En una semana decisiva para la rebelión social que acontece en la provincia, el Partido Obrero no jugó prácticamente rol alguno. El PTS, como aquí reflejamos, viene peleando en todos los terrenos por desarrollar una política que permita unificar a todos los sectores en lucha.
Viernes 30 de junio de 2023 10:35
La enorme rebelión en Jujuy confirma el también enorme electoralismo del PO. La consigna “la izquierda que se planta” parece útil para repetirse en afiches, volantes, spots y algún jingle de ocasión. Sin embargo, la realidad de los hechos es más poderosa que los eslóganes.
En una semana decisiva para el desarrollo de la rebelión social contra la reforma de Morales y el PJ, el PO estuvo prácticamente ausente de la escena. Desde ese punto de vista, estuvo lejos de ser un factor que pudiera incidir en el proceso de la lucha de clases, intentando aportar a que el proceso no se cierre como resultado de las diversas políticas de desvío que hay en escena.
Nos referimos, esencialmente, a la movilización del Polo Obrero. Como ocurre en el resto del país, en Jujuy el propio Partido Obrero, como organización política militante, se encuentra reducido a una expresión mínima. No tienen presencia en docentes, ni en el estudiantado.
La última aparición importante del Polo Obrero en las calles tuvo lugar el miércoles 21 de junio, el día posterior a la feroz represión desplegada por el Gobierno de Gerardo Morales en San Salvador. A partir de ese momento, cuando los reflectores de los medios nacionales empezaron a apagarse, la bandera del Polo Obrero apareció solo en algunas de las varias marchas de antorchas posteriores. Pero se trataba, esencialmente, de delegaciones.
No estamos polemizando sobre una cuestión de orden secundario. En 2022, el Polo Obrero, las organizaciones sociales agrupadas en la UP y la UTEP llegaron a movilizar más de 10.000 personas. En ese entonces Morales perseguía a dirigentes de esas mismas organizaciones, con espionaje, allanamientos, detenciones y causas armadas. El Polo Obrero se movilizó entonces en defensa de sus propios dirigentes, pero decidió casi excluirse de una lucha política de masas, general, contra la Reforma.
En la semana más tensa y álgida de la política jujeña en décadas, esa capacidad de movilización no estuvo en las calles. Si bien hay integrantes de las organizaciones sociales y los movimientos de desocupados que participan en los diversos cortes de ruta, el PO no apareció actuando mediante acciones o marchas propias o con el conjunto de la UP. En un momento en que el arco sindical de la CGT y la Intersindical encabezada por el SEOM apostaban a una política de desmovilización, no actuó en las calles para intentar un contrapeso a esa orientación.
El debate en el Cedems
Esa ubicación prácticamente externa a los hechos la hace evidente su dirigente, Sebastián Copello, en una editorial publicada este miércoles. Allí afirma que “la docencia sigue en pie de lucha con la continuidad del paro de Adep, empujado por las asambleas regionales de la base combativa y el acompañamiento del Cedems, ya que a pesar de haber levantado el paro, los profesores de media y superior siguen en la calle”.
Copello parece no conocer la enorme discusión política que atraviesa al Cedems. Allí existe un importante cuestionamiento a la asamblea en la cuál se levantó el paro. Al mismo tiempo, empezó a emerger un sector de docentes autoconvocados que exigen una nueva asamblea para rediscutir la continuidad de la pelea por salario y contra la reforma.
La presentación que hace Prensa Obrera de los hechos es funcional a ocultar esas críticas. Precisamente, lo que limita que la docencia secundaria siga masivamente “en la calle” es la decisión de levantar el paro y aceptar el acuerdo salarial, cuestión que fue impulsada y defendida por la mayoría de la Directiva del Cedems.
A esa decisión se opuso la Agrupación 9 de Abril, impulsada por el PTS e independientes. En la asamblea del sábado 24 fue parte del amplio sector que rechazó el acuerdo salarial, planteó continuar al paro -al menos otras 48 horas- y realizar una amplia consulta en la base docente y con las comunidades acerca de cómo seguir la lucha conjunta contra la reforma. En estos días continuó esa pelea, apoyando e impulsando la juntada de firmas que iniciaron los y las docentes autoconvocados.
Esa pelea de La 9 de abril continuó y tuvo un punto central en la exigencia de paro frente a la represión y a hechos aberrantes como la tortura a una docente. Retomar medidas de lucha frente a hechos represivos era una de las resoluciones de la asamblea del sábado 24. Finalmente, este jueves por la noche, la mayoría de la Directiva anunció un paro para hoy viernes 30. Sin embargo, esa medida solo debería ser el punto de partida para retomar el paro por tiempo indefinido y volver a la lucha contra la Reforma, junto a las comunidades y otros sectores en lucha.
Agreguemos que, en el conflicto de Cedems, la posición de Tribuna Docente-PO -publicada solo en su prensa nacional ya que no tienen fuerza militante (ni docentes no Tribuna)- fue realizar una contrapropuesta que pudiera arrancar una mejora en el básico y en otros ítems que pasaran al blanco. Esto habría sido lo que hubieran planteado de tener docentes. Esto implicaba pasarle la pelota al Gobierno. Sin embargo, si éste cedía en esas demandas económicas -algo probable dada su debilidad- la situación también implicaba levantar la lucha conjunta. Al decidir en función de intereses puramente gremiales, sin consulta con las comunidades originarias, se alentaba la división entre las mismas y la docencia. Una política que, con otras formas, repetía lo esencial de lo que propuso la mayoría de la Directiva.
La omisión del debate en curso en el Cedems abona la política de poner paños fríos que impulsa la Intergremial, convertida en Multisectorial desde este martes. Un espacio que, pese a estar conformados por gremios, -incluído Adep- no convocó a nuevas medidas de fuerzas, sino que se limita a apoyar las marchas de antorchas o impulsar presentaciones legales contra la Reforma. Esa multisectorial, en su presentación, anunció públicamente que “excluía” a las fuerzas “que fueran parte de la contienda electoral”. La definición sólo puede entenderse como un intento de marginar al Frente de Izquierda de cualquier agrupamiento unitario de lucha. Se trata de la única fuerza política de peso que viene siendo parte activa de la lucha contra la Reforma.
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A tono con esa esa lógica, este jueves el PO no se reunió ni sumó su adhesión a la reunión de la Coordinadora No a la reforma, que está integrada por diversas organizaciones políticas y sociales y viene peleando activamente desde el inicio del proceso. Decidió, por el contrario, asistir a una reunión convocada por el SEOM a la misma hora.
Una pelea concreta por unir a todos los sectores en lucha
Refiriéndose al proceso general, en el mismo artículo, Copello señala: “Hemos planteado la necesidad de que funcionen asambleas populares y comités de lucha en las localidades y la organización de un encuentro provincial de organizaciones y trabajadores que impulse una huelga general hasta imponer las aspiraciones populares”.
¿Dónde lo han propuesto? ¿En alguna instancia en Cedems? ¿En las asambleas de base de Adep? ¿En el comité de estudiantes y docentes contra la Reforma con sede en la Facultad de Humanidades? ¿En la Asamblea del pueblo, trabajadores, Comunidades, estudiantes contra la reforma, que se conformó este jueves? Lamentablemente la respuesta es no. En un hecho que tiene mucho de inexplicable, el militante del PO que participó ayer del importante encuentro en la Facultad de Humanidades se presentó como “de una agrupación política”, a la que eligió no mencionar.
El PTS, como informamos diariamente, viene planteando una pelea abierta en todos los terrenos para poner de pie una instancia que permita unir al conjunto de los sectores en lucha. Una Asamblea provincial que permita agrupar a trabajadores, trabajadoras, comunidades originarias, estudiantes y demás sectores. Que a partir de esa fuerza, pueda imponer a la CGT y CTA, y los sindicatos, un inmediato paro general que continúe hasta derrotar la reforma de Morales y el PJ.
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Esa es la pelea, por un lado, que viene dando la Agrupación 9 de Abril en docentes, tanto en el Cedems como en Adep. Este mismo miércoles, a propuesta de esta agrupación, una asamblea en Humahuaca votó que la lucha tiene que continuar en acuerdo con las comunidades originarias.
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Por el otro, con la pelea por nuclear a diversos sectores en función de batallar por esa perspectiva de una Asamblea Provincial. Esa pelea tomó forma concreta este mismo jueves por la noche. La primera reunión de la Asamblea del pueblo, trabajadores, Comunidades, estudiantes contra la Reforma congregó a más de 250 personas. Docentes, estudiantes, integrantes de las comunidades originarias, entre otros, fueron parte de empezar a edificar una instancia que permita pelear con fuerza para evitar las divisiones que intentan imponer tanto el Gobierno provincial como el nacional y los sectores sindicales y sociales dirigidos por el peronismo.
Este agrupamiento ha sido el resultado de un trabajo previo, donde la Juventud del PTS jugó un papel significativo, coordinando con otras agrupaciones estudiantiles la puesta en pie de un Comité junto a docentes contra la Reforma. El mismo, desde el inicio del conflicto, fue clave para dar apoyo a los docentes que viajaron a la capital desde el interior, a las comunidades originarias y en la intervención frente a la represión, tanto en Purmamarca el sábado 17 como en la Legislatura el martes 20 de junio. En todo este proceso por desarrollar un movimiento estudiantil junto a los docentes y comunidades, el PO también estuvo ausente, sin aviso.
Esa pelea se da, además, a través de la intervención activa de los principales referentes públicos del PTS. Este mismo miércoles, un spot de Alejandro Vilca llamó a pelear por una Asamblea provincial que permita garantizar el paro provincial hasta derrotar la reforma. Ese mismo compromiso de lucha quedó de los y las convencionales del PTS se había evidenciado con claridad el sábado 17/6, cuando en Purmamarca, Natalia Morales sufrió una brutal represión y fue detenida. Como hecho anécdotico, habría que mencionar que ese día Copello se encontraba a más de 1.000 kilómetros, frente al Congreso Nacional, en un acto electoral destinado esencialmente a criticar al PTS.
La “izquierda que se planta” no echa raíces en Jujuy. Es lógico, con discursos electoralistas no se puede actuar en la lucha de clases. Los spots y los jingles podrán ser más o menos creativos. Se hace evidente, además, que ese discurso político está orientado a mantener los ataques -reiterados y permanentes- hacia el PTS, como parte de la campaña electoral. Los hechos, como acabamos de repasar, demuestran realmente dónde está la "izquierda light".
Pero un partido de combate se prueba en la lucha de clases, poniendo toda sus fuerzas -por arriba y por abajo- en el desarrollo de las tendencias a la movilización de las masas, apostando a desarrollar organismos de autoorganización y coordinación hacia a una perspectiva de lucha que permita superar las trabas que imponen los aparatos burocráticos. Buscando, por todos los medios, que los explotados y explotadas desarrollen toda la potencia que tienen cuando empiezan a ponerse en movimiento para decidir su propio destino.
Eduardo Castilla
Nació en Alta Gracia, Córdoba, en 1976. Veinte años después se sumó a las filas del Partido de Trabajadores Socialistas, donde sigue acumulando millas desde ese entonces. Es periodista y desde 2015 reside en la Ciudad de Buenos Aires, donde hace las veces de editor general de La Izquierda Diario.