Luego del brutal desalojo en Guernica, un balance sobre las expectativas en el Gobierno provincial, el rol del Poder Judicial y la ubicación de los sindicatos.
Julia Peñalba Trabajadora judicial
Martes 3 de noviembre de 2020 11:39
El Gobierno de Kicillof lleva casi un año de mandato. Las promesas de campaña volaron con el pago a especuladores, el aumento superlativo a la Policía extorsiva, la desaparición forzada y asesinato de Facundo Astudillo Castro, y la reciente represión a las familias de Guernica el pasado jueves.
Sin dudas, el actual Gobierno llegó con un discurso marcadamente popular. Su impronta era ser la contracara de una Vidal anti derechos, pero fue cuestión de tiempo, excavar un poco en tierra húmeda, para descubrir la otra cara del Axel "progre".
Las más de 1400 familias de Guernica lo saben. No cedieron a las propuestas sin solución, y a la extorsión constante, para quebrar su reclamo de tierras para vivir. La respuesta fue 4.000 efectivos de la bonaerense con topadoras.
Todos los funcionarios responsables, del riñón político que fuese, salieron a avalar los hechos terribles del pasado jueves, recalcando que se hizo "todo lo posible" para no llegar a esto. Luego, el mismo Alberto Fernández avaló los hechos, y habló de un desalojo "ordenado". Muchos funcionarios llegaron hasta la acusación absurda hacia las organizaciones que se solidarizaron con las familias, de haber tirado los gases.
Tales comentarios solo pueden generar más bronca e indignación, para quienes sabemos que es una gran mentira, desde que empieza hasta que termina, para quienes sabemos de las responsabilidades políticas de este crimen social.
Estas familias, relegadas por años y años, y arrastradas a la miseria con ayuda de la pandemia, pedían algo tan básico como una vivienda donde criar a sus niñas y niños.
Eso, tan elemental, el Estado se los negó una y mil veces, hasta el mismo día en que Berni llegó cual Rambo a arrasar con familias enteras, quemando sus casillas, arrancándoles una vez más todo, hasta su identidad (hubo casillas quemadas con DNI en su interior), ante los ojos atónitos de niñas y niños a quienes debiera resguardarse, por su interés superior. Pero no fue Berni con aires locos, fue una decisión política del Gobernador.
Claro está que el Poder Judicial en el que trabajamos cotidianamente, dio muestra estelar de los fallos de clase a los que siempre hacemos alusión. Con supuestos dueños de las tierras (amigos de Videla y de la dictadura) flojos de papeles, ordenó esta medida de desalojo.
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Pero, además, cuál payasos del circo montado por Berni, los fiscales del caso posaron para una selfie con el dolor de las familias y el humo atrás. Posaron con una sonrisa en ese mismo instante. Y así nos dieron otra muestra más, indiscutible, de que hay que combatir este Poder Judicial misógino y de clase, contra funcionarios y magistrados que, como estos fiscales, se divierten con el hambre del pueblo.
La deuda sigue siendo con las mujeres de Guernica y con sus niñas y niños, la deuda sigue siendo con el pueblo trabajador.
Hoy vemos salarios a la baja de todos y todas las trabajadoras del área de salud (quienes se enfrentan en primera línea cada día con la pandemia provocada por el covid-19), educación, estatales y nosotros los judiciales, a quienes casi nos imponen un aumento por decreto, que dejaba a la gran masa de trabajadoras y trabajadores del sector bajo la línea de pobreza.
Desde la Marrón Clasista en Judiciales veníamos expresando, en cada espacio de asamblea, que era necesario acompañar la lucha de las familias de Guernica, que no era aislada, sino que formaba parte de una única lucha respuesta a un ataque de conjunto al pueblo trabajador, por eso repetimos en reiteradas ocasiones que debíamos rodear de solidaridad, que si ganaba Guernica ganábamos todos. Sin embargo, la AJB continuó llamando a acciones aisladas, sin salir de la pasividad.
Los sindicatos todos debieron y deben ponerse al frente de esta pelea, para que triunfe y para que se entienda que la unidad de los trabajadores no es solo una frase. Por el contrario, es condición para imponer nuestros derechos, como lo fue siempre en la historia.
En la última asamblea departamental, desarrollada el mismo día de los hechos, mientras la multisectorial La Plata, Berisso y Ensenada convocaba a marchar por la liberación de las personas detenidas en la toma, se impuso por unanimidad la necesidad de repudiar el desalojo y la brutal represión, y de que el gremio saque un comunicado al respecto.
Asimismo, se hizo hincapié en la importancia de que la AJB realice un balance, a fin de pensar de aquí en adelante acciones a futuro en conjunto con el resto de los sectores postergados, ante un Gobierno que lejos está del "diálogo" y la defensa de los trabajadores y desposeídos, lejos está de ese discurso que le hizo ganar las elecciones.
Actualmente, el gremio fue convocado a la continuidad de la negociación salarial, el próximo jueves 5 de noviembre, dejándose sin efecto el decreto impuesto. Lejos de leerse como una "voluntad de dialogar", dado el contexto en que se da esta continuidad, es importante entender que la AJB y el resto de los sindicatos se encuentran en el momento crucial de definir su objetivo y accionar en defensa de las y los trabajadores, en unidad, acompañando todas las acciones que se voten, con distanciamiento social y las medidas sanitarias correspondientes, tanto junto a las familias de Guernica, que no pierden la fuerza y siguen luchando, como del resto de los conflictos en curso, como el de las y los trabajadores de la salud, que se encuentran en las calles peleando por sus salarios y condiciones laborales.
En ese sentido, es necesario que la AJB llame a paro, participe y llame a formar parte de la movilización que convoca la multisectorial La Plata, Berisso y Ensenada, impulsada por las familias de Guernica, desde la estación de tren a Gobernación, mañana miércoles 4 de noviembre a las 12 hs.
Hoy más que nunca, cuando se votó un presupuesto 2021 de hambre, el gobierno dejó claro un mensaje al pueblo trabajador, haciendo trizas el relato: el ajuste continúa, y si no pasa, intentarán disciplinar, con palos, gases y balas si lo creen necesario.
La organización y la unidad deben ser nuestra respuesta.