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Red Internacional
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45 AÑOS DE SU MUERTE. La eterna Janis

Este 4 de octubre se cumplen 45 años de la muerte de Janis Joplin. Un repaso por la obra y vida de una de las voces bluseras más apasionantes y conmovedoras de todos los tiempos.

Mariela Pozzi

Mariela Pozzi Trabajadora telefónica // Agrupación Violeta

Sábado 3 de octubre de 2015

Ella brillaba en el escenario, se entregaba en vida y alma, seducía, detonaba el LSD y otras yerbas con su potente voz, emocionaba, “la rompía”. Lejos de intimidar, ayudaba a soltar esa rebeldía inherente de la juventud, en los conciertos. Era única. “Cuando canto me siento como enamorada. Es más que sexo. Es el punto en que dos personas llegan a eso que llaman amor por primera vez, multiplicado por todo el público. Es gigantesco”, decía.

Si bien su carrera fue corta en tiempo, sólo 9 años, como toda gran artista que hace historia, su obra es vasta y profunda, con cuatro LP de estudio, el último "Pearl" editado post mortem. Participó de tres bandas que acompañaban muy bien el talento natural de Janis: Big Brother and the holding company (1966/1968), Kosmic Blues Band (1969-1970) y Full Tilt Boogie Band (1970).

Albert Grossman, manager de Bob Dylan, la descubrió en un bar de San Francisco y le organizó la carrera, que contó con presentaciones memorables. Entre ellas podemos mencionar la del festival de Monterrey Pop Festival (junio 1967), concierto en el que a los 24 años de edad, deslumbró junto a Otis Redding y a Jimi Hendrix. La flamante voz del blues, también tuvo excelentes performances en el mítico festival de Woodstock (agosto 1969), en el Festival de Toronto, Canadá (septiembre 1970) y en el Festival Express de Alemania, entre las más destacadas.

Si bien Janis surgió como fiel reflejo de la juventud en los años 60, los del movimiento hippie, del amor libre y las drogas psicodélicas, cuestionando a los padres y al sistema, también hay algo significativo en el hecho de ser mujer, que trasciende su época. Un alma débil, un pájaro herido en su amor propio. Una mujer que sufría por el amor no correspondido. ¿Cómo una mujer tan decidida en el escenario, llena de vitalidad, sentimiento, fuerza y energía, era su opuesto cuando se bajaba del show? Ella misma comenta en un reportaje que “cuando subo a un escenario hago el amor con 25 mil personas a la vez y cuando me bajo, me siento sola y vacía de nuevo”. Quizá, aunque fomentado por la época también, esta dicotomía entre su vida pública y privada la acompañó durante años.Finalmente una mortal sobredosis de heroína hizo su efecto aquel fatídico 4 de octubre de 1970. A la edad de 27 años, Janis nos dejó sus canciones para que perduren en el tiempo, pero también su soledad, su fuerza y su pasión.

Janis Lyn Joplin nació el 17 de enero de 1943 en la ciudad petrolera de Porth Arthur, Texas, EEUU. Hija de trabajadores, su madre era ama de casa y el padre petrolero. Desde niña tuvo un gran talento hacia la pintura y el arte. Aunque un poco retraída socialmente, le gustaba dibujar y se aislaba de sus pares, en una ciudad que condenaba la creación artística y sobre todo si quien lo hacía era mujer. En este ambiente descubre la música, su gran pasión, y comienza a frecuentar lugares marginales de Texas. A los 20 años emprende camino hacia San Francisco donde busca su libertad y se dedica a lo que realmente quiere: cantar. Aunque sus padres insistían para que fuera maestra, apoyan la decisión de la rebelde Janis. La sureña comunidad baptista blanca de la época no encajaba con su irreverente personalidad y el blues de los “negros”.

Comenzó a cantar a los 17 años, casi por sorpresa como ella misma menciona, y las mujeres cumplirán un rol de guía en su canto. Bessie Smith, “la emperatriz del blues”, aquella cantante negra de las décadas del 20 y 30, fue su inspiración. Pero también su amante y compañera Grace Slick, cantante de la conocida banda Jefferson Airplane, tuvo una importante influencia. También estuvo varios años en pareja con la azafata Peggy Caserta, con quien compartían el consumo de heroína. Aunque su gran amor fue David Niehaus, quien en la tarde del pico mortal, iba camino a buscarla en señal de reconciliación...
Janis era toda sonrisas en público, tenía un excelente sentido del humor y era hasta severamente autocrítica. No escribía de manera convencional las letras de sus canciones sino que las inventaba a medida que la música la iba llevando por esos laberintos emotivos que tienen los acordes del blues. Conocía de tal manera la lógica interna de la música, que en las zapadas de sus conciertos siempre se ajustaba correctamente a los tiempos del 4 x 4. Su voz brillante y opaca a la vez, aguda y grave, profunda y chillona, glamourosa y triste, la hacen única en su estilo por sobre todos los tiempos. En la canción Mercedez Benz, que según cuenta la leyenda fue grabada en la sala de un hospital donde se recuperaba de sobredosis, queda inmortalizada la potente voz de Janis, y representa una crítica a la sociedad de consumo.

Janis tenía esa capacidad de pasar de un tema enérgico como Make Over a la dulzura country en Me and Bobby Mac Gee, sin dejar de sonar con fuerza y sentimiento.

El cine reflejó de manera dramática y un poco exageradas las idas y vueltas amorosas de Janis en el film La Rosa, protagonizado por Bette Midler en el año 1979. Para quien quiera conocer más sobre la obra puede hacerlo en el documental The way she was Janis que cuenta de manera completa sus actuaciones más destacadas, entrelazada con entrevistas. En el Festival de Venecia de este año, aunque fuera de competición, se estrenó el documental Janis: Little Girl Blue de la cineasta Amy Berg, que refleja la vida íntima de la cantante y sus tormentos pasionales.

Janis supo destacarse, trascenderse, perdurarse. Sabe conmovernos, sacudirnos, estallarnos. Será por eso que la queremos tanto.

Por último, les dedico el tema que quizás la ha consagrado al Olimpo de las voces femeninas del Blues, pero no sin antes dejarle el mensaje a la eterna Janis: Aún hoy te estamos llorando.

https://www.youtube.com/watch?v=G9wR5hLkYd8