Editorial. Elecciones en Jujuy II: entre cuentistas, traidores y la izquierda que va de frente

“Unión, Paz y Trabajo” un slogan, tres sustantivos que los vienen repitiendo desde hace más de cinco años. Se trata del discurso del Gobierno de Gerardo Morales. La realidad va por el carril de enfrente. Tan solo el empleo asalariado registrado desde el 2020 retrocedió a niveles de 2012, los despidos casi alcanzan a 4000 trabajadores, la paz es a fuerza de represión y persecución, la unión es entre diez familias que se enriquecen a costa de la mayoría del pueblo trabajador haciendo sus negocios desde el Estado y acomodando a sus familiares.

Sin embargo, el gobierno de quien fuera el mejor gobernador de Macri y ahora ocupa una silla de privilegio junto al presidente Fernández, parece repetir el cuento de la “buena pipa”, o sea, es como si cada vez que se le muestra la realidad a Morales, él termina respondiendo: “Yo no te digo que aumentó el desempleo, que tu familia no llega a fin de mes o que el sistema sanitario sigue sin estar preparado para enfrentar la pandemia…”, yo solo te digo si querés “Unión, Paz y Trabajo”. Y así repite la historia de la joven Pipa que le gustaba contar cuentos, sin dejar que nadie la interrumpa.

Moraleja, el hartazgo en amplios sectores de la población crece más rápido incluso que la inflación y esto puede terminar peor que cuando los adultos irritan a los niños con el cuento de Pipa.

Otra ficción que le cuesta caro a la clase trabajadora es la que presenta el PJ jujeño. Por un lado, un juego de apariencias entre distintas listas y facciones que compiten en una suerte de interna a cielo abierto, mientras en 2019 (como en otras oportunidades) estuvieron todos juntos y ninguno objetó la sociedad del presidente del justicialismo con el Gobernador. ¿Se dieron cuenta ahora? No, quieren hacerte el cuento de que son opositores para evitar que el malestar con la política tradicional se corra hacia la izquierda.

Pero donde más le cuesta a la clase trabajadora el cuento del Frente de Todos y el PJ jujeño es en las condiciones de vida. No solo que no volvió el asado e incluso hay familias a las cuales se les retiró de su mesa dado que no lo pueden comprar; si no que los sindicatos vienen a la cabeza de una serie de traiciones descaradas. Desde el sindicato azucarero entregaron a los obreros del Ingenio La Esperanza en 2017 y en Ledesma dejaron pasar sin mover un dedo, al menos, 300 despidos; luego dijeron “hay 2019”, pero las entregas siguieron no sólo en la caída del poder de compra del salario sino en el cierre de la Fundidora Aguilar en 2019, cierre de minera El Aguilar en enero de este año, cierre de cadenas de comercio y supermercados (Famularo, Riveiro, Día) o el caso del transporte de colectivos donde la UTA deja pasar que los empresarios reciban millones en subsidios y no paguen en tiempo y forma los salarios.

Para ellos es como si hacer todo este daño los catapultara a la escena política. Varios de ellos se postulan a candidatos a diputados provinciales y otros se sacan la foto junto a los candidatos actuales. Un protagonista de esta serie lo encontramos en el Sec. General del sindicato de comercio quien ante el cierre de una sucursal de Carrefour en pleno centro de San Salvador dijo que, “Lamentablemente no pudimos obtener lo que habíamos pedido desde el sindicato, que era postergar la situación de cierre. Estamos viendo la posibilidad de que algunos puedan ser reubicados.”
Pero Ud. dirige un sindicato con miles de afiliados, ¿Los convocó a alguna asamblea para resolver un plan de defensa del empleo en todos los comercios? Nos consta que no. Al igual que Morales, parece repetir la historia del cuento de Pipa. Los dirigentes sindicales se hablan así mismos mientras las patronales dejan en la calle a familias enteras. E incluso, llegan a decir que estarían por cerrar dos cadenas más de comercios, ¿Van a seguir de manos cruzadas? ¿No es hora de imponer al gremio de comercio una asamblea y un plan de lucha?

Esto es lo que propone el Frente de Izquierda como desafío hacia el conjunto de la clase trabajadora. Fortalecer su organización para enfrentar cada ataque y el ajuste en curso en defensa de los puestos de trabajo, el salario, las jubilaciones, un IFE de 40.000 pesos para quienes no tienen empleo. Una pelea que va de la mano de defender a las y los legisladores de la izquierda porque con ellas y ellos se puede tener más fuerza al momento de encarar las peleas actuales y las que se vendrán porque apostamos a que la crisis la paguen ellos y no el pueblo trabajador. Cada vez hay más trabajadores y jóvenes hartos de los cuentos de los partidos tradicionales, si sos una o uno de ellos te invitamos a organizarte para decirles basta con la izquierda.