Diversas organizaciones de trabajadores y la izquierda se acercaron a las puertas de la fábrica, en medio del paro contra la paritaria de 6,5 % firmada por el sindicato. Reclaman una recomposición salarial del 40 % y un bono por ser trabajadores esenciales.
Sábado 25 de julio de 2020 12:45
Son muchas las empresas que en medio de la pandemia del covid-19 vienen aplicando suspensiones, despidos y ataques al salario de sus trabajadores y trabajadoras. Pepsico es una fábrica productora de snacks y que por ser parte de la industria de la alimentación nunca dejó de producir durante la cuarentena.
Sin embargo, y a pesar de ser una multinacional con ganancias millonarias, acordó con el Sindicato de Trabajadores de Industrias de Alimentación (STIA) un aumento del 6,5 % de los salarios. La bronca de las y los trabajadores no se hizo esperar y en asambleas decidieron llevar adelante un paro por tiempo indeterminado en reclamo de un aumento del 40 %, el pago del bono por trabajador esencial que la empresa pagó sólo durante dos semanas y luego lo quitó, además de los premios por productividad, presentismo y puntualidad.
A pesar del frío, trabajadores de distintos sectores junto a agrupaciones y organizaciones de izquierda le aportaron calidez a la jornada haciéndose presentes afuera de la fábrica al grito de “unidad de los trabajadores y al que no le gusta se jode, se jode”.
En la jornada tomó la palabra Axel, trabajador de las aplicaciones e integrante de la Red de precarizadxs, quien saludó la pelea que estaban llevando adelante en el marco de la pandemia, valorando el ejemplo y marcándolo como un camino a seguir. Luego se trasladaron afuera de la empresa Havanna donde Alexis Cejas, despedido de la firma, realizó un emotivo discurso apelando a la unidad entre las y los trabajadores. Exigió su reincorporación, planteando que se encuentra amparada por la justicia y que ayer recibió el apoyo de la legislatura de la provincia de Buenos Aires. Finalizó denunciando la política criminal de las empresas que juegan con el hambre de las familias obreras.
Las patronales, lejos de entender la situación que atraviesan millones en el país, intentan aprovechar esta crisis para avanzar sobre las condiciones y los derechos de las y los trabajadores, con la complicidad infaltable de las conducciones de los sindicatos y el aval del Gobierno que les da vía libre para que implementen sus políticas.
El jueves por la noche el Ministerio de Trabajo dictó la conciliación obligatoria y se espera para el próximo martes una audiencia de conciliación. Ante este escenario donde los empresarios intentan avanzar, se hace más que necesaria la unidad de todas las luchas en curso exigiendo a las conducciones sindicales que se pongan a la cabeza de las mismas, impulsando asambleas en los lugares de trabajo para votar un plan de lucha para que no sean las y los trabajadores quienes paguen los platos rotos de la crisis.