El único acusado es Gonzalo Lizarralde, imputado también por el intento de asesinato de Martina, la hija de ambos.
Martes 16 de junio de 2015
La Cámara de Acusación desestimó los planteos presentados por la defensa del imputado y confirmó la elevación a juicio. Esta era la última instancia de apelación para la defensa.
Un crimen aberrante
El miércoles 17 de septiembre del 2014, Lizarralde fue a la casa donde vivía Paola con dos hijos adolescentes y Martina, de casi dos años. Un mes antes, la Justicia lo había obligado a hacerse cargo de la paternidad de la niña y ese día le entregaría a Paola el primer pago de la cuota alimentaria, de $1.400. También era la primera vez que vería a su hija.
Bajo amenazas, obligó a Paola a subir a su camioneta y allí atacó a las dos con un cuchillo. La joven murió degollada y la beba recibió tres lesiones graves en el tórax. Lizarralde, creyendo que ambas estaban sin vida, las arrojó a una alcantarilla en barrio Alberdi.
Esa misma noche la familia de Paola denunció su desaparición y apuntó al padre de Martina como la última persona que la había visto. Recién a los 3 días, la Policía encontró el cuerpo de la mujer. El llanto de Martina había alertado a los vecinos de la zona. La beba estaba en un estado de grave deshidratación pero había logrado sobrevivir aferrada al cuerpo de su madre.
Lizarralde fue detenido el 20 de septiembre en el penal de Bouwer. Desde ese momento se negó a declarar.
En octubre, la fiscal Eve Flores lo acusó como “probable autor material y penalmente responsable del delito de homicidio calificado por la relación de expareja contra la víctima, cometido contra una mujer mediando violencia de género y por alevosía en contra de Paola S. Acosta; y por homicidio calificado por el vínculo, en grado de tentativa, con relación a su hija menor de edad, Martina Acosta”.
La pena prevista para los delitos atribuidos a Gonzalo Lizarralde es de prisión perpetua. Se prevé que el juicio tenga lugar en los próximos meses, con presencia de jurados populares.
