"No te pongas nervioso y metele para adelante", dijo la vicepresidenta. Estuvieron presentes todos los sectores de la alianza de gobierno.
Martes 17 de agosto de 2021 19:22
Alberto Fernández encabezó este martes un acto del Frente de Todos que intentó mostrar una imagen unitaria después del escándalo de la foto de Olivos. Estuvieron presentes los principales dirigentes de todos los sectores de la alianza de gobierno.
En el acto, que fue en la Isla Maciel, en el partido de Avellaneda, el Presidente reivindicó su gestión: "Lo que se hizo, aún con miradas diferentes, siempre fue en favor de los que menos tienen, de los postergados y desposeídos".
En concreto, se trataba de la entrega de la vivienda número 20.000 de su gestión de gobierno, en el marco del Plan Hábitat Integral que prevé para fin de año tener en ejecución algo más de 100 mil hogares y la entrega de 30.000 viviendas en todo el país. En un contexto en el cual hay tres millones de familias que no tienen hogar mientras miles de millones se van a pagos de la deuda, aquello de la política para los postergados y desposeídos no parece comprobarse en la realidad.
En un discurso que buscó, como ya es costumbre, polarizar con el macrismo, Fernández dijo: "Vayan y miren, y si encuentran alguna medida de las que tomamos que haya sido en perjuicio del pueblo, vengan y díganmelo". No hay que revolver mucho para encontrarse con que se suspendió el IFE (de por si muy insuficiente), el ajuste en el presupuesto 2021 que implicó recortes en Salud y Educación o la represión como respuesta a quienes luchan por una vivienda, como fue en Guernica el año pasado pero también este domingo, en Berisso, en pleno día de las infancias.
A su turno, Cristina Fernández de Kirchner se refirió a los cuestionamientos en los últimos días por la foto del cumpleaños de Fabiola Yañez en julio del 2020, durante los primeros meses de la cuarentena estricta.
La vicepresidenta hizo una defensa estricta del presidente, que en estos días explicó con varios traspiés lo sucedido, primero poniendo la responsabilidad en su compañera de vida y después sobreactuando un enojo hacia quienes se lo marcaron. Cristina le dijo: "Alberto, te pido que no te enojes ni te pongas nervioso, porque cuando uno es Presidente los errores, las fallas, las equivocaciones se magnifican en el caso de los Gobiernos populares y se exacerban para irritar, indignar, mientas se ha ocultado descarada y ostensiblemente la entrega de un país y el endeudamiento sin límites".
"El poder no se cuestiona a sí mismo, el poder siempre cuestiona al pueblo en sus errores", agregó la vicepresidenta. Así volvió a poner la crisis política que atraviesa el Gobierno en términos de un "error", como ya lo había hecho el presidente la semana pasada. Pero además insistió con esa idea que había transmitido Alberto en estos días, cuando sostuvo que se siente "un hombre común" y que a veces "no tiene en cuenta que es el Presidente".
Sin embargo esa foto y esa cena no hubieran existido si Alberto fuera "un hombre común". Existió porque existen los privilegios de una casta política que no es parte del pueblo y lleva una vida que contrasta muchísimo. Empezando porque ninguna de las personas que estuvieron esa noche habrían recibido la represión y la violencia policial que sufrieron durante la cuarentena miles de trabajadores y jóvenes, llegando al caso extremo de las desapariciones de Facundo Astudillo Castro y Luis Espinoza.
