Con miles de estatales por debajo de la línea de pobreza, la conducción de ATE Capital, en vez de romper la tregua y luchar por salario, lanza una línea de “sorteos”. Si tenés suerte, comés.
Martes 17 de noviembre de 2020 16:17
En las últimas horas, los delegados de la Verde y Blanca de ATE Capital, difundieron como una gran medida, el sorteo de changuitos de supermercado equivalentes a una compra de 10 mil pesos. Los destinatarios, serán sus afiliados, en caso de contar con la suerte de que salga su número. El sindicato, que debería ser una herramienta de organización de les trabajadores para enfrentar el ajuste y conquistar todos sus derechos, se transforma así en una especie de “Bingo del hambre”. Sale o sale. Pero si no sale, no hay premio consuelo.
La paritaria estatal es ampliamente conocida por la sociedad entera. No porque haya significado una feroz lucha callejera con sus gremios a la cabeza. Sino porque rompió el récord de todos los ajustes de 2020. Con un 7%, el gobierno y UPCN se dieron la mano en Septiembre y prometieron volver a “charlar” en Diciembre.
Recordemos que la paritaria de 2019 jamás se cerró, porque el gobierno decidió suspender todo tipo de negociación en el mes de Mayo, y cuando se reabrió el “diálogo”, la recomposición salarial comprometida en las actas, fue desconocida en los hechos. Así, se consumó un 2020 pandémico que trajo más ajuste al bolsillo de los trabajadores de la administración pública nacional.
La situación es muy grave, porque se suma a la pérdida del 36% del poder de compra, durante los años del gobierno de Macri. Se viven momentos muy difíciles entre las familias de los estatales. Desde el famoso recorte que hizo el gobierno de la Alianza, en el 2001, que no se percibe una situación tan dramática en el sector. La administración de Cambiemos montó una campaña de estigmatización, con despidos y la creación de un ministerio de Modernización que jugó el rol de poner a los estatales en el centro de los agravios, tratándolos de ñoquis y de “grasa militante” de la que había que deshacerse y ajustar. Al llegar al gobierno, el presidente Alberto Fernández, prometió que los estatales recuperarían lo perdido. Pero la promesa duró muy poco. Al congelamiento que duró hasta Noviembre de este año, le continuó un aumento bochornoso, que no solo no recupera lo perdido, sino que queda muy por debajo de la inflación anual de este año.
Además de UPCN, en la mesa paritaria, se sienta ATE, que a pesar de rechazar de palabra el acuerdo, no movió un pelo para que se exprese en las calles la delicadísima situación de los trabajadores . La conducción nacional, a cargo de Cachorro Godoy, apenas atinó a hacer una marcha “para la tribuna” días después de consumada la estafa. Por su parte, la seccional Capital, bajo la conducción de la Verde y Blanca de Daniel Catalano, estuvo completamente ausente, no solo en la convocatoria de ATE nacional, sino también en las movilización convocada por un sector de las Juntas Internas de su seccional y por las agrupaciones que componen la Multicolor en ATE. Ambos dirigentes, fueron partícipes de múltiples disputas divisionistas durante el gobierno de Macri, realizando acciones separadas y hasta plenarios separados que atomizaron el poder de fuego de los estatales en los momentos más difíciles. Bajo el gobierno de Fernandez, ambos pasaron a atender de los dos lados del mostrador. En el Frente de Todos, con Massa, la CGT y el PJ, los dirigentes de ATE rifaron cualquier atisbo de independencia política del sindicato.
Hoy, a mediados de Noviembre, miles de estatales, ya cuentan las monedas para llegar a fin de mes. Con el fin de los precios máximos y una inflación que no cesa, se aproxima un fin de año de terror. Pero, a menos de 20 días de Diciembre, las conducciones de ATE sostienen la tregua con un gobierno que está muy preocupado por satisfacer las demandas de la comitiva del Fondo Monetario. Los diputados ligados a ambas fracciones de la CTA y ATE, votarán hoy el presupuesto de ajuste que pactó Guzmán con el FMI.
Como si todo esto fuera poco, el sorteo que lanzan Catalano y sus militantes desde la conducción de ATE, resulta insultante para los trabajadores y sus familias. El changuito debe llenarse con un salario igual o superior a la canasta básica. Pero esto resulta utópico bajo el régimen del FMI. Queda muy claro, que solo la organización de los trabajadores, en asambleas por lugar, imponiendo a las conducciones, la convocatoria de plenarios abiertos de afiliados y no afiliados de todo el país, podrá discutir un plan de lucha y conquistar lo que un sorteo miserable no puede disimular.