El viernes marchó en la Capital cordobesa la "Coordinadora por la Aparición con Vida de Yamila Cuello". Respaldada por distintas organizaciones de izquierda, reclamaron por la joven que desapareció hace cinco años. Su hermana, Soledad Cuello, logró que la causa pase a instancia de la Justicia Federal como el único caso de Presunta Trata de Persona.
Martes 28 de octubre de 2014
La calurosa tarde del viernes recibió a los protagonistas de la marcha en Colón y Gral. Paz con más de 30º de sensación térmica. La ciudad estaba caliente, y los manifestantes también. Reclamaron la celeridad en la investigación y apuntaron a la falta de interés del fiscal Senestrari en el caso.
La familia Cuello permanece en angustia desde hace 5 años porque Yamila aún no aparece. El 25 de octubre de 2009 partió al mediodía de su casa, ubicada en barrio Coronel Olmedo, para almorzar en lo de un amigo pero, hasta hoy, no regresó. Llevaba sólo lo puesto. En ese momento tenía 21 años y, según dijo su hermana Soledad, mantenía una relación turbulenta con su ex pareja, de quién habría recibido un llamado telefónico que "la alteró mucho" justo antes de dejar su vivienda.
Más de un centenar de personas se sumaron a la manifestación llevando banderas y carteles pidiendo por las víctimas de trata y con frases alusivas. Además, mientras caminaban sobre la avenida Vélez Sarsfield, hicieron pegatinas al paso: consistía en un pequeño rectángulo con una foto de Yamila, debajo aparece el número de teléfono de Soledad para brindar cualquier información valiosa. Sucede que ante la falta de acción de las autoridades, la Coordinadora ha tomado cartas en el asunto y se encuentra en la búsqueda permanente de cualquier pista que dé con Yamila. En este sentido es necesario remarcar el completo abandono de los organismos que deberían respaldar, fomentar y acompañar a los Cuello.
En estos años, entre las ausencias se destaca la de la Dra. Amelia Chiófalo, ex Secretaria de Asistencia y Prevención de la Trata de Personas de la Provincia de Córdoba y actual legisladora. En su momento, Soledad se acercó a ella para solicitar apoyo, sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano. En más de tres oportunidades, acordaron reunirse pero las citas fueron canceladas sin aviso previo momentos antes de concretarse y sin dar una explicación coherente. Estos hechos demuestran el grado de desconsideración y falta de compromiso con la causa.
Durante la marcha, la hermana menor de Soledad la acompañó en todo momento y en su expresión se podía notar el tedio de esta situación que por algún motivo le toca vivir. Más tarde, durante la clausura de la marcha, leyó una carta dirigida a su hermana mayor en cuyas líneas podemos comenzar a imaginarnos la gravedad de este hecho completamente inhumano: "Yamila, ésta gente me apoya y te espera. Es tan inmensa la responsabilidad de una familia que necesitó de tu ayuda para llevarla: la abuela que no se perdona haberte dejado salir y la mami, pobre, que nos trata de sostener a todos nosotros, pero está triste. Hay miles de momentos en que miro hacia atrás y no entiendo lo que pasó, pero desde que no estás cambiaste mi vida por completo".
Yamila es víctima del Estado desde el primer momento. La denuncia fue tomada por la policía cuatro días después de su desaparición. Las autoridades indicaron que se debía esperar 72 hs. antes de tomar la denuncia y que aún así, era probable que Yamila se haya marchado de su casa por su "propia voluntad", siendo ya mayor de edad. Cabe destacar que la espera de un plazo de horas antes de establecer la denuncia por las autoridades es un procedimiento que caducó en 2006. Se sabe que en toda investigación, las primeras 72 hs. inmediatamente posteriores, son las horas claves donde se puede determinar el curso del procedimiento. Por ello, Soledad cree que existió un entorpecimiento deliberado de la investigación por parte de las autoridades.
En esta oportunidad adhirieron a la marcha AMMAR Córdoba, La Marcha de las Putas- Córdoba, Juntas y a la Izquierda - MST, Pan y Rosas - PTS, Red por el Reconocimiento del Trabajo Sexual, Mumala, COB - La Brecha, Colectivo de Varones Antipatriarcales Córdoba - Plenario de Trabajadoras PO - Cintia Frencia, Legisladora del FIT.
La Marcha de las Putas se sumó a través de una intervención artística tratando de dar cuenta que, aunque en este caso la trata lleva la cara de Yamila, cualquiera de nosotras puede ser comercializada como un pedazo de carne. Durante las paradas que hacían los manifestantes, y con cánticos de fondo que nunca cesaron, las mujeres de la Marcha, vestidas de negro, se pararon una al lado de la otra con una careta del retrato de Yamila y la leyenda "La indiferencia es complicidad, ¿dónde están?", refiriéndose a la trata.
Finalmente, la marcha, liderada por las hermanas Cuello y Marina Acosta, hermana de Paola Acosta, llegaron a su destino: la plazoleta Vélez Sarsfield.
La noche ya había copado la ciudad y aunque el calor no daba el brazo a torcer, una leve brisa se abrió paso entre los manifestantes que, de a poco, se acomodaban en círculo para dar inicio a la última parte de la jornada. Uno a uno, los invitados se declararon en contra de la vulnerabilidad que acosa a las mujeres, sobre todo de aquellas que se encuentran en las periferias geográficas y sociales, siendo víctimas de violencia de género. La hermana de Soledad Acosta, Marina, fue la primera en tomar la palabra, recordó a la concurrencia que sigue luchando por el femicidio de su hermana. Hacia el final del acto, Soledad, entre lágrimas, angustia e impotencia se dirigió a Yamila desde su carta: "Cuando más te necesitaba te arrancaron de mi vida sin explicación alguna. Esta lucha, te puedo asegurar, nos está costando más de la cuenta. El tiempo pasa, y cada vez te siento más lejos. Sólo tené presente siempre, donde estés, que te amo con toda mi alma, que no me voy a dar por vencida y que nadie va a pararme hasta encontrarte, así me cueste el resto de mi vida."