Tras el anuncio de bloqueo de activos venezolanos en Estados Unidos y la injerencista reunión del grupo Lima, Maduro anunció el retiro temporal de la mesa de diálogo. ¿Qué hay detrás de este movimiento político?
Viernes 9 de agosto de 2019 10:01
A pocas horas de iniciarse una nueva ronda de negociaciones con la oposición, el Gobierno de Maduro indicó en un comunicado que su delegación no asistía a los encuentros del 8 y 9 de agosto en Barbados para continuar las conversaciones en el marco de la iniciativa promovida por Noruega.
Era de esperarse que el Gobierno de Maduro hiciera este tipo de movimiento político. Decidir suspender la reunión planificada para este 8 y 9 de agosto en Barbados, luego de los anuncios de bloqueo de Donald Trump, era una forma de “respuesta” y una manera de “presionar” a la oposición. En la actual situación a ninguna de las partes les conviene levantarse de la mesa definitivamente.
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Lo de Maduro parece ser lo que se llama “una moción de protesta” en medio de la negociación y no patear el tablero. Una acción similar la hizo la representación de Guaidó por varias semanas, y que se estancó más cuando se dio el asesinato del Capitán de Corbeta Rafael Acosta Arévalo, luego de haber sufrido torturas en un centro de inteligencia del Estado. Pero una semana después de este hecho, y varias de suspendidas las reuniones, se reanudaban los encuentros.
Por eso no han faltado analistas y personas cercanas al equipo negociador de Maduro, de acuerdo a un artículo de The New York Times, que habrían visto “la suspensión como una postura táctica por parte de un gobierno que tiene pocos medios para responder a los constantes ajustes financieros de Estados Unidos”. También, de acuerdo al NYT, algunos analistas aducen cuestiones internas: “una presencia continua en Barbados también le permitiría a Maduro mantener el control de las principales negociaciones sobre el futuro del país al neutralizar las facciones rivales en el partido gobernante (…) Si Maduro no está en la mesa, corre el riesgo de que alguien negocie por él".
Esto puede desprenderse de las propias afirmaciones de Maduro, que, al momento de anunciar que no participarían de la reunión del 8 y el 9 de agosto, sostuviera que se “dispone a revisar los mecanismos de ese proceso” para asegurar que su continuación sea realmente “efectiva” y “armónica” con “los intereses del país”, es decir, de sus conveniencias.
Como las reuniones están cargadas de secretismo, los contactos más herméticos aún, ya sea por interpuestas personas o no, de lo que ni siquiera se hace alusión, seguramente se continúan llevando a cabo para darle movimiento a las articulaciones. Y es lo que Noruega a cada tanto hace alusión.Todo esto tomando en cuenta que las reuniones han estado envueltas en misterio, ya que ningún bando ha revelado detalles.
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Así, el principal facilitador de las negociaciones entre el gobierno y la oposición lo ha dado a entender. Primero “minimizando” la decisión de Maduro este mismo jueves de no participar esta semana en la nueva ronda que estaba planificada, y luego haciendo público que está en contacto con ambas partes para encontrar una nueva fecha para reanudar las conversaciones.
Dag Nylander, del Ministerio de Asuntos Exteriores de Noruega, ha afirmado, de acuerdo a AssociatedPress, que “Noruega está facilitando el proceso de negociación a solicitud de los principales actores políticos en Venezuela y programa todas las reuniones en función de la disponibilidad de las partes”. Para luego enfatizar que “Estamos en contacto con ellos con respecto a las próximas reuniones. La facilitación continúa bajo el principio de que a las partes les gustaría y que hay perspectivas realistas, de una solución negociada (…)”.
De acuerdo a este mismo medio de prensa, si bien ningún bando ha revelado gran cosa sobre el tema de las conversaciones, en los círculos políticos y diplomáticos se especula con que los enviados de Maduro se han mostrado dispuestos a convocar elecciones presidenciales anticipadas bajo un nuevo Consejo Nacional Electoral y con observadores internacionales.En cualquier caso, nadie en el gobierno de Trump ha desautorizado las negociaciones y algunos analistas creen que la figura de “policía malo” de Bolton y sus amenazas de más medidas punitivas podrían incluso “dar impulso a las conversaciones”. A saber.
Rusia, que viene apuntalando a Maduro señaló que “Lamentamos profundamente la cancelación de la prevista ronda de negociaciones en Barbados entre el Gobierno de Venezuela y la oposición", aunque dirigiendo sus dardos a Washington como el principal motivo de la suspensión ("la grave y brutal agresión perpetrada de manera continuada y artera por parte de la administración Trump contra Venezuela" declaraba Serguei Lavrov), luego de que Bolton en sus últimos discursos en Lima se dirigiera directamente a este país por sus relaciones con el gobierno nacional.
Lo cierto es que hasta el momento ninguno de los sectores, gobierno u oposición, ha hablado enfáticamente que de patear el tablero de las negociaciones. A ninguno les conviene levantarse de la mesa.Con un país que continúa sumergido en la catástrofe económica y social, la incidencia de las sanciones, Maduro busca salidas políticas a sabiendas que el panorama sólo avizora más que desplomes. Por su parte, la oposición, sumergida en su laberinto de intentos fracasados, dividida y sin políticas claras, con un Guaidó que ha perdido impulso desde que se declaró presidente interino en enero y falladas sus tentativas golpistas, se agarra de algún tipo de negociación.
Por eso es que no hay que llamarse a engaños en las distintas declaraciones públicas, ni de las del gobierno de Maduro como tampoco de la oposición. Ellos juegan a sus intereses que muy lejos están de el de los trabajadores y el pueblo pobre que viene sufriendo las calamidades de esta catástrofe económica. Si se juzga por las medidas antiobreras del autoritario gobierno de Maduro, como de las propuestas contempladas en el Plan País de la oposición, y todo el entreguismo que ya ejecutan como se ha visto con el caso de Citgo, en algo sí tienen acuerdo, y es que esta catástrofe la siga pagando el pueblo.
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El gobierno de Trump continuará avanzando con sus sanciones económicas y sus bloqueos como los anunciados este lunes, que solo hacen aumentar las calamidades del pueblo (como lo reconocen los más diversos analistas que de izquierda no tienen nada, y hasta la propia Bachelet salió a desmarcarse), con el hipócrita discurso de la “democracia”, y que tiene en la oposición de derecha su principal cabecera de playa en un claro papel de cipayos.
Hay que rechazar con todas las energías todas estas sanciones y amenazas imperialistas y a los que le sirven de coro en el continente como se vio en la reciente Conferencia de Lima. Esta posición política no implica en modo alguno algún tipo de apoyo al gobierno autoritario y antiobrero de Maduro. Los trabajadores deben enarbolar esta bandera antiimperialista, pero también no caer a engaño de todos estos pactos y negociaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición, apostando a una salida propia, en función de sus intereses fundamentales.