Las dicotomías ideológicas atraviesan al partido sostenido históricamente en la ampliación de derechos. El apoyo con reparos de Alberto Fernández, el giro de Cristina Fernández y el juego de los gobernadores prácticamente en modo celeste. El derrotero de la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en Argentina, un tópico insoslayable frente la campaña electoral.
Ezequiel Coria @desdeelpotrero
Jueves 24 de octubre de 2019 12:53
Fotografía: Agencia Paco Urondo
En marzo del 2018, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito presentó en el Congreso Nacional, por séptima vez, el proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Durante tres meses, más de 800 expositoras/es emitieron sus posturas ante los plenarios de comisiones en Diputados y Senadores. El 14 de junio se logró la media sanción en la Cámara baja, luego de 20 horas de sesión, con 129 votos afirmativos, 125 rechazos, una abstención y una ausencia. En agosto, el proyecto se cayó en el Senado por los 38 sufragios “pro vida”, 31 en favor de la IVE, dos legisladores que se abstuvieron y una ausente.
En esta coyuntura, los gobernadores del PJ jugaron una partida a dos bandas; ya que comunicaban “su posicionamiento personal” por un lado, y a la par, emitían sobre la libertad de acción de sus legisladores. Un dato concreto dentro del justicialismo: Omar Perotti, gobernador electo en Santa Fe, representó una de las abstenciones en la Cámara alta.
Hace unos meses, conferencia de prensa mediante, la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito desembarcó por octava vez (desde 2007) para habilitar el debate nacional de la IVE. Al calor del proceso electoral, la agenda de género simboliza una de las temáticas de abordaje inexorable para los candidatos, ya sea por la polarización existente, la masividad de la calle, el electorado cautivo que detentan los colectivos o por una necesidad de política estatal definida.
La fórmula de Todos y sus generales
En febrero de 2018, el otrora jefe de Gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, tuiteó que “el aborto no es una cuestión moral o religiosa. Es una cuestión de la salud pública. Es hora de despenalizarlo”. Transcurrido un año, el candidato a presidente por el peronismo unido, advirtió en mayo “que no debe ser un delito, podríamos empezar a trabajar sin necesidad de avanzar tan rápidamente en la legalización, porque es un tema que divide a los argentinos”. En tanto, el mes pasado redefinió su postura: “Tengo la decisión política de despenalizar y legalizar el aborto porque no quiero que se muera ninguna mujer más. Lo primero debería ser terminar con la clandestinidad”.
Asimismo, Cristina Fernández manifestó prolongadamente su rechazo y lo sostuvo durante su gestión presidencial. El investigador Mario Pecheny, director del Conicet, recuperó una declaración de la ex mandataria durante el 2003: “Yo no soy progre, soy peronista. Apenas si pudimos aprobar una ley de educación sexual, de reproducción responsable y hay que ver lo que costó eso. Además, yo estoy en contra del aborto".
Ya como senadora nacional, explicó previo a la votación de la IVE en el Senado durante 2018: “Florencia es una madre soltera que decidió tener a Helenita, mi nieta ¿qué hubiera pasado si me decía que no la quería tener y que había decidido abortar? ¿Yo qué hubiera hecho? Sin dudar la hubiera acompañado. Esa tarde sentí que me interpelaba a mí misma”. En continuidad con esa línea, aseveró en su discurso tras consignar su voto verde: “Tenemos que ofrecer una alternativa, he discutido con muchas mujeres feministas las convicciones. Deberíamos todos hacer un esfuerzo muy grande para dar respuesta”.
Por su parte, entre los gobernadores justicialistas se expande un federalismo celeste. El tucumano Juan Manzur ratificó en su momento su postura “pro vida”: “Voy a hacer respetar lo que establece la Constitución de la Provincia, para proteger la vida desde el momento de la concepción. Seré firme en esta posición tomada”. Mismo escenario ratificó el chaqueño Domingo Peppo ante pastores evangélicos al apuntarles que “me considero un hombre de Dios y reafirmo mi postura que es la defensa de la plena vida”; e igual vía desandó el sanjuanino, Sergio Uñac, quien aseguró que “estamos a favor de la vida desde la concepción. No solamente lo declamo, sino que hay un programa del Ministerio de Salud, Mil Días, que habla del fortalecimiento del chico concebido y desde ahí hacia adelante”.
Desde el sur, la actual mandataria de Tierra del Fuego, Roxana Bertone, avaló abiertamente el rechazo al aborto: “Es una convicción íntima y personal, estoy a favor de la vida, ya lo he demostrado. En este momento expresarme a favor de la vida me muestra tal cual soy”. No obstante, su próximo reemplazante en la gestión, Gustavo Melella, planteó que “la vida se defiende siempre. Les digo a los que son pro-vida que está bien que garanticemos la vida, pero garanticémosla siempre con igualdad de oportunidades. Tampoco estoy a favor el aborto clandestino, poner en riesgo la vida de la mujer y del bebé. Hay que buscar una manera de llegar a todas las instancias”. Además, Alicia Kirchner indicó en línea con el Obispado de Río Gallegos que “tenemos que apostar siempre a la vida”.
En La Rioja, el gobernador Sergio Casas se reunió con representantes de la ONG “Marcha por la Vida” y aclaró que “en unión todos debemos concientizarnos a favor de la vida”. A su vez, el santiagueño Gerardo Zamora asumió su apoyo a los celestes, al pedir una “discusión seria y responsable” en el Congreso. Asimismo, la negativa del misionero Hugo Passalaqua se conoció a través de su ministro de Salud, Walter Villalba: “En Misiones se aplica el protocolo desde 2013. Misiones es pro vida, pero siempre también se adaptó a la legislación, porque tenemos que garantizar el acceso al derecho que tienen las adolescentes”.
Desde Catamarca, Lucía Corpacci manifestó que “sería muy apresurado emitir una opinión. El Estado y la Iglesia deben trabajar en las medidas de prevención de los embarazos no deseados y hay casos puntuales como la violación o los riesgos de salud donde merecen un tratamiento especial”. Vale destacar que los senadores catamarqueños por el FpV, Inés Blas y Dalmasio Mera, sufragaron en modo celeste durante el retroceso de la ley. En este contexto, el formoseño Gildo Insfran no ha difundido abiertamente su mirada. Pueden contabilizarse entre los pro vida a los senadores José Mayans y María Teresa González; y puntualizando en Diputados, el afirmativo de Luis Eugenio Basterra frente a los dos negativos de Gustavo Ramiro Fernández Patri e Inés Beatriz Lotto.
Otro caso similar lo encarna el mandatario de Chubut, Mariano Arcioni, ligado al massismo. Si bien no ha denotado su ideología ante la IVE, el apoyo desde la Cámara alta en 2018 fue corporizado por los tres referentes provinciales: Alfredo Héctor Luenzo, Juan Mario Pais y Nancy Susana González. Asimismo, el diputado Santiago Nicolás Igon dio su guiño positivo mientras que Ana María Llanos Massa emitió en contra junto con Jorge Taboada (dirigente de Camioneros) y Rosa Rosario Muñoz (desde el Arcionismo).
Dentro del peronismo pero en el armado de Roberto Lavagna, Juan Manuel Urtubey, confirmó hace unos meses con ambivalencia su aval a la legalización: “He dado mi opinión respecto de avanzar en la despenalización del aborto, totalmente de acuerdo en eso, pero no puedo imponer mi criterio a otro si el pueblo quiere una cosa diferente”. Empero, en junio del 2018 frente a los miembros del Rotary Club, recalcó “soy católico y no estoy de acuerdo con el aborto”, aunque “adhirió al protocolo nacional”. En este espectro del tablero federal, orilla el cordobés Juan Schiaretti, el cual aclaró que “nadie quiere hacer abortos, es una consecuencia del embarazo no deseado y por lo tanto, la responsabilidad mía como gobernador es tomar las medidas para que no haya embarazos no deseados”.
Sin embargo, hay un grupo minoritario de gobernadores que se expresan alineados a la campaña por el aborto seguro, legal y gratuito. Un caso es La Pampa, que con el saliente Carlos Verna afirmó que “a este tema no hay que encararlo desde el punto de vista religioso. Es un problema de salud. Hay que darle a las mujeres la libertad de poder disponer de su cuerpo”. Y posteriormente, su reemplazante Sergio Zillioto (quien adhirió con su voto como diputado): “Me resulta inaceptable caer en el facilismo de optar entre la vida y la muerte. El aborto existe y ya se ha cobrado muchas vidas. La actual legislación no lo ha resuelto, su perfil punitivo, por el contrario, ha profundizado su clandestinidad”.
En esta vereda se sitúan Alberto Rodríguez Saa (San Luis) y Gustavo Bordet (Entre Ríos). El puntano jugó activamente con la difusión de un video y un posteó donde aseveró que “la mujer es dueña de su cuerpo. Estoy a favor de la despenalización del aborto, de que se realice en hospitales públicos”. El segundo planteó que “lo importante es que se quebró el tabú de debatir sobre un tema que atraviesa a la sociedad. Más allá del resultado, que puede gustar a algunos y a otros no, lo importante es que se ha debatido”. Vale destacar que Bordet, en marzo de este año, fue destinatario de una marcha pro vida en la provincia bajo el lema “con aborto, no te voto”.
En tanto, el caso Perotti evidencia sus matices. El gobernador electo de Santa Fe simbolizó una de las dos abstenciones en la votación donde la IVE fue rechazada. La otra, Lucila Crexell del Movimiento Popular Neuquino. Su postura abreva en el tercer carril apuntalado desde lo jurídico. En abril de este año, explicó su proyecto “alternativo”, el cual no consagra el derecho al aborto en las primeras 12 ó 14 semanas de gestación, sino que agrega una causal a las expuestas desde 1921 en el Código Penal (riesgo para la vida o salud de la persona gestante, y en casos de embarazo producto de abuso sexual o violación), al habilitar la practica cuando el feto sea incompatible con la vida extrauterina. De este modo, el documento “turquesa” ratificaría el fallo FAL de la Corte Suprema en 2012, además de continuar penalizando el aborto y de otorgar al juez la facultad de suspender la condena o eximirla.