La sesión comenzó a las 8.30 con la presencia de 125 asambleístas, de una totalidad de 156, en el centro cultural Virla. La presidencia estuvo a cargo de la rectora Bardón, durante el primer tramo, acompañada de los secretarios Sergio Pagani y Ricardo Zelaya.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Jueves 9 de abril de 2015
Foto: Twitter
Como primer punto, la Asamblea Universitaria –AU– resolvió aceptar sobre tablas un proyecto alternativo de carrera docente presentado con la firma de 11 consejeros de la Franja Morada. La agrupación radical afirma que la carrera docente va en contra de los principios de la Reforma del ’18, y sostiene que con la carrera docente se va a formar una casta profesoral. “Quieren docentes precarizados”, afirmaron desde ADIUNT.
El preámbulo
Posteriormente se inició el debate en torno a aceptar como tal el texto del Preámbulo redactado por la comisión o modificarlo, postura que se impuso en la votación posterior. Entre la lista de los oradores Gustavo Wallberg de Ciencias Económicas preanunció la polémica. Mocionó quitar la palabra ‘gratuidad’ de la declaración de principios enumerados en el texto. Tras 90 minutos de intervenciones se pasó a votar las modificaciones del texto renglón por renglón.
En el análisis de las modificaciones se produjeron situaciones risueñas combinadas con discusiones semánticas que para los presentes se tornaban confusas. La primera fue si se escribía ‘ciudadanos/as’ o ‘ciudadanos’, polémica zanjada tras la moción de la decana de Filosofía y Letras Mercedes Leal que propuso, reivindicación del gobierno mediante, la formulación ‘ciudadanos y ciudadanas’. Un triunfo para la igualdad de género. Situaciones similares se produjeron hasta cerca de las 11, hora en que los asambleístas votaron un cuarto intermedio que se prolongó 40 minutos. Afuera docentes de ADIUNT y corrientes estudiantiles (Juventud del PTS, UJS, CEPA) cortaban la calle frente al Virla.
La segunda etapa de la sesión fue presidida por el vicerrector José García. Continuaron las discusiones por las modificaciones y se produjo una moción de tintes más trágicos que cómicos. Cuando se discutía enunciar los hechos de discriminación que la UNT repudia, la decana de Artes Raquel Pastor mocionó que se tenga en cuenta que en la carrera de Danza “existe una discriminación” basada en el cuerpo de los aspirantes a ingresar a la carrera, discriminación que por los cánones académicos se volvía necesaria. A buen entendedor.
El debate por la “gratuidad”
Pasado el mediodía se inició la modificación del tercer párrafo del preámbulo en donde el principal debate fue si debía mantener la palabra ‘gratuidad’ como parte de los lineamientos que defendía la UNT (además de ser pública, laica, autónoma). El asambleísta Wallberg (Ciencias Económicas), autor de la moción de retirar la palabra ‘gratuidad’, sostuvo que la idea de la educación como “bien común y derecho humano” no era contradictoria al cobro de distintos aranceles. La profesora Adriana Corda (Filosofía y Letras) sostuvo un tanto alarmada que si mantenía la palabra ‘gratuidad’ “no tenemos que cobrar más nada”, “¿cómo vamos a financiar los posgrados?”, inquirió. “Yo coincido”, dijo escuetamente el vicerrector García.
Las intervenciones en un debate derechizado permitieron que la Franja Morada y el Movimiento Humanista sean por un momento el ala izquierda (moderada) de la AU. Propusieron que en la formulación del texto se mantenga la ‘gratuidad’ en lo que respecta al grado y que se agregue el ingreso irrestricto. Entre los 32 oradores hubo voces que se pronunciaban por la gratuidad también de los posgrados, argumentando que en la nueva carrera docente sería un requisito la formación de posgrado. La decana de Derecho Adela Seguí, partidaria de los posgrados pagos, sostuvo que en la actualidad la educación de grado es financiada por la de posgrado, y arremetió contra el desfinanciamiento por parte del Rectorado.
Durante las intervenciones Augusto González Navarro, de Asuntos Jurídicos del Rectorado, apuntó un elemento bastante pertinente. En los estatutos que se están reformando ya se encuentra contemplada la gratuidad pero en la realidad no se aplica. Para adecuarse a la Ley de Educación Superior que rige desde el menemismo, en el estatuto de la UNT se encuentra “en suspenso” el articulado que garantizaría la gratuidad. La defensa de la ‘gratuidad’, sea desde posiciones afines al kirchnerismo como la decana Leal o desde la Franja Morada radical, que se hizo en la AU fue una mera formalidad, ya que en los hechos se siguen aplicando los aranceles, en 10 de las 13 facultades. Finalmente, la moción de quitar la palabra ‘gratuidad’ solo cosechó 13 votos.
Cerca de las 13.30 la sesión continuó un quorum ajustado de 79 asambleístas, ya que una gran cantidad se había retirado tras perder la moción de pasar a un cuarto intermedio para la semana que viene. Mientras se mantuvo el quorum se aprobó adherir al principio del cogobierno, y la polémica se reabrió cuando se discutió si se agregaba el ingreso irrestricto. Korda (Filosofía y Letras) propuso una formulación donde se contemple “el ingreso irrestricto en algunas facultades”, agregando que hay otras que “se depurarán seguramente en el primer año”. Cuando una asambleísta advirtió que no había quorum la sesión pasó para un cuarto intermedio para el miércoles 15 a las 8 h.
Contextos
La sexta sesión de la AU había creado un clima de expectativas. Durante los días previos, desde el Rectorado se emitían pomposos comunicados que anunciaban acuerdos en los dictámenes de las comisiones atenientes al preámbulo, a la carrera docente y a los estudiantes. Mostrar algún grado de avance se volvió una doble necesidad para la rectora Alicia Bardón.
Por un lado, la necesidad de responder a los planteos de ADIUNT que reclama la implementación de una carrera docente que asegure su estabilidad laboral, además de una ciudadanía plena para los docentes de las escuelas preuniversitarias que dependen de la UNT. Estos reclamos fueron parte del pliego reivindicativo del paro que duró tres meses en 2014 y continúan en los paros de este año.
Por otro, Bardón necesita relegitimarse a sí misma con esta reforma pero, más importante aún, relegitimar a la UNT. Bardón quiere despegar su imagen de la del ex rector Juan Alberto Cerisola, quién terminó su segundo mandato rodeado de los escándalos por la malversación de fondos en obras. Cuando hace dos semanas salió a la luz un audio de Whatsapp de un dirigente del Movimiento Humanista, y presidente del Centro de Estudiantes de Derecho, ofreciendo prebendas a cambio de militancia en tiempos electorales, muchos no creyeron en la “autoridad moral” de la rectora para desacreditar la prebenda en el claustro estudiantil. ¿Acaso un funcionario del Rectorado no había ofrecido “contratos” para quienes voten por Cerisola-Bardón en 2010? ¿Acaso ella no fue la vicerrectora de una gestión con denuncias por malversación de fondos? ¿Acaso no recibió el apoyo del MH para ser electa rectora?
Tras las cincos sesiones del año pasado, sosteníamos que la carta fuerte de Bardón no estaba dando demasiados frutos. A esto se suma un número considerable de asambleístas ausentes en cada sesión, la imposibilidad de conseguir quorum en las comisiones y en las sesiones, más la ausencia de la rectora en los debates importantes. Conjeturas aparte, la falta de una línea clara por donde transitar, hace que cada anuncio mediático sea un boomerang político que repercute sobre la percepción de la capacidad de liderazgo e idoneidad de Bardón. Y de esto toman nota, propios y ajenos.