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Red Internacional
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Instituto del Limón. Jaldo busca garantizar el negocio del citrus mientras gestiona una reforma laboral que afecta al trabajo rural

El gobierno provincial presentó un proyecto de ley de creación de un Instituto del Limón que busca garantizar el negocio de los empresarios del citrus, que ya cuentan con beneficios fiscales e impositivos extraordinarios. El delegado regional de Uatre Tucumán, Germán Ferrari, apoyó la iniciativa sin mencionar que en el Congreso se cocina una Ley Bases que incluye una reforma laboral que afecta directamente al trabajo rural.

Viernes 24 de mayo de 2024 10:10

Desde hace tiempo circulan distintas versiones sobre la crisis en la industria del limón de Tucumán por el exceso en la producción frente al avance de nuevos mercados, como Perú y Sudáfrica, y que estaría provocando una caída en el precio internacional del limón y sus derivados. Una de las primeras medidas del gobierno de Jaldo, en diciembre de 2023, fue prorrogar (otra vez) la Ley de “Emergencia Agropecuaria” hasta diciembre de 2024, gracias a la cual los empresarios del sector están exentos del pago de impuestos a los ingresos brutos, entre otras tasas provinciales, y la suspensión de ejecuciones por cobro de créditos a favor del Estado provincial. Son cientos de millones de pesos que el estado provincial deja de percibir para subsidiar a importantes exportadores de escala mundial como Citrusvil, San Miguel o Trapani, entre otras.

Frente a este panorama, el presidente de Asociación Citrícola del NOA (ACNOA), Pablo Padilla y el presidente de Federcitrus, José Carbonell, dos importantes terratenientes y propietarios empaques, solicitaron por carta una mayor intervención del gobierno provincial. Y como era de esperar, Jaldo salió a mover sus piezas enviando a la Legislatura un proyecto de ley para la creación del Instituto para el Crecimiento y Fomento del Limón (IFL), un organismo con representación gubernamental y empresarial que, según trascendidos periodísticos, tendría entre otras funciones la de regular los volúmenes de exportación a través un ente como el que funciona en el negocio azucarero, el IPAAT, que absorbe los excedentes y distribuye entre los ingenios los cupos obligatorios de exportación.

Sin embargo, el proyecto encontró el rechazo inmediato de las grandes industrias del sector que vieron en la creación de este IFL una posible intervención sobre sus cuotas de exportación. Se trata de una disputa entre dos segmentos del mismo negocio, de un lado terratenientes, finqueros y propietarios de empaques, del otro lado, las grandes industrias exportadoras. Actualmente el proyecto de Ley está en revisión y es posible que de las negociaciones entre ambos sectores salga modificado en función de los intereses de ambos sectores patronales, dando prioridad a la declaración del sector de “interés público” para seguir sacando provecho de todo tipo de beneficios fiscales e impositivos.

Pero la agenda es muy distinta para los trabajadores del sector. Jaldo viene haciendo lobby para garantizarle a Milei los votos que necesita para la Ley Bases, que incluye una reforma laboral que, entre otras cosas, elimina el derecho a indemnización y tiene un capítulo específico sobre el trabajo rural donde se extienden los plazos del “período de prueba” de contratación cuando en el campo la estacionalidad del trabajo es estructural. Además se eliminan las multas por trabajo no registrado.

Esto no impidió que Germán Ferrari, delegado regional de la Uatre Tucumán, se reuniera con Jaldo y representantes de Acnoa para dar su aval la creación del Instituto del Limón, asegurando que de esta manera se instalarían baños químicos en las fincas y algún que otro merendero. Es decir que frente a una crisis que afectaría a miles de familias tucumanas que viven y sacan las cosechas con un jornal de hambre de $20.000, a destajo y que actualmente se ve afectado por las lluvias continuas, el gobierno peronista aliado de Milei y el burócrata sindical de Ferrari ofrecen apenas la posibilidad de tener baños químicos en las fincas. Pero además es una burda mentira, ya que el proyecto de creación del Instituto del Limón no dice nada al respecto de las condiciones de trabajo en las cosechas y empaques.

Los trabajadores/as de las cosechas de limón no llegamos a fin de mes, apenas trabajamos en promedios de 6 a 8 días por quincena, y si no trabajamos no cobramos porque no existe el salario mínimo. Comemos en el piso y la mayoría trabajamos en negro, sin derechos y en condiciones de explotación extrema, con una paritaria atrasada frente a la inflación y el ajuste brutal de Milei.

Frente a un gremio inútil y al servicio del gobierno, que sólo le tira migajas a los trabajadores/as mientras protege a la casta empresarial con beneficios y la intervención del estado, desde el Movimiento Agrupaciones Clasistas (MAC) sostenemos que en necesaria la organización y el intercambio mediante asambleas entre los cosecheros y trabajadores de empaques, ya que al ataque de Milei, Jaldo y la casta política contra el pueblo trabajador solo organizados podemos pararlo.