En los primeros días de junio el gobierno de la provincia de Misiones mediante la Secretaria de Agricultura Familiar (SAF) anuncio un acuerdo con la multinacional Syngenta para que la misma provea de semillas y de capacitaciones para el programa estatal de huertas familiares. El convenio fue echado atrás por el rechazo de organizaciones ambientalistas, trabajadores de Agricultura Familiar y pequeños productores que luchan por la soberanía alimentaria.
Miércoles 17 de junio de 2020 18:10
Ante la inminencia del acuerdo donde Syngenta se proponía abastecer de semillas y capacitaciones para programas públicos de huertas familiares, organizaciones ambientalistas, trabajadores de Agricutura Familiar y organizaciones sociales como el Foro Agrario definieron diversas acciones para expresar el rechazo y repudio a dicho acuerdo entre el Estado provincial y la transnacional. Entre esas acciones propuestas se crea una plataforma de firmas que logra el apoyo no solo en el país sino en diversos lugares de América Latina.
El día previo a la movilización el gobierno a través de su ministra comunica el cese de las negociaciones con la multinacional. La organización y la movilización una vez mas han mostrado que son la manera mas eficaz a la hora de enfrentar el embate contra las transnacionales, que lucran envenenando a la población con agrotóxicos y transgénicos, y el Estado.
La transnacional Syngenta se ha conformado como agroempresa productora de agrotóxicos y semillas en el año dos mil cuando se fusionan las empresas sueco británica Astro Zeneca y la empresa suiza Novartis. Actualmente pertenece a capitales chinos ChemChina.
Este multinacional posee un historial de hostigamiento y asesinatos a activistas que han rechazado su accionar, como también la experimentación ilegal de uso de agrotóxicos en varias partes del mundo. Una empresa que no solo atenta contra la naturaleza, sino también con las poblaciones y las economías locales donde se instala. Responsables de la producción de 120 agrotóxicos siendo cuestionados por su toxicidad y su expansión en el uso poseen dos de los más cuestionados como la Atrazina y Paraquat que fueron prohibidos y restringidos desde el 2007 en Estados Unidos y la Unión Europea.
Esta enérgica y rápida reacción de las organizaciones ambientales y de pequeños productores agrícolas es el resultado de una larga experiencia de lucha en Misiones donde se generaron importantes antecedentes y victorias tales como: No a Corpus, evitando la instalación de una represa en el río Paraná, y la expropiación de 600 hectáreas para la Asociación de Pequeños Productores de Piray a la ex Alto Paraná hoy Grupo chileno Arauco, una de las empresas forestales más grandes del mundo.
Esta pelea es un importante punto de apoyo de la lucha contra estas multinacionales como Syngenta o Monsanto, los gobiernos de turno y el Estado. Son transnacionales que tienen predominio en la producción de transgénicos y agrotóxicos y que, como lo han denunciando distintas organizaciones ambientalistas generan graves consecuencias en la salud humana y en el medio ambiente, no sólo por el uso de transgénicos sino también por los millones de litros de agrotóxicos que se utilizan para el monocultivo de granos, fumigando a millones de personas.
Este accionar es una importante lavada de cara por parte del Gobierno de Misiones, y del partido de la Concordia Social (de peronistas y radicales) a las transnacionales que más que dedicarse a la soberanía alimentaria, envenenan a la población siendo parte del agronegocio, política de Estado que vienen promoviendo cada Gobierno de turno desde los 90, también reafirmado por el Gobierno de Alberto Fernández.
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