Compartimos la intervención de Maryam Alaniz integrante de Left Voice, en el Acto internacional contra el racismo y la violencia policial transmitido en simultáneo por la Red Internacional de La Izquierda Diario.
Sábado 11 de julio de 2020 16:35
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"Somos jóvenes que sabemos que Stonewall dio inicio al movimiento LGBT, y que hoy queremos luchar por una sociedad donde las vidas de los negros importen"
Me llamo Maryam Alaniz. Tengo 24 años, soy queer e hija de inmigrantes iraníes, y estoy entusiasmada de hablar en este acto internacional con socialistas de otros países que luchan contra la violencia policial, racista y el sistema capitalista.
Actualmente en los Estados Unidos estamos en pleno desarrollo del movimiento, probablemente el más grande en la historia del país, -millones de personas tomaron las calles estas últimas semanas-. Los levantamientos son liderados por jóvenes negros de la clase trabajadora que están hartos del racismo y la violencia policial. Y este movimiento está lleno de jóvenes: desde los que organizaron la Marcha por el Clima hasta los que protestaron contra los centros de detención de la policía migratoria. Somos jóvenes que sabemos que Stonewall -que dio inicio al movimiento LGBT- fue una enorme revuelta y que hoy queremos luchar por una sociedad donde las vidas de los negros importen.
Pero no son sólo los jóvenes de los Estados Unidos: el año pasado vimos a los jóvenes chilenos luchar contra la Policía en las calles, así como los jóvenes en Irán y el Líbano. En estos países, la gente está luchando no sólo contra su gobierno y su propia Policía, sino contra el peso del imperialismo estadounidense. En países como Cuba, Venezuela e Irán, donde vive mi familia, la gente sobrevive día a día bajo las sanciones de Estados Unidos que resultan opresivas y hasta inhumanas. En el marco del plan israelí de anexar territorio palestino, la Policía israelita asesinó a Ahmad Eakat, de 27 años de edad, en uno de los controles en Cisjordania. Cuando luchamos contra la policía acá, luchamos contra las masacres del imperialismo en todas partes.
Los jóvenes estamos en la primera línea de esta lucha por nuestras propias experiencias de vida. En mis 24 años, ya viví dos crisis económicas. Cuando la pandemia golpeó fuerte, me despidieron como a millones de trabajadores en todo el país.
Más del 20 por ciento de las personas de 16 a 24 años de edad en Estados Unidos están desempleadas, entre los jóvenes negros la tasa de desempleo es cercana al 30 por ciento. Entre la comunidad latina, especialmente los mexicanos y los centroamericanos, la tasa de desempleo es actualmente del 37%. Las cadenas de la deuda estudiantil que nunca vamos a poder pagar destruyen nuestras esperanzas de un futuro diferente. Cada vez somos más los que entendemos que se viene una crisis climática que amenaza nuestro futuro. Por eso no es raro que nos referenciemos en el socialismo y tomemos las calles.
Tenemos que abolir la policía por completo
En Estados Unidos, la imagen de George Floyd rogando por su vida bajo el peso de la brutalidad policial encendió una chispa para millones de personas. Durante casi dos meses nos enfrentamos al Estado noche tras noche, mientras la clase dominante nos arroja sólo migajas. Está claro que no podemos reformar un sistema que está matando a los negros, recortando los servicios básicos en las comunidades oprimidas y los empleos de la clase obrera.
Todo el sistema policial tiene que desaparecer. Tenemos que abolir la policía por completo. Para esto se necesita más que algunos recortes presupuestarios. Se requiere el fin de un sistema capitalista que necesita a la Policía para proteger la enorme riqueza de multimillonarios como Jeff Bezos.
Estas últimas dos semanas, una ocupación afuera del ayuntamiento de la ciudad de Nueva York reunió a muchos de los jóvenes que se resistieron a los toques de queda y se enfrentaron al gas lacrimógeno y las balas de goma en una ciudad dirigida por los demócratas. En Seattle, los jóvenes no sólo tomaron un parque, sino también una estación de Policía, organizando el Capitol Hill Occupied Protest, un área bajo control democrático de manifestantes sin policías.
"Tenemos que unir nuestro movimiento con la clase obrera. Sólo ellos tienen el poder de detener los engranajes de la producción capitalista"
Pero los movimientos sociales por sí solos nunca serán suficientes. Levantamientos pasados como la primera oleada de protestas de Black Lives Matter, Ocuppy Wall Street, y las protestas anti-globalización de los 90 nos inspiraron, pero también nos enseñaron que tenemos que ir más allá para cambiar significativamente este horrible sistema del capitalismo global. Si queremos evitar la cooptación, la fatiga o la desmoralización que tantos otros movimientos han experimentado, tenemos que imaginar los pasos necesarios para que el movimiento se radicalice, se extienda y adopte una perspectiva revolucionaria más allá de las zonas autónomas cómo Capitol Hill. Para eso debemos comprender que, para ganar la lucha contra el capitalismo y el imperialismo, tenemos que unir nuestro movimiento con la clase obrera. Sólo ellos tienen el poder de detener los engranajes de la producción capitalista.
Pero no podemos luchar contra el capitalismo desde el interior de un partido capitalista. El Partido Demócrata una vez más quiere jugar el papel sepulturero para nuestras luchas. Los jóvenes movilizados hoy en las calles, los que se consideran socialistas, tienen que desafiar la política cínica del “mal menor” que llama a votar a los llamados Demócratas progresistas. El futuro es nuestro y queremos más.
Queremos nuestros propios candidatos socialistas, verdaderamente representativos de los trabajadores y de la juventud multirracial que está tomando las calles.
Queremos atención médica pública y universal, queremos universidades públicas y libres, queremos viviendas para todos, queremos abolir la policía y la policía migratoria y abrir las fronteras, queremos la emancipación total de los negros, los latinos y las mujeres, queremos derechos para los indocumentados, queremos la liberación de la comunidad LGBT y queremos salvar el planeta de la catástrofe climática. Es necesario enfrentar el poder de los súper ricos que están entre los más ricos en el planeta gracias al poder del capital financiero y la explotación de la clase trabajadora en todo el mundo.
Para eso necesitamos un partido independiente, revolucionario y obrero que luche por el socialismo, un partido que sea capaz de coordinar estos esfuerzos a nivel nacional e internacional: contra la Policía y el Ejército, contra las fronteras y las sanciones y las bombas. El Partido Demócrata, incluso bajo el ala progresista de Bernie Sanders, nunca será ese partido. Todos los jóvenes que giran al socialismo, que están enojados con el establishment político y que creen que debemos desfinanciar y abolir la Policia, todos aquellos organizados en grupos como el DSA -Demócratas socialistas de América NdE- deben romper con el Partido Demócrata inmediatamente, debemos trabajar juntos, con todas nuestras fuerzas, para construir un partido socialista independiente.
Es innegable que estamos viviendo un momento histórico. Nuestra generación ya no confía en la Policía, en los partidos capitalistas o en el statu quo. Cada vez más la gente rechaza la idea de que la revolución es imposible. Y mientras les hablo, la juventud de la clase obrera negra está liderando el camino. Los jóvenes radicalizados norteamericanos y los estudiantes como yo han estado a la vanguardia de las grandes luchas del pasado: desde las sentadas en los mostradores durante el movimiento por los Derechos Civiles, hasta los levantamientos estudiantiles contra la guerra de Vietnam. Pero un levantamiento no es suficiente. Tenemos que luchar para aplastar el sistema capitalista de una vez por todas. Bajo este nuevo despertar político tenemos la tarea histórica de unir este movimiento con la clase obrera revolucionaria. Somos el legado de Marx, Lenin, Trotsky y Luxemburgo. Queremos inyectar nueva energía en el movimiento obrero. Un futuro socialista está en el horizonte y estamos acá para luchar por él.