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Red Internacional
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BALTIMORE. La dureza del acero en los hijos de Baltimore.

Baltimore se ha convertido en escenario de violentos conflictos callejeros luego del funeral del joven negro Freddie Gray, quien murió tras la golpiza propinada por la policía. Se trata de movilizaciones que cuestionan el racismo rabioso del Estado y la policía. La furia de las jóvenes generaciones ha dejado al descubierto las necesidades más elementales heredadas tras décadas de devastación económica.

Viernes 8 de mayo de 2015

Baltimore creció forjando acero. Es un verdadero dormitorio obrero y como ciudad metalúrgica, se convirtió en el motor económico del Estado de Maryland en la mitad del siglo XX. Es por esto que atrajo a miles de trabajadores inmigrantes blancos y trabajadores rurales negros del sur, con promesas de una mejor vida.

La burguesía metalúrgica de Baltimore fue moldeando una política social, construyendo un pueblo obrero segregando a los trabajadores por color: mejores casas y trabajos para blancos, miseria y pobreza para negros e inmigrantes. Así también las primeras escuelas instaladas por la iglesia tomaban el mismo criterio racial, a fin de formar a las próximas generaciones de trabajadores metalúrgicos con baja calificación destinados a continuar los trabajos en la acería.

A inicios de los años treinta, los trabajadores hartos de las pésimas condiciones de trabajo y la división discriminatoria a la cual los tenían sometidos, se organizaron entre inmigrantes y afrodescendientes. La experiencia de luchas obreras de los inmigrantes europeos se combinó con la combatividad de la comunidad negra.

A principio de los años cuarenta, los obreros de la metalúrgica Aceros Bethlehem conquistaron el derecho a la representación sindical y mejores salarios.
Tras la crisis económica del 2007 en EE.UU, ciudades como Detroit, Cleveland y Baltimore –antiguos bastiones de la clase obrera metalúrgica negra – se convirtieron en ruinas. La devastadora desindustrialización significó un ataque directo a la mano de obra negra. Bajo la jerarquía racial estadounidense, siempre han sido los últimos en ser contratados, los primeros en ser despedidos y son relegados a los trabajos más duros y precarios.

El barrio de Freddie Gray tiene una tasa de desempleo del 50 %; un tercio de las viviendas se encuentran abandonadas y la pobreza que vive la juventud en Baltimore ha alcanzado condiciones comparables a los países más pobres del mundo.

Como Freddie Gray, son muchos a los que no les llega la Justicia. Entre 2005 y 2012, una persona negra fue asesinada cada 3-4 días, una cantidad más o menos equivalente a la tasa de linchamientos a comienzos del siglo XX. Es 21 veces más probable que un policía mate jóvenes negros que jóvenes blancos.

¿Por qué se subleva la juventud negra de Baltimore? ¿Por qué se arriesgan a golpizas, prisión o la muerte, al quemar coches y edificios como forma de protesta?
Porque las golpizas, la prisión y la muerte ya son el único futuro que el capitalismo estadounidense tiene para ofrecerles. Contra la degradación económica, política y social de sus comunidades, contra los linchamientos estatales, contra la estructura política que dice representarlos mientras mantiene la opresión, ellos han elegido resistir y combatir endurecidos como el acero.