Combinando argumentos falaces y otros casi rídículos, el senador por Cambiemos arremetió contra la despenalización del aborto.
Martes 6 de marzo de 2018
El debate por la despenalización del aborto está instalado. Todas las encuestas demuestran una y otra vez que la mayoría de las personas que viven en este país quieren que las mujeres podamos decidir sobre nuestro propio cuerpo.
Ahora bien, cuando los argumentos por los cuales este acto médico debería seguir penalizado son sostenidos por un funcionario público, las alarmas inevitablemente se encienden.
El senador de Cambiemos, Esteban Bullrich, ya conocido por su oposición férrea al aborto lanzó una frase temeraria: “Un embrión es un argentino con derechos”.
El muy republicano Bullrich, afirma que como no hay información (científica) que indique lo contrario, “tenemos que defender la vida”.
La ciencia a la que muchos acuden no puede dar respuesta a argumentos filosóficos, morales o religiosos. En cambio sí puede dar registro específico de algunas cosas, por ejemplo: se considera embrión a un óvulo fecundado hasta la semana 8. La ciencia indica que antes de la semana 22, el sistema nervioso no está desarrollado como para que podamos hablar de estados mentales, sentimientos, etc.
Hasta la semana 40 la mujer gestante tendrá un feto sí, y solo sí, luego del parto este feto logra vivir de manera independiente al útero que lo contuvo durante nueve meses. Entonces finalmente existirá un bebé. Recién en esta instancia la ley lo considera persona y por tanto portador de derechos.
En otra instancia Bullrich declara, con un desconocimiento absoluto sobre las leyes vigentes y afirma: "La Corte Suprema a partir de que no había ley plantea un protocolo”. En referencia al fallo FAL cuyo fin es reconocer lo que ya existía en el Código Penal y a partir de ahí establecer un protocolo que establece cómo proceder ante la presencia de un aborto no punible.
Se equivoca Bullrich al darnos su posición y argumentos personales. A nadie le importa su fe y sus creencias. Lo que sí le exigimos a él y a todos los legisladores y funcionarios públicos es que actúen como tales.
El aborto seguro y legal es un tema de salud pública que excede sus posiciones personales. Ya es tiempo que las mujeres podamos ejercer el derecho a decidir sobre nuestro propio cuerpo y no arriesguemos nuestra vida por querer interrumpir un embarazo.
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El debate está planteado en el Congreso pero sin dudas la lucha tiene que continuar en la calle. El movimiento de mujeres logró no solo visibilizar la violencia machista sino instalar el debate para este derecho largamante postergado. Pero no es el único reclamo por eso este 8 de marzo en un nuevo Paro Internacional de Mujeres tenemos que ser miles. Y que la tierra tiemble.
