Durante el discurso de asunción del presidente, se pudo ver en uno de los palcos del Congreso a dirigentes sindicales como el titular de la CGT y el líder de UPCN. ¿Se puede esperar algo positivo de quienes fueron cómplices del macrismo durante estos cuatro años?
Martes 10 de diciembre de 2019 23:17
"Vine a convocar a la unidad de toda la Argentina en pos de la construcción de un nuevo contrato social" afirmó Alberto Fernández durante su discurso de asunción presidencial. Entre todos los que lo escuchaban, la cámara enfocaba las caras de los dirigentes que integran la cúpula de la CGT.
“Vamos a construir un país donde los postergados serán de una vez y para siempre los privilegiados, donde el desarrollo será el faro hacia un futuro mejor” tuiteó Héctor Daer, el líder de la CGT, junto a una foto en donde se lo ve sonriente al lado de Andrés Rodríguez en uno de los palcos de la Cámara. Los acompañaban Rodolfo Daer, Omar Viviani, Hugo Moyano y Antonio Caló, entre otros.
Qué felicidad escuchar a @alferdez. Sus convicciones y el amor a la Patria se reflejan en cada palabra.
Vamos a construir un país donde los postergados serán de una vez y para siempre los privilegiados, donde el desarrollo será el faro hacia un futuro mejor#OtroRumboFuePosible pic.twitter.com/NGkfP4mDlp
— Héctor Daer (@hectordaer) December 10, 2019
La presencia de los dirigentes sindicales no es para nada menor, y el rol para el que están llamados, al menos durante la primera etapa de la presidencia que comienza, tampoco. Ya sobre el final de su primer discurso, Fernández se refirió a ellos como la “columna vertebral del acuerdo social”.
Pero ¿cuál es el rol que cumplirán estos dirigentes en ese acuerdo? ¿Se puede pretender que sean una garantía para defender los derechos de los trabajadores aquellos que garantizaron la tregua durante el macrismo, dejando pasar los ataques como cierres de fábricas, despidos y suspensiones?
Andrés Rodríguez, por tomar un ejemplo, es ni más ni menos que el dirigente millonario de UPCN. Durante el macrismo negoció despidos de estatales, avaló la aplicación del presentismo, la reducción salarial que reclamaba Cambiemos y hace un mes ratificó su alcahuetismo al renunciar a reclamar un bono de fin de año que recomponga algo del poder de compra que perdieron sus afiliados.
Héctor Daer, al frente de la CGT, seguramente será recordado por amagar en varias oportunidades con medidas de fuerza que después nunca fueron concretadas, mientras veía de brazos cruzados como el macrismo recortaba los derechos de millones de trabajadores. “No hablemos de paro” o “el paro no tiene sentido”, fueron sus frases de cabecera en estos cuatro años. La foto del atril de la CGT “robado” el día que los dirigentes se tuvieron que refugiar en el Sindicato de Comercio mientras los manifestantes reclamaban que “pongan la fecha”, una de las imágenes más simbólicas para definir su actitud frente al macrismo.
Ellos serán los responsables de sentarse en la mesa del “acuerdo social” que propone Fernández, a "defender" los intereses de los trabajadores. Del otro lado habrá empresarios como Funes De Rioja (Copal), uno de los más entusiastas promotores de una reforma laboral que avance en mayor flexibilización - precisamente Funes De Rioja fue otro de los invitados especiales a la asunción, donde se lo pudo ver junto al titular de la UIA Miguel Acevedo, Bulgheroni y Eurnekian, entre otros.
En su discurso de asunción, Fernández fue claro en la convocatoria al pacto social: “Vamos a impulsar un conjunto de medidas económicas y sociales de distinta naturaleza, estaremos convocando a los trabajadores, empresarios, representante del campo para la puesta en marcha de acuerdos básicos de solidaridad en emergencia, para volver a encender los motores de nuestra economía”.
Mientras los empresarios reclaman modificaciones en la legislación laboral, los “representantes del campo” hace semanas que advierten sobre posibles medidas de protesta en caso de una suba de las retenciones.
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Los dirigentes sindicales que participaron del traspaso presidencial, en cambio, vendieron al mejor postor los derechos de millones de laburantes durante estos años. Y hoy festejan y sonríen mientras los postulan como “columna vertebral” del pacto social que prepara el nuevo Gobierno.
