Queremos transformar nuestra rabia en organización, queremos que el movimiento de mujeres crezca y se fortalezca en barrios, sindicatos, liceos y universidades. De la mano de cientos de estudiantes y trabajadoras/es hemos levantado encuentros de mujeres y diversidad sexual, secretarías y comisiones de sexualidad y géneros. En este marco han proliferado diversos debates, uno de los cuales dio origen a la batalla por el reconocimiento de las identidades trans, contra ideas defendidas por sectores del feminismo radical y separatista, basadas en esencialismos biologicistas que replican la transfobia.
Miércoles 9 de agosto de 2017
Bajo el grito por #NiUnaMenos hemos sido testigos de la emergencia de un movimiento de mujeres que cobra nuevas fuerzas, y que decididamente avanza en revelar el verdadero carácter estructural de la violencia patriarcal en la sociedad de clases, a pesar de ser anterior a ella. Sin duda, el avance del movimiento de mujeres nos exige dar debates, sin disimular nuestras diferencias bajo falsos consensos, que no hacen más que ahogar discusiones claves para fortalecer la lucha contra el patriarcado.
Reconocer las identidades trans implica dejar de pasar por alto la subjetividad de quienes cada día enfrentan la indolencia de ser llamados por un nombre que no les identifica, o situados en un género que simplemente no les pertenece, la discriminación que no les permite mantenerse en la educación ni acceder a trabajos, excepto a los más precarios. Esta realidad arroja a miles de trans a un destino en que la alternativa más viable para sobrevivir es la prostitución.
En esta lucha nos encontramos con Lohana Berkins, autodenominada travesti, quien hace no muchos años encabezó una batalla de largo aliento, como relata Andrea DAtri “Aunque ahora suene muy extraño –y aunque cause mucha indignación incluso recordarlo-, durante muchos años, se armaba un gran revuelo cada vez que una mujer trans o una compañera travesti quería participar de los Encuentros. La Comisión Organizadora se oponía a su participación, como si la anatomía fuera determinante para luchar contra la opresión y pelear por nuestros derechos. A muchas de las que participábamos nos resultaba oprobiosa semejante discriminación. Activistas lesbianas, militantes de izquierda, algunas feministas, en ocasiones, incluso tuvimos que forcejear –con el cuerpo, pero también con las ideas y con las palabras-, para que Lohana pudiera entrar a los talleres”. Finalmente, desde el 2013 fue plenamente reconocida la partipación de trans y travestis en los Encuentros Nacionales de Mujeres que cada año se realizan en Argentina.
Sí, la opresión que viven las mujeres cisgénero no es la misma que viven las mujeres trans. A las primeras se les acosa, abusa, viola y mata por el sólo hecho nacer con vagina, a las trans se les niega su derecho a existir y a ser percibidas por la sociedad de la forma en ellas se sienten, además muchas de ellas no tienen otra opción que prostituirse, exponiendo sus cuerpos a todo tipo de humillaciones y a soportar constantemente la represión policial. Sin embargo, dejando de lado todo esencialismo biologicista, ambas somos mujeres, pero no queremos que por ello se nos abuse, discrimine, no se nos reconozca como sujetas de transformación social ni no se nos respete.
Esta semana, en el marco de la discusión parlamentaria sobre aborto en tres causales y la acérrima oposición de la Iglesia, la derecha y la Democracia Cristiana que recurrieron al Tribunal Constitucional para frenar un proyecto que no acaba con los abortos clandestinos, pero que reconoce el derecho a abortar bajo circunstancias extremas. Desde la Secretaria de Sexualidades y Géneros de la FECH se propuso un referéndum, que hoy está siendo impulsando por el conjunto de la federación, en que los y las estudiantes de la Universidad de Chile se pronunciarán en torno al aborto en tres causales y el aborto libre, a fin de reafirmar una posición que ya ha venido siendo discutida en la organización nuestras asambleas, secretarias, impulsando la movilización de cada 25 de Junio por el derecho a un aborto legal, libre, seguro y gratuito. A propósito de esta votación nuestra posición como Pan y Rosas Teresa Flores es que mujeres y hombres participemos activamente a favor del derecho a decidir y, junto con ello, que nuestras compañeras trans puedan votar donde deseen haciendo caso omiso a la división por sexo biológico de las urnas.

Melisa Rodríguez
Estudiante Derecho U.Chile