El documental de Modesto López reconstruye la historia de Francisco Toconás, un zafrero tucumano secuestrado en 1975 en Santa Ana y cuyo cuerpo fue hallado 35 años después como NN en Pozo Hondo.
Daniel Satur @saturnetroc
Martes 15 de noviembre de 2016
Con una cámara quieta casi petrificada por el testimonio de sus hijas e hijos, dirigentes sindicales, amigos y habitantes de Pozo Hondo, López reedifica la historia de este militante convertido en un mito, un santo sanador. Arrojado desde un helicóptero en Pozo Hondo, Santiago del Estero, sin saber de quién se trataba, los pobladores convirtieron al caído del cielo en un santo popular a quien le pedían milagros.
Pocos planos largos de un paisaje imponente y de plomizos nubarrones presagian una historia de horror de la que fue víctima no sólo el propio militante del PRT, hachero de los ingenios azucareros tucumanos, sino toda su familia. Por caso, con la reconstrucción de la historia de Toconás sale a la luz también la de su esposa, violada por los mismos militares que habían secuestrado y asesinado a su esposo y la de sus hijas e hijos librados a su suerte desde entonces.
Miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense llegaron a Pozo Hondo en 2010 para analizar la tumba de un NN. Allí comienza la reconstrucción de la historia de Toconás que terminaría devolviendo a su familia y al pueblo la identidad y la memoria de este militante convertido en un mito por el pueblo.
El documental aborda de forma complementaria la tan popular como peligrosa leyenda de “El Familiar”, una figura demoníaca surgida en los albores del Siglo XX y siempre utilizada por los patrones de los ingenios azucareros para “explicar” las desapariciones de los obreros que se agremiaban y así encubrir a los criminales. Según el mito, el patrón pacta con el Familiar para obtener más ganancias a cambio de la vida de un trabajador. Según la Historia, ese mito resultó ser una herramienta preciada para las clases dominantes para someter a la población
El lugar y el no lugar
El lugar es ese espacio cargado de historia e identidad. De su lugar sacaron a Toconás para arrojarlo a un no lugar. Un sitio donde no era “nadie” y así desconocer, “desaparecer” su lucha.
Pero es el pueblo de Pozo Hondo, hambriento de justicia, quien recoge al muertito y lo eleva a santo, dándole un “lugar” y resignificarlo.
Como dice Pablo Gallo, el antropólogo que participa en la búsqueda de Toconás “nadie merece estar sepultado como NN en un pueblo remoto al cual no tiene ningún tipo de pertenencia negándole a la familia la posibilidad de un duelo y de saber qué pasó”.
Otra de las voces del documental, la del músico de Pozo Hondo, Juan Saavedra, agrega que “la fe, la mística y la intuición de un pueblo rescata a este hermano desconocido. Y la intuición del pueblo tenía rezón. Era un hermano que luchaba. Cae en Pozo Hondo y se vuelve una figura religiosa popular, no eclesiástica”, sintetiza” el bailarín de los montes”.
Recuperado su cuerpo, todo el pueblo asiste al funeral de Toconás que se hace en su propia casa. Su entierro se realizó en Santa Lucía. Todo ello en Tucumán donde nació, vivió, militó y luchó este obrero que fue secuestrado, asesinado y lanzado desde el aire a cientos de kilómetros por los carniceros del genocidio argentino.
Mientras tanto en Pozo Hondo quedó una calle de la ciudad bautizada Francisco Toconás. También queda el mito de “El caído del cielo”, que muchos pobladores no abandonarán fácilmente. Sin lugar a dudas, esas son las huellas, contradictorias, de décadas de impunidad consumada por una “democracia” desinteresada por saber quiénes son los NN que pueblan cementerios.
Un relato atrapante de una historia tan triste como fascinante. El caído del cielo es parte constitutiva de una historia colectiva a la que con cada nuevo cadáver recuperado de entre las sombras se agrega un capítulo imposible de eludir. Y aunque la ficción y lo mitológico se crucen en el camino, la verdad de lo que pasó se pone de relieve con toda su crudeza.
El caído del cielo se estrenó el 10 de noviembre en el Cine Gaumont de la ciudad de Buenos Aires y tendrá exhibición en todos los espacios INCAA del país.
Daniel Satur
Nació en La Plata en 1975. Trabajó en diferentes oficios (tornero, librero, técnico de TV por cable, tapicero y vendedor de varias cosas, desde planes de salud a pastelitos calientes). Estudió periodismo en la UNLP. Ejerce el violento oficio como editor y cronista de La Izquierda Diario. Milita hace más de dos décadas en el Partido de Trabajadores Socialistas (PTS) | IG @saturdaniel X @saturnetroc