El estudio publicado la semana pasada por La Comisión de Economía para América Latina y el Caribe (CEPAL), viene a demostrar la cruda realidad de los adultos mayores, y a explicar porque la gran mayoría de los trabajadores deciden extender su vida laboral.
Martes 5 de junio de 2018
La realidad en cifras
En promedio todavía un 57,7% de las personas de entre 65 y 69 años, y un 51,8% de las personas con 70 y más años de edad, no perciben una pensión de un sistema contributivo, con tasas aún más elevadas para las mujeres. Esto explica en buena parte, porque muchos adultos mayores deben continuar en el mundo del trabajo. El mismo estudio muestra que la tasa de ocupación para los trabajadores con 60 años o más llega hoy al 35%.
La tendencia mundial
En muchos países del primer mundo la realidad no es muy diferente, aunque con ciertos matices. Se observa un incremento da la edad en que las personas se jubilan, que ha determinado un aumento de las tasas globales de participación laboral. Por ejemplo, entre 2005 y 2016, la tasa promedio de participación de los hombres con edades comprendidas entre 15 y 64 años en 16 países del norte y el oeste de Europa aumentó del 79,8% al 80,9%, mientras que la de las mujeres de la misma franja etaria se incrementó del 68,9% al 73,2%.
Los incrementos se debieron en gran parte a una extensión de la vida laboral, pues el aumento más marcado se registró en el grupo etario de 60 a 64 años (del 44,6% al 57,2% en el caso de los hombres y del 31,4% al 46,5% en el de las mujeres). Al mismo tiempo, también aumentó la tasa de participación de las personas de 65 años y más, del 10,6% al 13,5% en el caso de los hombres y del 4,7% al 7,2% en el de las mujeres.
En los Estados Unidos, la tasa de participación laboral de las personas mayores evolucionó incluso en contra de la tendencia en otros grupos etarios. En efecto, entre 2006 y 2016, la tasa de participación disminuyó del 82,9% al 81,3% entre las personas de 25 a 54 años, mientras que aumentó levemente en el grupo de 55 a 64 años (del 63,7% al 64,1%) y de manera más pronunciada en el grupo de 65 a 74 años (del 23,6% al 26,8%).
Cabe señalar que el aumento de la participación laboral de las personas mayores refleja un cambio de tendencia, dado que hasta mediados de la década de 1990 esta tasa tendió a disminuir en los países desarrollados (Naciones Unidas, 2010).
Una explicación más de fondo.
Estas tendencias no nacen de la nada, si hoy los trabajadores y trabajadoras deben extender su vida laboral en Chile, en Latinoamérica y en todo el mundo, es debido al mismo sistema de producción que permite estas aberraciones, que aun cuando una persona debiese estar descansando, debe seguir trabajando para poder apenas sobrevivir.
No es casualidad que el capitalismo apele a estos métodos compulsivos para extraer ganancias, en especial de aquellos sectores más vulnerables socialmente (como tambien, inmigrantes, mujeres, etc), es una muestra más de los rasgos antisociales de este sistema económico..
De aquí la importancia de que los trabajadores se organicen junto a los sectores más vulnerables de su propia clase en base a la unidad, como son los jubilados, que tienen que seguir trabajando, como aquellos otros sectores como los subcontratados, donde recaen las peores cargas del sistema, y en esto mismo pensar un nuevo sistema de pensiones, que se base en la solidaridad, y donde los empresarios no puedan meter sus narices.
Revisa aca el estudio de la Cepal: "Coyuntura Laboral en América Latina y el Caribe. La inserción laboral de las personas mayores: necesidades y opciones"