facilita la inexistencia de grandes organizaciones obreras a nivel nacional que cumplan ese rol centralizador y tengan esas iniciativas, ante ese vacío es que actúa el FAVL. Por eso es una necesidad urgente que aquellas organizaciones de trabajadores que no están subordinadas sindicalmente ni al gobierno ni a la oposición –como la federación de trabajadores universitarios encabezada por Eduardo Sánchez, y otros sectores – den un paso al frente y se pongan a la cabeza de convocatorias concretas para articular y coordinar las luchas, para dar un canal de expresión a la tendencia objetiva que hay hacia la confluencia y la coordinación de las luchas. Así se puede tomar la batuta de convocar desde esos espacios esas acciones comunes y contundentes que tanto los trabajadores están esperando, y mostrar así una alternativa de coordinación, pero desde las propias filas de la clase obrera, sin ningún vínculo con estos partidos patronales.

Es necesario luchar por la más amplia unidad de los trabajadores y trabajadoras y evitar que continúen siendo usados como carne de cañón para proyectos políticos ajenos a sus intereses, enfrentando al gobierno, pero sin mezclar banderas con la demagogia de la derecha. El primer deber en el camino de esta unidad es partir de espacios y organismos que agrupen al conjunto de los trabajadores en cada lugar de trabajo o empresa, organizar asambleas y comités de lucha con la participación de todos, ya sean impulsados por el sindicato allí donde este sea dirigido por sectores combativos, o impuestos al sindicato si éste es dirigido burocrática y corporativamente.

Esto implica que hay que redoblar el combate por organizaciones sindicales con dirigentes que no sean correa de transmisión de proyectos políticos patronales, que no funcionen como camarillas por encima de los trabajadores, a espaldas de la base, sino que se manejen democráticamente, con el método de las asambleas de bases, dirigentes que ejecuten lo que las bases decidan y con mandatos revocables.

Es que frente a la crisis imperante se hace más urgente que nunca sindicatos con total independencia de clase ante los partidos de la oposición que hoy buscan reciclarse con el Frente Amplio así como del gobierno y su partido el PSUV, como una condición para que sean verdaderas organizaciones de lucha clasista, que nos permitan además dirigirnos al conjunto del pueblo explotado y pobre para tejer una poderosa alianza obrera y popular contra las políticas tanto del gobierno como de los partidos de oposición.

En este sentido organizar encuentros comunes entre los trabajadores, regionales y nacionalmente, encuentros de delegados de base, escogidos en asamblea en su lugar de trabajo, independientemente que sea o no dirigente sindical, con mandatos de la asamblea y revocables en cualquier momento por la misma, para ir forjando una nueva camada de obreros y obreras combativos al calor de las luchas que se están desarrollando, y donde se vote un plan de emergencia obrero y popular frente a la crisis imperante, al que con total certeza se opondrá tanto el gobierno como la oposición pues va contra sus intereses.

La intervención en la situación nacional, marcada por grandes proyectos y fuerzas políticas reaccionarias –el gobierno y la oposición de derecha–, necesita de la lucha por el surgimiento de un polo de independencia de clase, que exprese una política de clase propia de los trabajadores frente a los grandes problemas nacionales, de la política, la economía y todos los ámbitos.

La total independencia de los sindicatos del Estado, el partido del gobierno y de la oposición, es clave en la crisis actual, así como la mayor democracia obrera en sus filas, y sacarnos de encima a las burocracias sindicales y poner al frente direcciones obreras clasistas, democráticas y combativas, que se planteen que la clase obrera entre en la escena política nacional como una fuerza independiente. Solo así podría abrirse camino un polo de independencia de clase que pueda ser referencia y atractivo para sectores avanzados de los trabajadores, de la juventud y el pueblo pobre que saquen conclusiones por izquierda del fracaso del chavismo, sin caer en la demagogia “democrática” de la derecha proimperialista.