Familiares y amigos buscan a Martín Leonel Martínez, de 15 años, quien se encuentra desparecido desde el 6 de noviembre. Su familia sospecha de la policía de la Comisaría 25 de Villa Gobernador Gálvez que tiene el nefasto antecedente de haber quemado vivos a 13 jóvenes.
Martes 17 de noviembre de 2015
Desde el viernes 6 de noviembre no hay novedades sobre el paradero de Martín. Su familia apunta a personal de la Comisaría 25 de Villa Gobernador Gálvez, a pocos kilómetros de Rosario. Roberto, padre de Martín, relató como antecedente, que el 30 de Mayo pasado, un policía apodado el Pelado junto a cuatro personas más, irrumpieron en la madrugada en su vivienda sin orden de allanamiento y se lo llevaron detenido junto a su nieta de dos años y tres menores de edad. A partir de ese hecho, la familia realizó la denuncia y hoy temen que el joven haya sido víctima de una venganza policial ya que vienen sufriendo, desde ese día, hostigamiento y amenazas por parte de la policía. El miedo hizo que Roberto resguardara a su hijo en una obra en construcción en Rosario, en la cual trabajaban. El 6 de noviembre, cuando fue a buscar a Martín, ya no estaba. Según detalló la familia, quien hostigaba al joven es Juan C., de 19 años, cuyo padrastro es un policía que estaba en la Comisaría 25 y justamente ese mismo 6 de noviembre fue trasladado a la Comisaría 26.
En la Comisaría 25, trece jóvenes quemados vivos. Aberrante antecedente.
En ésta Comisaría de Pueblo Nuevo, Villa Gobernador Gálvez, un 15 de noviembre del 2000, la policía santafesina responsable del lugar, cometió una de las masacres más brutales de la historia carcelaria argentina. Trece jóvenes fueron quemados vivos, como consecuencia de la desidia y crueldad de los uniformados. Muchos de ellos estaban detenidos por averiguación de antecedentes. Ninguno los tenía y eran acusados de delitos menores. Con la excusa de un intento de escape o motín, y como si eso justificara el crimen, ante un foco de incendio los detenidos fueron encerrados, apaleados y baleados cuando intentaban huir de la terrible trampa mortal. Muchos testimonios de lo que realmente sucedió no llegaron a la justicia, otros no fueron tenidos en cuenta. Terminaron imputados los once detenidos sobrevivientes, pero ante el repudio generalizado, terminaron culpando a uno sólo.
Los sucesivos gobiernos provinciales, en el marco de las políticas de mano dura, utilizaron todas las artimañas a su alcance para que esto fuera olvidado, incluyendo complicidad de obedientes jueces heredados de la dictadura. Los policías responsables fueron sobreseídos y ejercen sus funciones. El flamante senador Carlos Alberto Reutemann elegido por el PRO, era en ese entonces el gobernador (elegido por el Partido Justicialista) y protector de genocidas. El intendente era Pedro González, también del Partido Justicialista, quien es acérrimo kirchnerista y ahora apoya a Scioli. Este personaje siniestro no se cansa de repetir impunemente que a los que roban hay que matarlos y pide públicamente "cagar a palos" a personas que reincidan en delitos y ayudar a la policía en la lucha contra "los chorritos y la falopa”.
La desaparición de Martín no es un caso aislado. La maldita policía santafesina que asesinó a Franco Casco, Gerardo Escobar, Jonathan Herrera, por nombrar los casos más emblemáticos, sigue acrecentando la lista y en esta contienda electoral, los candidatos a presidente y gobernadores no ofrecen más que sitiar las ciudades con gendarmes y policías. Más gatillo fácil, más trata de personas, más represión al pueblo trabajador, más narcos conviviendo con jueces y políticos al servicio de los grandes capitalistas.