La realidad de un sector que promete altos sueldos y buenas condiciones de trabajo, pero que es todo lo contrario.
Miércoles 17 de agosto de 2016
En los últimos años el turismo fue uno de los sectores que más se benefició en nuestro país, millones de argentinos y extranjeros disfrutan recorriendo el país y dejan ganancias gigantescas a un sector que por lo general paga en negro.
Muchos son los jóvenes que en la última década vieron como una salida laboral trabajar en turismo, algunos estudiaron y se recibieron de guías.
Sin embargo las empresas lo que buscan es que vendas, no importa cómo lo hagas ni que título tengas. Su objetivo es agigantar sus ganancias a cualquier precio.
El guía de turismo viaja por semanas realizando tours por toda la Argentina, se aleja de la familia, de sus cosas, no puede estudiar y tampoco tiene estabilidad económica ya que los contratos son temporales a pesar de que trabajes durante años. De esto te enterás cuando te echan porque antes no te lo dicen.
Al principio el sueldo puede ser alto producto de las comisiones por las ventas de excursiones dentro de los lugares que se visitan, pero el básico pocas veces supera los 1000 pesos por viaje y el resto es todo en negro. También son en negro es la venta de las excursiones.
Se basan en premios y castigos, cuando se pide una licencia por enfermedad, o por algún motivo no cubrir un viaje, la empresa te manda en el próximo a destinos donde la venta de excursiones cae y así también cae el sueldo o directamente dejan de programarte viajes; te “congelan”.
A esto hay que sumarle el riesgo de los micros que utilizan estas empresas que son muy conocidas, una de ellas fue nombrada por la expresidenta Cristina Kirchner en cadena nacional como la que daba la posibilidad de viajar a los jubilados. Micros que no tienen las medidas de seguridad; que salen con rebote, término que se utiliza cuando el micro llega al destino y vuelve a salir con los mismos choferes sin ser revisado, salen nuevamente a la ruta a andar cientos de kilómetros poniendo en riesgo sus vidas y la de los pasajeros.
Muchas de las guías son mujeres, mujeres que cada vez que se suben a los micros sufren en carne propia el machismo y el acoso en cada viaje y que cuando deciden ser madres y no pueden continuar viajando, la empresa les corta la obra social y no las indemnizan porque trabajan como eventuales según sus argumentos. No importa que hayan dedicado meses o años a este trabajo: son eventuales.
Lo que en un comienzo parece ser un placer, conocer paisajes, gente y que te paguen, se convierte en un calvario a medida que pasa el tiempo.