Editorial De Editoriales. Kirchnerismo: de rupturas y otros demonios

Las columnas de opinión de los editorialistas de La Nación y Clarín estaban claras con el desarrollo de la semana. Aprovechan la ofensiva judicial sobre la corrupción del gobierno anterior para jactarse con el desmembramiento del peronismo, tanto en su forma legislativa como en aquellos encargados de gestionar Estados (gobernadores e intendentes).

Los apellidos de Báez, López y Pérez Corradi se repiten incesantemente. El Movimiento Evita, y su “conveniente” ruptura, es festejada en las columnas de opinión.

Julio Blanck describe las discusiones internas de la última semana: “José Luis Gioja y Daniel Scioli, titular y vice de un sello partidario, el PJ, que de tan timorato corre el riesgo de terminar de disolverse sin que nadie lo note. Gioja fue más allá: defendió a De Vido cuando la Cámara de Diputados discutió el permiso para allanar su domicilio. Nadie le pide tanto.

Desde su retiro espiritual en El Calafate la ex presidenta contempla cómo se desgajan sus batallones en el Congreso y van quedando pocos que obedecen sus órdenes de oponerse a todo lo que impulse Macri.

Los gobernadores peronistas le desconocen autoridad: el cordobés Schiaretti, el tucumano Manzur y el pampeano Verna dieron esta semana por muerto y enterrado al kirchnerismo y se pronunciaron por una urgente reformulación del peronismo.
Los intendentes bonaerenses casi no le levantan el teléfono a sus emisarios y más de media docena están pensando en irse en masa del Frente para la Victoria.”

El kirchnerismo, sin resistir los planes del ajuste del macrismo, no es capaz de aguantar al interior del Partido Justicialista. Todo su esquema de poder estratégico, al interior del aparato partidario se demuestra un fracaso, como lo fueron las transversalidades y concertaciones planificadas en vida de Néstor Kirchner.

Hace apenas tres meses se los veía en plazas y centros comerciales buscando llenar fichas de afiliación al PJ. Dichas afiliaciones fueron intercambiadas por una lista de “unidad”.

Mientras, Eduardo Van der Kooy insiste con la comparación del kirchnerismo con el periodo menemista en una competencia sobre mayor corrupción. Si bien el menemismo tiene la medalla de haber hecho volar por los aires media ciudad de Río Tercero para encubrir el contrabando de armas, corre con una desventaja. Muchos de los kirchneristas hicieron sus primeras prácticas en los años 90 siendo administradores comunales o provinciales.

El mismo periodista señala también que “Elisa Carrió estaría satisfecha con esa iniciativa. La diputada estima que sería la única manera de impedir que los jueces remoloneen con las causas de corrupción. Su percepción y la plática macrista encuentran una manifestación tangible. María Eugenia Vidal sigue siendo la dirigente oficialista con mejor imagen. No por su política social, acotada al mínimo por la realidad económica. En cambio, se obstina en cumplir con el mandato popular que la consagró gobernadora de Buenos Aires: la lucha contra el delito, la pelea contra los narcos, el adecentamiento de la política.”

Aparte de elevar la estatura moral de la diputada Carrió como si fuera la punta de flecha contra la corrupción y ladera de una gobernadora acosada por dos de los poderes reales (la Bonaerense y la burocracia sindical), el editorialista se encarga de callar sobre los Panama Papers, o el nuevo capitalismo de amigos que incluye haberle dado importantes obras públicas a empresas como Oberdrecht (cuyo presidente en Brasil fue condenado a 19 años de prisión) que dejan a Lázaro Báez como un iniciado.

La única complicación judicial que señala Van der Kooy es la del Ministro de Energía Aranguren, quien estaría simplemente flojo de papeles por “incompatibilidades con la función pública por poseer acciones de Shell”, cuando en realidad el ex CEO de esa empresa, operó para una monumental compra de gas envasado a la petrolera holandesa.

En la sesión de la semana pasada, la “señora de la izquierda” –al decir de Carrió- Myriam Bregman, diputada nacional por el PTS-Frente de Izquierda denunció a la corrupción como inherente al capitalismo y que desde la izquierda se rechazó y denunció tanto a quienes esconden la plata en monasterios, como quienes se los llevan a cuentas secretas a las Bahamas.

Ver también: Fuerte cruce de Bregman y Carrió en Diputados

Peronismo en estado de ebullición

En tanto, en La Nación Joaquín Morales Solá quiere hacer mella también en la interna peronista: “Gran parte del justicialismo sostiene que sin una renovación de dirigentes y de prácticas el peronismo no volverá al poder durante 15 años (…) ‘juntar a La Cámpora con Urtubey o con Massa es como si en los 80 Cafiero hubiera hecho una lista de unidad con Herminio Iglesias’ explica uno de los rebeldes. Hubiera sido una lista inútil y perdidosa.

¿Quiénes forman parte de la revolución? Los gobernadores nuevos: Domingo Peppo, de Chaco; Gustavo Bordet, de Entre Ríos; Juan Manzur, de Tucumán, y Juan Manuel Urubey, de Salta. También los acompaña el de San Juan, Sergio Uñac, aunque con más prudencia; él fue vicegobernador de Gioja y es su sucesor. El movimiento renovador se completa con varios intendentes del conurbano, liderados por Martín Insaurralde, Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta. Tratan de tomar distancia de los José López y los Aníbal Fernández de este mundo en un intento, vano o no, de que su partido se escape de las comisarías.”

En los análisis se deja por fuera a Sergio Massa quien volvió a mostrarse con De la Sota y busca aparecer de nuevo para una negociación con un PJ “libre” de kirchnerismo.

Si bien muchos se regodean con la posibilidad de ver el futuro K como el de una secta política nostálgica de “la década ganada”, el macrismo más consciente está empeñado en evitar la comunión del pan peronismo que sería una fuerte oposición. Hay que ver si la interna del PJ cierra para 2017 o utilizan las legislativas del año que viene para contarse los porotos hacia 2019.

Efecto Brexit

En Pagina/12 Horacio Verbitsky hace una larga editorial partiendo del Brexit y del nulo pensamiento estratégico para pensar el tema y su relación con las Malvinas por parte de la cancillería.

Luego de hacer un recorrido por las negociaciones con la Justicia por parte del macrismo y los casos de corrupción del actual gobierno, recién al final empieza a nombrar a Báez y López.

En su argumentación busca blindar a la expresidenta “Ni el nuevo procesamiento del recaudador de la campaña del Frente para la Victoria en 2007, Héctor Capaccioli, ni la detención en Brasil del instigador del triple crimen de General Rodríguez, Ibar Pérez Corradi, comprometen a la ex presidente, a su vicepresidente Julio Cleto Cobos ni al ex jefe de gabinete Alberto Fernández, el responsable directo de Capaccioli. Por eso, Carrió y su correligionaria Margarita Stolbizer presentaron nuevas denuncias contra CFK, esta vez como jefa de una asociación ilícita, la figura a la que se recurre cuando no hay pruebas sobre la comisión de un delito.”

Lo que intenta Verbitsky es dar vueltas sobre el punto para intentar defender un proyecto que cuenta con pocos defensores en la superestructura política. Como sabemos el kirchnerismo nunca tuvo la intención de promover a los militantes o cuadros de base, salvo que sea para poblar alguna plaza. Por eso el final de la editorial es toda una manifestación de la desmoralización que atraviesa al ex oficialismo. “La demolición del anterior gobierno avanza sin obstáculos, para satisfacción del actual. Hasta ahora nadie se pregunta si en algún momento esa maquinaria no se volverá también contra su instigador y contra el sistema político en su conjunto, como ya ocurrió en Brasil. Tiempo al tiempo.”