Es la tercera movilización que realizan ingresantes al sistema de residencias y concurrencias de todo el país, exigiendo respuestas frente al pésimo sistema de concurso para acceder a un cargo de capacitación en servicio en el sistema público de salud.

Franco "Paco" Capone Residente de Medicina general - Hospital Penna. Agrupación Marrón.
Viernes 17 de septiembre de 2021 21:05
Ingresantes al sistema de residencias y concurrencias de todo el país realizaron el tercer corte frente al Ministerio de Salud de la Nación, exigiendo respuestas frente al pésimo sistema de concurso para acceder a un cargo de capacitación en servicio en el sistema público de salud.
Esto se da en el marco de una semana donde el gobierno de Alberto Fernández sufrió un revés pos derrota electoral, y la vicepresidenta y funcionarios afines a ella parece que recién descubren el ajuste que desde hace meses vienen sufriendo las mayorías trabajadoras, muchas de las que se atienden en el sistema público de salud.
Pero tanto de un lado como del otro, a lo que no renuncian es a recortar el presupuesto de salud ni a mantener un sistema de residencias y concurrencias extenuantes, con jornadas de hasta 30 horas seguidas y con sueldos que no cubren la canasta familiar. Durante este año, vimos el recorte de las concurrencias, y el recorte de un 12% en términos reales del presupuesto para la salud pública. Hoy está en marcha la votación del presupuesto 2022 que promete aún más ajuste, vaciando aún más el sistema público de salud y deteriorando así la atención de las miles de familias que asisten a los hospitales. La pandemia ya lo confirmó: es imperioso destinar recursos a salud, en vez de seguir pagando a los especuladores del FMI que sólo deterioran nuestras condiciones de vida.
El “famoso” examen no es ni más ni menos que la muestra del futuro al que estamos sometidos: competitivo, meritocrático, una especie de “juegos del hambre” que nos enfrenta entre nosotros y retrasa el ingreso de miles de profesionales que debería ser irrestricto. Mientras allá afuera, en los hospitales nuestros colegas nos piden a gritos que vayamos a alivianar su agotador esfuerzo a cambio de migajas, y de aplausos. Es importante, como demostraron hoy los ingresantes, continuar en el camino de la organización de manera independiente para ponerle fin a un sistema de residencias y concurrencias completamente precarizador.
Para esto debemos aprender de las y los trabajadores de la salud neuquina que se organizaron junto a otros trabajadores, desocupados, y pueblos originarios y consiguieron torcerle el brazo al gobierno, y los sindicatos que les ofrecían un miserable 12% de aumento consiguiendo el 54% y todas sus demandas. Es necesaria la unidad con todos los afectados por el ajuste en esta crisis, como hoy que recibimos con gran entusiasmo el apoyo de los movimientos populares que se sumaron al corte, ellos pelean por tierra, vivienda y trabajo digno. Nosotros tenemos muy claro que sin estas demandas elementales no hay salud, por eso acompañamos su reclamo, como cuando en Guernica junto a decenas de estudiantes de varias carreras de la salud de distintas universidades de CABA y PBA montamos una posta sanitaria para poner nuestros conocimientos al servicio de sus necesidades.
En este contexto de pandemia, las y los trabajadores esenciales, desde la primera línea hasta los jóvenes que dejan su vida pedaleando y que en muchos casos hacen malabares para poder estudiar, si es que logran hacerlo, fuimos los más afectados, no solo por el virus, sino por la otra pandemia, la de gobiernos y empresarios que a costilla nuestra, se dedicaron a hacer negocios, mientras los sindicatos y centros de estudiantes nos dieron la espalda.
Necesitamos organizarnos desde abajo coordinando junto a todas y todos los afectados por la crisis, por plata para salud y condiciones de trabajo y no para la deuda. Por el reparto de las horas de trabajo con un salario igual a la canasta familiar para trabajar menos y trabajar todes y el pase a planta permanente en todos los lugares de trabajo. Es urgente que los centros de estudiantes, federaciones y sindicatos rompan la pasividad y se pongan a la cabeza de estos reclamos.