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Red Internacional
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Memoria para reincidentes. La historia de Hector Brizuela y Antonio García, dirigentes del SOEVA y militantes comunistas asesinados por la dictadura de 1976

En un nuevo aniversario del golpe genocida de 1976, rescatamos la memoria de dos dirigentes sindicales vitivinícolas secuestrados y asesinados por la dictadura, para reivindicar su lucha y retomar su legado de organización obrera en el corazón de la principal industria mendocina.

Viernes 24 de marzo de 2023 15:52

Hector Brizuela y Antonio García eran obreros de la bodega Giol, luego secretario general y secretario gremial del SOEVA Maipú, respectivamente. Los dos eran militantes del Partido Comunista. El 18 y 19 de octubre de 1976 fueron secuestrados, torturados y asesinados por la Policía de Mendoza, con participación de la Policía Federal.

La década del 70 en Argentina comienza, como en gran parte del mundo, con un importante aumento de las luchas obreras, estudiantiles y populares las cuales son cada vez más duras e intransigentes en sus formas y reclamos. Este proceso tiene un punto de inicio con el Cordobazo en 1969 donde obreros y estudiantes enfrentaron las medidas de ajuste del gobierno de Onganía dando comienzo a la crisis de la dictadura. Mendoza también es parte de este reverdecer en la lucha de clases. Estas respuestas de los trabajadores y trabajadoras son hacia una economía en crisis y descargada por la burguesía sobre las condiciones de vida de las mayorías populares, avanzando sobre derechos conquistados por la clase obrera del país. La crisis internacional del petróleo en 1973, la caída de los precios de los granos, los reajustes salariales por decreto por debajo de la inflación; en Mendoza repercute todo esto y además los empresarios del vino querían que la crisis por la superproducción de vino y caída de la demanda la paguen los trabajadores vitivinícolas y sus familias.

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En este escenario, y sumado al cambio en la autopercepción de la clase obrera mendocina tras las jornadas que desembocaron en el Mendozazo y sus posteriores consecuencias, vemos cómo las organizaciones sindicales regionales empiezan a tener mayor participación de las bases que cuestionan a las conducciones burocráticas y sus métodos. El nivel de participación sindical y política de los y las obreras de viña y bodega será un punto destacado por el lugar estratégico que ocupan en la rama productiva más importante de la provincia.

En el SOEVA de Maipú tenemos el ejemplo de la militancia y organización del sindicato por parte de los delegados Hector Brizuela y Antonio Garcia, ambos militantes del Partido Comunista. Hijos de familias en las que generación tras generación han trabajado en la viña, ellos son los que desde jóvenes ingresan a trabajar a la Bodega Giol. Su actividad sindical y política se destaca desde el Mendozazo y posteriormente como Secretario General del sindicato en este departamento.

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Es escasa la información sobre estos dos dirigentes del SOEVA. Las fuentes y testimonios reunidos hasta el momento nos permiten un primer acercamiento a su trayectoria sindical y política. En artículos publicados sobre los 70 en Mendoza encontramos el relato de un obrero que ilustra el rol organizador que tuvo el SOEVA por aquellos primeros días del mes de abril de 1972 cuando estallaba el Mendozazo y el comedor de la bodega Giol se transformó en el lugar que agrupó a las uniones vecinales, estudiantes y trabajadores para discutir qué hacer con el tarifazo de la boleta de la luz, la cual había aumentado 300%, al respecto comenta:

(…) y en la asamblea estaban leyendo los estatutos del gremio que habían hecho una reforma. Y claro, y empiezan a mirar y llegaba gente y llegaba gente. Y entonces García, que era el tesorero del gremio, un tipo más abierto (yo era amigo del hijo y de las hijas) me identifica a mí y se me acerca. Y le digo: “Che, estos compañeros que vienen conmigo son de varias uniones vecinales y de los centros de estudiantes también que venimos a ver qué van a hacer mañana porque la idea nuestra es que hay que participar”. “Cierto, esperá un poquito que estamos con esto –dice-(...).

Bueno, hasta que por fin los que venían con nosotros, que ya eran muchos, empezaron a decir: “Pero ¿qué es lo que están leyendo estos?” Claro, el tema era la luz ahí. Hasta que el tipo cerró el libraco y dice: “Bueno, hasta acá la lectura de los estatutos”. “Pido la palabra” dice uno que no sé quién era. “Sí, tiene la palabra el compañero”. Dice: “¿por qué estamos pelotudeando con esto de los estatutos cuando el tema del país son las tarifas eléctricas y el tema de mañana es la movilización?” Aplauden todos. Y entonces, dice: “Paren, esperen, esperen un poco” dice uno de la Comisión Directiva que era muy canchero y dice “me parece que el compañero no sabe que esta asamblea era continuación, que estábamos en un cuarto intermedio y habíamos empezado con esto de los estatutos, teníamos que terminar”. Entonces, pide la palabra el secretario, Brizuela era, lo mataron después… lo mataron a él y a García. Y entonces se manda un discurso muy bueno. Claro, era un cuadro. Dice: “es evidente que el tema fundamental es ta, ta, ta…” Pero oró bien, revolucionario el tipo, y dice: “Y además quiero avisar a la asamblea que se han hecho presentes –dice- compañeros de uniones vecinales y del movimiento estudiantil que vienen para coordinar con nosotros qué vamos a hacer mañana. Pido un aplauso para ellos”. Nos aplauden, después que nos estaban por echar y dice: “que se presenten, que pasen para adelante”. (1)

Foto: Archivo del Grupo de Historia del Movimiento Obrero en Mendoza

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En una entrevista que realizamos a un setentista y obrero mecánico, nos permite seguir reconstruyendo la imagen de los dos dirigentes. Valerio, un compañero de militancia de ellos nos cuenta que Héctor, Antonio y Modesto (hermano de Héctor) entran a trabajar a la bodega a mediados de 1950 y que de alguna manera u otra ya tenían contacto con la militancia comunista.

“Era gente de naturaleza inteligente y con mucha iniciativa, combativos. Entonces se destacan, diríamos, entre los obreros vitivinícolas. Pasan a ser delegados de sección y empiezan a actuar en las asambleas que al principio se había naturalizado que podían ser de 50, 60, no era poco, pero en relación a la cantidad de obreros si lo era y les plantee por qué y cómo podíamos hacer. Así se pasaron a las asambleas de 150, 600, 700 donde aprendieron a apreciar a los compañeros y la experiencia que tenían. Eso a ellos no les costó nada aprenderlo y superarlo, lo potenciaron con su inteligencia y transformaron al sindicato de SOEVA Maipú en una organización poderosísima. En esa época el sindicato de obreros rurales no llegaba o llegaba muy pobremente al campo. Entonces hicieron reuniones y acuerdos intergremiales para incorporar a todos los obreros de las viñas que eran miles que además de los bajos sueldos no tenían una mutual, no tenían ningún tipo de protección. Entonces una de las cosas que ellos empezaron, que lograron y que fue muy importante, histórico, es que esos obreros estuvieran organizados, agremiados y tuvieran una mutual en un pueblo de obreros rurales en Maipú. Y que estos obreros rurales estuvieran en blanco, en el padrón, que estuvieran en los Afines del SOEVA, fue una de las grandes labores que hicieron ellos. “

Carteles con fotos de Hector Brizuela y Antonio García en una movilización de trabajadores vitivinícolas en 2021.

El SOEVA Maipú se caracterizó en los años ´60 y ´70, por sostener una posición más combativa y en ocasiones enfrentada a la burocracia sindical de Carlos Fiorentini de la CGT peronista. Sobre esto, Valerio agrega en su testimonio: La permanencia de dos o tres mandatos donde estuvieron, estaba respaldada precisamente en eso pero también en una lucha contra la derecha que se concentraba contra el gremio y lo hacía a través de gente que algunos eran obreros contratistas o algunos obreros vitivinícolas que estaban vinculados a los demócratas ,a los radicales y algunos al peronismo de derecha (yo conozco que en el peronismo hay de todo y frente a esos hay algunos de derecha y bastante jodidos, eh!). Se concentraban y se empezaban a organizar para ver cómo sacaban a García y Brizuela, después comprobamos que había un coimerío y un apoyo de la patronal organizado para lograr ese objetivo de sacarlos del medio.”

Y luego agrega:

“Lo que tengo en mi mente, porque los conocí profundamente, pasamos horas conversando y estudiando, es su dedicación total, su entrega a una causa humana, justa, eran realmente personas maravillosas. Yo creo que nadie deja de sentir lo doloroso que significó el hecho concreto de su muerte, pero además lo querían la gente como dirigentes y como seres humanos. La militancia que ellos tienen desde mediados de la década del 50 para adelante era combatir. Luchadores han sido siempre en distintos lugares desde el trabajo común hasta transformarse en delegados, dirigentes y llegar a la dirección del gremio”. (2)

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Esta vanguardia de trabajadores forma parte de un proceso nacional donde la enorme combatividad y organización obrera se hacía imparable. Con la vuelta de Perón al país (tras 17 años de exilio) y las elecciones que lo colocan como presidente se buscó desviar el proceso e impulsar una política de colaboración entre las cúpulas sindicales de la CGT y empresariales en el Pacto Social del 73, no pudieron contenerla. Para frenar esta vanguardia el tercer gobierno peronista crea un grupo paramilitar conocido como “La Triple A” (Alianza Anticomunista Argentina) que mediante amenazas, secuestros y asesinatos buscaba amedrentar opositores, dirigentes obreros y estudiantiles. Esta poderosa clase obrera se enfrentó al gobierno de Isabel de Perón con una histórica huelga general en julio de 1975, es la primera contra un gobierno peronista y fue impuesta por las bases y sindicatos combativos a la cúpula burocrática de la CGT. Los obreros triunfan y obtienen el reconocimiento de las paritarias. La movilización es un gran pronunciamiento político del proletariado argentino contra un gobierno en decadencia. Con el golpe cívico-militar de 1976 se pondrá en marcha un plan de genocido y exterminio de militantes y activistas, cerca del 60% de los desaparecidos son obreros. Esto muestra un marcado carácter de clase del golpe de estado encabezado por Videla, en el que se protege a los empresarios que gestaron y formaron parte del golpe.

El secuestro y asesinato de Hector Brizuela y Antonio Garcia se da en este momentos. El 18 de octubre de 1976, Hector es secuestrado por civiles en su domicilio por un operativo en conjunto entre la policía de Mendoza y la Federal, será torturado y asesinado a balazos. El día 19 de octubre por la mañana detienen a Antonio en su casa, es herido de arma blanca y posteriormente fusilado en el lugar donde horas más tarde encontraron su cuerpo sin vida. Ambos son arrojados en distintos puntos del departamento de San Martín y encontrados tras la advertencia de dos llamados anónimos. El ensañamiento es brutal.

La búsqueda de Georgina Vuletich, esposa de Brizuela, en distintas comisarías la lleva hasta Santuccione - este represor es el jefe de la policía provincial- quien le sugiere que cese en su búsqueda por su bien y el de su familia. En el 2011, en los Juicios por Delitos de Lesa Humanidad en Mendoza, ella declara sobre los sucesos que rodearon el secuestro de Brizuela a quién lo describe como un hombre “sencillo, trabajador, honesto y pobre.” Recordó que el día de su entierro fue despedido por una sentida multitud de obreros que entendían a quien habían perdido.

Recordarlos a ellos y a su lucha es un trabajo valioso y un aporte a la historia de la clase obrera mendocina. “Ni siquiera los muertos estarán a salvo del enemigo, si éste vence.Y este enemigo no ha dejado de vencer” dice W. Benjamin en sus tesis sobre la historia. Este 24 de marzo recordamos y reivindicamos a una generación de luchadores que hizo temblar el poder de los empresarios, que demostró la enorme potencialidad que tiene la clase obrera en alianza con otros sectores de oprimidos para plantear otro tipo de sociedad, una en que las minorías no opriman a las mayorías. Era posible, es posible. Buscamos aprender de las experiencias pasadas para organizarlas nuevamente, los ataques a nuestra clase continúan lo que hace que siga vigente esta histórica tarea.

(1) El testimonio pertenece a un obrero de SASETRU, fábrica en Luján de Cuyo. Asamblea en el comedor de la bodega Giol el 3 de abril de 1972 en : Ayles Tortolini, Violeta. Del Mendozazo al PRT-ERP: experiencias subalternas de politización.

(2) El testimonio pertenece a Valerio Castillo Baez, obrero mecánico. Entrevista realizada el 22/03/2023 por miembros del Grupo de Historia del Movimiento Obrero de Mendoza (PTS).