En una sorpresiva visita al país, anunció que la mayor parte de los soldados rusos se irán de Siria. Desde su intervención en 2015, Rusia realizó más de 70 mil ataques en suelo sirio.
Lunes 11 de diciembre de 2017 14:23
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, que recientemente declaró el fin del Estado Islámico en Siria, llegó sorpresivamente al país árabe en su primera visita desde el inicio del conflicto para certificar la victoria sobre los rebeldes y anunciar el comienzo de la retirada de las fuerzas rusas luego de 7 años de guerra y más de 2 años de intervención rusa en la masacre siria.
"A lo largo de dos años y medio, las Fuerzas Armadas de Rusia junto con el Ejército sirio destruyeron a los grupos terroristas internacionales más potentes militarmente. Debido a esto he tomado una decisión: una parte significativa del contingente militar ruso que se encuentra en Siria regresa a casa, a Rusia", dijo Putin.
El jefe del Kremlin hablaba ante los militares de la base aérea rusa en Hamimim, en la provincia costera de Latakia, y en presencia del presidente sirio, Bachar al Asad, el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, y el comandante del contingente militar ruso en el país árabe, Serguéi Surovikin.
La visita, no anunciada con antelación, se produjo en su camino a Egipto y Turquía y fue difundida por los medios rusos cuando Putin ya estaba aterrizando en El Cairo, por motivos de seguridad.
"Ordeno al ministro de Defensa y al jefe del Estado Mayor proceder a la retirada de la mayor parte de las tropas rusas a las bases de su emplazamiento permanente", afirmó Putin ante las tropas. "Regresarán victoriosos a sus hogares, cerca de los sus, padres, esposas, hijos, amigos. La patria los espera", agregó.
El mandatario señaló que "ya se han creado las condiciones para un arreglo político" a la crisis de Siria "bajo la égida de la ONU" y que "los refugiados están regresando a sus casas", palabras que suenan a un chiste de mal gusto ya que Siria, junto con Afganistán y Sudán, representa el origen de la mitad de los refugiados del mundo.
Pero advirtió, no obstante, que "si los terroristas levantan la cabeza de nuevo, los golpearemos de tal forma como nunca la han visto".
Se trata de la primera vez que Putin pisa suelo sirio desde que comenzó la guerra en marzo de 2011, con el levantamiento de varios grupos opositores contra el presidente Bachar al Asad, el principal aliado de Moscú en Oriente Medio.
En 2015 Rusia comenzó su intervención en Siria para apoyar a las fuerzas gubernamentales y desde entonces el curso de la guerra cambió con sucesivas derrotas del Estado Islámico, que entró en una decadencia sin retorno bajo la doble ofensiva de la alianza entre Moscú, Irán y el régimen sirio de Bashar al Assad, y de los aliados de Estados Unidos. El pasado 6 de diciembre, Putin anunció la completa derrota del Estado Islámico en Siria al ser destruidas sus últimas posiciones a ambos lados del río Éufrates.
Pueden quedar -dijo- "algunos focos de resistencia, pero, a grandes rasgos, los combates en esta fase y en ese territorio han concluido... con nuestra victoria y la derrota sobre los terroristas".
Bachar al Assad agradeció a su homólogo ruso la “ayuda prestada” en este conflicto y aseguró que su pueblo siempre la recordará, según un comunicado de la Presidencia siria.
"Lo que los militares rusos han hecho no será olvidado por el pueblo sirio después de que la sangre de sus mártires (rusos) se mezclara con la de los mártires del Ejército Árabe Sirio en la lucha contra los terroristas", afirmó con no poco cinismo el líder sirio.
Desde 2015, cuando Rusia inició una campaña de bombardeos en Siria para apoyar al Ejército de Al Assad, y según afirma el propio ministro de Defensa, la aviación rusa ha realizado 71.000 ataques, probando 160 tipos de armas, lo que desde el Kremlin llamaron un “rotundo éxito”. También fue responsable de un ataque con armas químicas que mató a más de 100 personas en abril de este año.
Durante casi 7 años de guerra hubo alrededor de medio millón de muertos (se calcula que un tercio de los cuales son niños), 8 millones de refugiados y ciudades enteras destruidas, convirtiendo a Siria en una trampa mortal. Tiene razón Al Assad cuando dice que el pueblo sirio no olvidará a los militares rusos. Fueron los responsables, junto a los militares norteamericanos y al régimen de Al Assad, de la barbarie en Siria, de sus muertos y su destrucción.