Un camión cargado de papas volcó en San Miguel de Tucumán. Cientos de familias se acercaron para llevarse la comida tirada. A pesar de la amenaza policial, que terminó en balazos de goma, lo hicieron. La pobreza infantil se duplicó en los últimos 6 años en la capital provincial.
Viernes 27 de octubre de 2023 12:18
Mientras la rosca política del peronismo y la derecha ocupa todos los titulares de los diarios, la crisis social sigue dejando escenas de desesperación. Una ocurrió esta semana en Tucumán.
En las primeras horas de la mañana del miércoles, un camión que trasladaba papas chocó con un taxi en la Avenida Circunvalación. Parte de la mercadería se volcó en el asfalto y la banquina. La noticia también corrió. En una hora, había de un lado decenas de familias de los barrios populares de la zona; del otro la Infantería de la Policía provincial. La orden era “resguardar la escena y evitar el robo de la mercadería”.
La gente esperaba. Como le decía una mujer a una periodista local, “la cosa se está yendo de las manos en todas las casas. Todos los días aumentan las cosas. No debe pasar eso. Yo tengo un trabajo seguro, pero no me alcanza la plata. ¿De qué vive la gente que no tiene trabajo, y los planes sociales no alcanzan?”. Franco, un joven que estaba ahí, pintaba la situación: “solo queremos comer nosotros. Anoche hemos ida a comprar un poco de papa y el kilo estaba mil pesos. Nos están apuntando pero yo sólo quiero juntar las papas del piso”.
Pero la infantería seguía apuntando. Y cualquiera saber que la policía tucumana tiene el gatillo fácil.
Entonces el periodista le pregunta si, a pesar de la amenaza de represión, iban a insistir. “Lo vamos a hacer. Tenemos hambre. ¿Qué esperamos de los políticos? Tenemos que esperar a que caiga un camión para tener algo para comer. Lo primordial son mis dos hijos”.
Y así fue. La paciencia duró unos minutos más y los vecinos rompieron el cordón policial. Se arriesgaban a los golpes y las balas por bolsas de papa. No había un camión de caudales, ni una media res. Había bolsas de uno de los alimentos más básicos y económicos, pero que en medio de la crisis social también se ha vuelto un “lujo” para muchos. El kilo llegó a los 700 pesos.
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La imagen de las familias corriendo en busca de las papas tiradas es todo un símbolo de la Argentina capitalista. En el “jardín de la república”, donde un puñado de familias se reparte el negocio de la agroindustria, el hambre empuja a esas mujeres a arriesgar el pellejo por unas papas tiradas en el piso. No tienen vergüenza. ¿Por qué deberían tenerla si es para que coman sus hijos? Tendrían que tenerlo los políticos que gobiernan la provincia. Como decía Franco, son quienes los empujan al hambre y la desesperación.
El símbolo se completa con la guardia de infantería, armada hasta los dientes, custodiando esas bolsas. Es la misma que, hace dos meses, reprimió a organizaciones sociales que pedían comida frente al Ministerio de Desarrollo Social provincial.
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En Tucumán, como en todo el país, te pega el hambre y encima de eso te pega la cana. Y cada vez más. Según las estadísticas oficiales, entre 2017 y 2022, en el Gran Tucumán la pobreza infantil aumentó 29,7 %. Pasó de 30,5% a 60,2%. Detrás de esos porcentajes hay miles y miles de chicos y chicas que comen mal. Que pasan hambre.
Esa provincia fue la que eligió Massa como el punto para relanzar su campaña, tras las PASO. Hasta allí fueron gobernadores, sindicalistas y algunos empresarios. La derecha de Milei también la quiso convertir en un símbolo de su política, con la candidatura del facho Ricardo Bussi.
Los que se disputan el balotaje van a ajustar más. La pobreza y la desesperación van a aumentar. Hay que poner de pie al pueblo trabajador para enfrentar hoy el hambre y el ajuste y prepararse para lo que viene. Eso propone el Frente de Izquierda.